DAMASCO.- El Gobierno sirio anunció este martes que acepta el "cese de las operaciones de combate" en su territorio, después de que Estados Unidos (EE.UU.) y Rusia
acordaran ayer el inicio de un alto al fuego en Siria a partir de la medianoche del próximo 27 de febrero.
"La República Árabe de Siria anuncia su aceptación del cese de las operaciones de combate", afirmaron desde el Ministerio sirio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Asimismo, se destacó que la aprobación gubernamental es "sobre la base de la continuación de los esfuerzos militares de lucha antiterrorista contra el 'Dáesh' (acrónimo en árabe de Estado Islámico), el Frente al Nusra y otras organizaciones terroristas vinculadas con Al Qaeda".
Además, se afirmó que para garantizar el éxito del alto el fuego a partir del 27 de febrero, "el Gobierno afirma su disposición a continuar su coordinación con la parte rusa para determinar las áreas y los grupos armados que estarán incluidos".
Además, el Ejecutivo hizo hincapié en "la importancia de controlar las fronteras, detener el apoyo de algunos países a los grupos armados y prohibir que esas organizaciones fortalezcan sus capacidades o cambien sus posiciones, lo que puede llevar a socavar el acuerdo".
El texto no precisó el nombre de los estados que respaldan a las organizaciones armadas, pero Damasco siempre ha acusado a Turquía y a Arabia Saudí, entre otros, de ofrecer apoyo a los terroristas que operan en su territorio.
La fuente del Ministerio advirtió también de que "el Gobierno se reserva su derecho sobre las Fuerzas Armadas de responder a cualquier violación cometida por esos grupos contra civiles sirios o el Ejército".
Por último, explicó que con la aceptación del alto el fuego, el Ejecutivo de Damasco reitera "su compromiso para detener el derramamiento de sangre siria y devolver la seguridad y la estabilidad para aplicar la voluntad popular de los sirios en una Siria unida".
El próximo 15 de marzo se cumplen cinco años del inicio de un conflicto en Siria que ha cobrado las vidas de más de 260 mil personas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.