"Es evidente que hay opiniones distintas respecto de la señora Machado. Yo no la conozco, solo sé lo que llega por la televisión y sé que ha tenido ciertos intentones golpistas, así como también ha tratado de promover elecciones libres". Las palabras de la candidata del oficialismo, Jeannette Jara (PC), sobre la dirigente venezolana María Corina Machado sacaron chispas y han sido comentario obligado un día después del debate presidencial del martes.
Tras los dichos de la exministra al ser consultada por la Premio Nobel de la Paz 2025, fueron varias las figuras que reaccionaron, incluso el vocero de la abanderada presidencial, Francisco Vidal (PPD), aseguró que "hubiera preferido no pronunciarme sobre eso", agregando que Machado "es una legítima opositora de Maduro, bien ganado el Nobel de la Paz, pero ella de repente ha oscilado. Hubo un intento de golpe, pero no sé si ella participó".
Pero,
¿de dónde provienen estas acusaciones contra Machado? Según dijo a Emol el analista venezolano
Santiago Acosta, coordinador del área Internacional de IdeaPaís, esto proviene de
"la narrativa que el régimen de Nicolás Maduro y sus medios afines han construido durante años" contra la excongresista.
"El chavismo lleva más de dos décadas calificando de 'golpista' a toda la dirigencia opositora relevante, y en el caso de Machado eso se ha usado una y otra vez para justificar causas por 'conspiración', 'terrorismo' o 'instigación al odio', muchas de ellas cuestionadas por organismos internacionales y por la propia ONU como parte de un patrón de persecución política", agregó el especialista.
En esa línea, según Acosta, "no hay evidencia clara de intentos de golpe de Estado liderados por Machado en los últimos años, más allá de los relatos del régimen venezolano y de procesos judiciales muy cuestionados por su falta de debido proceso".
El recuerdo de 2002
El relato chavista se basa, principalmente, en el apoyo de María Corina Machado al Golpe de Estado de abril de 2002, donde el Alto Mando derrocó al entonces presidente Hugo Chávez y puso en su lugar al empresario Pedro Carmona, un proceso que sólo duró tres días y que culminó con el retorno al poder del líder izquierdista, apoyado por las bases militares.
Machado, si bien no formaba parte del grupo que planificó el golpe, sí aparece entre los civiles que firmaron el "Decreto Carmona", el cual disolvía la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo y otras instituciones del Estado venezolano.
Para Acosta, "2002 explica el origen del estigma de 'golpista', pero no describe su trayectoria posterior". De acuerdo con el analista
"a partir de allí, Machado se proyecta principalmente por vías institucionales: cofundando la organización Súmate para promover elecciones limpias, participando en el referendo revocatorio, siendo electa diputada, y finalmente liderando las primarias de la oposición en 2023 y la defensa del voto en 2024".
"A la pregunta concreta: sí, en 2002 (Machado) tuvo un rol como una de las civiles que respaldó el gobierno de facto de Carmona, y eso hay que decirlo con honestidad. Pero reducirla hoy, en 2025, a 'golpista' es ignorar por completo la evolución de su liderazgo y el motivo por el cual recibe el Nobel: una apuesta consistente, desde hace muchos años, por derrotar a una dictadura a través de herramientas democráticas y de movilización ciudadana masiva", remarcó.
Acosta agregó que "el propio premio Nobel reconoce que los líderes democráticos bajo dictaduras enfrentan dilemas difíciles y trayectorias no lineales. En su discurso, Jørgen Watne Frydnes recuerda que figuras como Lech Walesa o Nelson Mandela también tuvieron que tomar decisiones en contextos de confrontación y represión, y que juzgarlos solo por esos dilemas, ignorando décadas de lucha democrática, sería desconocer la historia. En el caso de María Corina, el Comité subraya que su lucha reciente se caracteriza por la no violencia, la organización ciudadana y la búsqueda de una transición pacífica, no por la vía armada".
Con ese antecedente de 2002, el chavismo no paró de tildar de golpista" a María Corina Machado. En 2014, ya con Nicolás Maduro en el poder, la acusaron -sin pruebas- de estar detrás de un plan de magnicidio contra el sucesor de Hugo Chávez. La propia líder opositora calificó la denuncia como una "infamia".
En esa época, la exdiputada impulsaba junto a Leopoldo López el movimiento
"La Salida", que promovía una "salida constitucional a la crisis" política y social venezolana y que impulsó en 2014 una serie de manifestaciones en contra del Gobierno.
En 2024, en tanto, luego de que el Consejo Nacional Electoral proclamara ganador a Nicolás Maduro sin publicar las actas de votación como está establecido en la ley, el fiscal general Tarek William Saab acusó a Machado de liderar un supuesto intento de sabotaje al conteo de votos.
Reclamos en Oslo y otras partes
Con todo, la entrega del Nobel de este año -a la que la laureada finalmente no pudo llegar- no ha estado exenta de polémica. En Oslo, ciudad donde se realizó la ceremonia, media docena de organizaciones noruegas convocaron a una protesta delante de la sede del Instituto Nobel contra la elección de Machado, a la que acudieron unas doscientas personas.
Las críticas pasan, principalmente, por el apoyo de la líder opositora a Donald Trump y su despliegue militar en el Caribe, que ha dejado al menos 80 muertos.
"Machado no merece el Nobel de la Paz. El premio debería ir a alguien que esté a favor del dialogo pacífico y que una a la gente", dijo Kari Anne Næss, presidenta de la
Asociación Noruega por la Paz, creada en 1885 y la organización de ese tipo más antigua de este país nórdico.
En la concentración participaron también dos representantes del Partido de Izquierda Socialista y de Rojo, cuarta y sexta fuerzas parlamentarias, respectivamente, y aliados del Ejecutivo laborista en minoría que gobierna Noruega.
Las críticas también han venido de otras partes del mundo. En octubre pasado, el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, cuestionó los acercamientos de Machado a figuras como el propio Donald Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
"¿Por qué usted
solicita ayuda a un criminal contra la humanidad, con orden de captura internacional, para llevarle democracia a Venezuela? ¿Qué significa que la gente de Noruega que entrega ese premio, estimule ese tipo de alianza mundial que no podría ser más que de barbarie y guerra y no de paz?", preguntó.
Las críticas también vinieron desde España. El fundador de Podemos y exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, fue más allá: "La verdad es que para darle el Nobel de la paz a Corina Machado que lleva años intentando dar un golpe de Estado en su país, se lo podrían haber dado directamente a Trump o incluso a Adolf Hitler a título póstumo. El año que viene que lo compartan Putin y Zelenski. Si ya total...", escribió en X.