SANTIAGO.- Sebastián Dávalos, Jorge Pizarro, Ricardo Lagos, Jaime Orpis y hasta la Presidenta Michelle Bachelet fueron el centro de la ácida rutina humorística presentada anoche por Edo Caroe en el Festival de Viña del Mar, donde se ganó al público que lo premió con Gaviota de Plata y de Oro.
"Me dijeron que si se me olvidaba parte de la rutina, tenía que improvisar. Por eso si en algún momento de la rutina ofrezco un bono marzo, estoy improvisando, es porque ya no sé qué más hacer", dijo Caroe al inicio de su presentación, en alusión a la Mandataria.
Y fue sólo el comienzo, ya que aprovechó la contingencia y casos como Penta, Caval y Corpesca para barrer literalmente con la clase política. "Están haciendo cosas muy irregulares: por ejemplo el senador Pizzaro. Cuando su región más lo necesitaba se manda a cambiar a Inglaterra al mundial de rugby. El rugby es un deporte de caballeros, ¿qué hacía Pizarro ahí?", comentó el humorista, desatando las risas del público.
Y de inmediato apuntó: "Son raros los sobornos en Chile porque siempre me imaginé que eran como dos tipos con lentes negros, de terno negro, que dejan un maletín, después llegaba el tipo y se llevaba el maletín. Aquí en Chile se boletea (…) Jaime Orpis es tan weón que a la glosa de la boleta le ponía 'soborno, mes de mayo'".
Pero fue el caso Caval uno de los temas que más risas provocó. "El caso Dávalos sirvió para que todas las madres que pensaban que tenían un hijo weón dijeran 'pudo haber sido peor'. De hecho, la mamá del Cisarro dice 'qué terrible todo esto, me saqué el Loto'".
También mencionó otras situaciones polémicas, como el accidente del hijo de Carlos Larraín, que atropelló a un hombre en Curanipe. "Los únicos jueces duros en Chile son los de Masterchef. Creo que el francés y el fiscal Gajardo dejarían la cagada. Le preguntarían a Carlos Larraín 'usted qué está haciendo'. Una receta de mi hijo: arrollado de Huaso".
Y sobre uno de los probables y más fuertes candidatos de la Nueva Mayoría para las elecciones presidenciales del 2017 dijo: "Hay dos dedos famosos en Chile: el dedo de Jara y el de Lagos. El dedo de Jara estaba limpio, el de Lagos no, porque se mandó varias cagadas: el Transantiago, el MOP-Gate y Lagos Weber".
"Se puede liquidar a un político"
"En Chile siempre ha existido humor político, desde la época de O'Higgins con las caricaturas satíricas en los diarios", comenta al respecto el investigador de la facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Miguel Ángel Fernández.
"A la democracia le hace bien, porque es un atajo de comunicación política, muy sencillo, muy barato y muy masivo", explica el académico, cuya opinión dista mucho de la expresada el año pasado por el ex ministro Sergio Bitar quien criticó duramente estas rutinas. "Hay que cuidarse de la irresponsabilidad, del ataque indiscriminado e irreflexivo hacia la política y los políticos, porque se pueden socavar las instituciones", dijo a "El Mercurio".
Además, Fernández sostiene que "la risa sirve como medicina natural para las frustraciones que puedan tener los ciudadanos 'de a pie' frente a los políticos que no funcionan con la ética y la altura que ellos esperarían".
Más lapidario es el profesor de Economía Política e investigador de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, Jorge González, quien cree que "se puede liquidar a un político con el humor", ya que "en la medida que usted introduce un humor negativo en programas muy vistos, como el Festival de Viña, en el que la gente que lo ve en general no le presta mucha atención a la política, el efecto que eso tiene es más negativo que positivo" para los personajes que son blanco de las críticas.
En ese sentido, Fernández concuerda con el académico indicando que "lleva al inconsciente colectivo a recordar aquellas situaciones que el político quiere que se le olviden a la gente".
Los analistas agregan que el humor logra acercar la política a las personas, puesto que permite que ésta tenga niveles más humanos. "La sátira logra materializar una percepción que en mucha gente no estaba nítida (…) Lleva a la gente a prestarle atención a la política", dice González.
Según el profesor de la UAI, el efecto tangible que los chistes tienen en los políticos dependerá de si esa persona participará en algún acto electoral. "El humor puede desincentivar el voto, ya que los partidarios podrían dejar de apoyar públicamente a quien ha sido blanco de humor, les avergüenza", explica.
No hará que el votante cambie de ideología, comenta el analista, pero "sí puede hacer cambiar de opinión sobre dos candidatos de la misma lista". En ese sentido, tanto las elecciones municipales de este año como las presidenciales del próximo podrían verse afectadas por las rutinas de humor que aparezcan durante ese periodo.
"A aquellos políticos que no se han portado tan bien no les va a gustar nunca una rutina como la de Caroe", concluye, el académico de la UDD, puntualizando que esto afecta especialmente a los políticos con un alto nivel de conocimiento entre la población, mientras que a los más desconocidos puede hasta servirles como publicidad si logran manejar correctamente la situación.