¿Se acerca el fin de Hezbollah?: Aun con fuerte apoyo en Líbano podría perder sus armas a un año de los ataques de Israel
El grupo conmemora el primer aniversario de la muerte de su histórico líder, Hasán Nasrala, enfrentando la presión de perder su armamento mientras busca mantener su influencia en el país.
Un año después de perder a casi toda su cúpula y la mayor parte de su arsenal durante la guerra con Israel, el grupo chií libanés Hezbollah se enfrenta a la potencial desaparición de su rama armada, aún considerada una de las fuerzas no estatales más sólidas de Oriente Medio.
El movimiento, apoyado por Irán, arranca este jueves una serie de conmemoraciones para marcar el primer aniversario de la muerte de su líder histórico, Hasán Nasrala, a quien sustituyó el clérigo Naim Qassem como parte de sus nombramientos tras el asesinato de decenas de comandantes y altos mandos.
Aun sin el secretario general que les dirigió durante tres décadas y bajo la batuta de un sucesor elegido sin muchas más opciones, el engranaje de Hezbollah se esfuerza por seguir funcionando.
¿Qué es Hezbollah?
La formación fue creada en 1982 para enfrentarse a la invasión israelí iniciada aquel año contra el Líbano, pero una década más tarde se expandió también a las esferas políticas con la entrada de sus primeros diputados en el Parlamento libanés, donde fue ganando presencia en sucesivas elecciones.
Ensayo militar de Hezbolá en 2023. | Wikimedia
Con el tiempo, comenzó a operar como un "Estado dentro de un Estado", encargándose de facto de la seguridad y de diferentes aspectos sociales a través de una red de fundaciones en sus principales zona de influencia, el sur del país, el oriental Valle de la Bekaa y los suburbios meridionales de Beirut.
Fuera del Líbano, está designado como organización terrorista por Estados Unidos o la Unión Europea (UE).
Fuerte golpe a su arsenal
Durante el conflicto que comenzó en octubre de 2023 y que en septiembre de 2024 se convirtió en una guerra abierta con el inicio de una campaña aérea israelí sin precedentes, se estima que el movimiento perdió alrededor de dos tercios de su armamento.
Bombardeo israelí en el Líbano. | EFE
Israel, que le acusa de intentar reactivar su infraestructura, continúa bombardeando presuntos almacenes de armas, sobre todo en la región meridional por encima del río Litani, ya que en la más fronteriza por debajo de él Hezbolá cesó su actividad armada a raíz del acuerdo de alto el fuego.
Simultáneamente, frecuentes ataques selectivos aún dejan un constante goteo de bajas en las filas del grupo.
El segundo golpe
Días después de terminar la guerra, Hezbollah perdió también sus vías de abastecimiento a través de Siria con el derrocamiento de su aliado Bachar al Asad, aunque desde entonces las nuevas autoridades sirias reportaron la incautación de varios cargamentos de armas con destino al Líbano.
Expresidente de Siria, Bachar al Asad. | EFE
Nadie sabe cuánto armamento estaría actualmente en manos del grupo, entre el que se cree que están misiles de largo alcance nunca utilizados durante el conflicto, pero, sea el que sea, el gobierno libanés pretende que pase a posesión del Estado antes de finales de este mismo año.
En este contexto, el Ejército acaba de presentar un plan para terminar con la existencia armada de Hezbolá, la única milicia que no se desarmó tras la guerra civil (1975-1990), y una que se niega a hacerlo ahora amparándose en la continuidad de la amenaza israelí.
Aguante político
La llegada al poder del presidente, Joseph Aoun, y el primer ministro, Nawaf Salam, marcó un giro en la retórica hacia este partido-milicia, al que dejaron poco margen de maniobra ya desde las negociaciones para la formación del primer gobierno de posguerra.
Aun contra las cuerdas, el movimiento parece seguir manteniendo el apoyo del electorado en sus zonas de influencia, donde volvió a ganar la mayoría de municipios en los comicios locales de esta primavera, junto a su aliado también chií Amal.
Adherentes de Hezbolá se manifiestan en el Líbano. | EFE
Sin embargo, el gran examen llegará durante las parlamentarias previstas para el próximo mayo, el tipo de votación más importante en el Líbano.
Financiación millonaria
El grupo, que más allá de Irán se financia a través de sus propios negocios y de contribuciones de magnates de la diáspora libanesa, estaría amasando todavía unos 60 millones de dólares mensuales, según reveló estos días en una entrevista el enviado especial de Estados Unidos Thomas Barrack.
El diplomático, encargado del Líbano, también aseguró que Hezbollah está reconstruyendo su maquinaria en medio del cese de hostilidades.
Adherentes de Hezbolá. | EFE
Mientras sigue pagando los sueldos de sus combatientes, según Barrack de una media de entre 1.000 y 2.000 dólares, y diversas ayudas sociales a la población, lo que el partido no asumió es la reconstrucción de las regiones más devastadas, algo que sí hizo tras la anterior guerra de 2006.
Hezbollah demanda que esta vez sea el Estado quien costee el proceso, aun sin comenzar y estimado en unos 11.000 millones de dólares, según el Banco Mundial (BM).