Golborne se refirió al correo de Contesse a Longueira y dijo que "es bastante normal que distintas empresas quieran plantear sus propias minutas".
El Mercurio
SANTIAGO.- El ex ministro de Minería Laurence Golborne justificó la estrecha relación que mantuvieron como Gobierno con las grandes empresas mineras durante la tramitación de la ley del royalty, que ha estado en el centro de la polémica tras conocerse el correo que le envió el ex gerente general de SQM, Patricio Contesse, a Pablo Longueira.
En entrevista con The Clinic Online, Golborne explicó que cuando se tramitó la ley –en el año 2010–, las empresas mineras contaban con una “invariabilidad tributaria” que se les había otorgado en 2005 durante el gobierno de Ricardo Lagos, por lo que "no se les podía imponer una ley sin violar el Estado jurídico de Chile".
Por esa razón, afirma que el único camino para aumentar sus impuestos era tratar de convencer a esas empresas para que se sumaran voluntariamente a la nueva legislación. "Nosotros podríamos haber hecho la ley que quisiéramos y el efecto real en recaudación habría sido cero. Si queríamos recursos para la reconstrucción, había que convencer a las empresas de suspender su invariabilidad vigente", explicó el ex ministro.
Es en ese contexto en que –según explica– se habría producido el diálogo con las empresas. "Si las leyes no eran razonablemente aceptables para las empresas, podrían no haberlas adoptado y no hubiéramos recaudado nada. Ésa es la verdad. La única forma de saber qué era aceptable, era conversar con la contraparte (…) No podíamos hacer nada sin el acuerdo de las empresas mineras", subrayó.
Al ser consultado si era normal que las empresas enviaran material como el artículo que mandó Contesse a Longueira, Golborne dijo que "es bastante normal que distintas empresas o distintos incumbentes quieran plantear sus propias minutas. Distinto es si se acogen o no, y por qué se acogen. Lo relevante es que el funcionario público actúe en beneficio del país y no de un particular".
También justificó la reunión que él mismo tuvo con el CEO de BHP, en septiembre de ese año. Afirma que dicha reunión se da "en el contexto de muchas reuniones con empresas mineras a las que había que convencer de adoptar el royalty". "En septiembre el nuevo proyecto estaba presentado en el Congreso y me solicitaron esa reunión donde el CEO me informa que ellos habían estado analizando el proyecto y que la propuesta parecía aceptable. Le informé a mi equipo de esa reunión", señaló.
En opinión de Golborne, finalmente la ley del royalty "cumplió con el estándar democrático" y "fue una muy buena ley que permitió tener recursos que se necesitaban para la reconstrucción".