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¿Son efectivas las restricciones vehiculares por contaminación y por congestión? Expertos debaten

Ya sea por los altos niveles de contaminación del aire o por los interminables tacos que se registran en las principales ciudades del país, las autoridades han optado por restringir el uso de los automóviles. ¿Es ésta la mejor solución?

21 de Junio de 2016 | 17:55 | Por Francisca Domínguez, Emol
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Javier Torres, Las Últimas Noticias
SANTIAGO.- Dos son las iniciativas que apuntan a establecer la restricción permanente para los vehículos con convertidor catalítico.

Uno, incluido en el Plan de Descontaminación de Santiago, apunta a mejorar la calidad del aire en la ciudad, mientras que el otro pretende disminuir la congestión y, de ser aprobado, podría ser aplicado en distintas ciudades, no sólo en la capital.

Ambas medidas han generado amplio debate sobre su efectividad para cumplir los objetivos que proponen.

Restricción permanente por contaminación


Dentro de la actualización del Plan de Descontaminación para Santiago, el Gobierno propuso que las medidas que se adoptan usualmente durante el invierno en los casos de preemergencia y emergencia ambiental sean permanentes todos los años, desde el 1 de mayo y el 31 de agosto.

Esto conllevaría la restricción vehicular permanente no sólo para los 40.808 automóviles no catalíticos que existen actualmente en la Región Metropolitana, sino también para los más de 1,8 millones de catalíticos que recorren las calles de la capital.

El investigador de Libertad y Desarrollo, Rodrigo Troncoso, expresó a Emol que los vehículos livianos bencineros (catalíticos y no catalíticos) "son poco relevantes en la emisión de material particulado fino. Si el efecto que se busca es reducir el MP2,5, entonces la restricción vehicular es una mala idea".

"Si estamos en esa línea de restringir los autos más contaminantes tendría más sentido no solamente los autos que terminan en 2 y 3, por ejemplo, sino orientarse a restringir a los vehículos más contaminantes", indicó.

Por el contrario, el académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Ernesto Gramsch, opinó que es "una buena medida", ya que, según uno de sus estudios, una disminución de la cantidad total de vehículos tiene un efecto real en la reducción de la contaminación del aire.

Según el experto, si bien los autos bencineros livianos no provocan individualmente una gran cantidad de material particulado, existen 1.877.667 vehículos motorizados sólo en la Región Metrpolitana. "Eso multiplicado por una contaminación chiquitita, da una contaminación grande", expresó Gramsch.

Restricción permanente por congestión


Un proyecto de ley ideado por tres senadores -Guido Girardi (PPD), Manuel Antonio Matta (DC) y Manuel José Ossandon (RN)- y secundado por el Gobierno fue enviado al Senado para modificar la Ley de Tránsito y establecer la restricción vehicular para evitar o disminuir la gran congestión que registran varias ciudades del país.

Adicional a esto, el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, incluyó una medida de excepción que considera la venta de pases diarios para quienes trabajan con sus automóviles.

El ingeniero y experto en transportes de la Universidad Diego Portales, Louis de Grange, comentó la medida y afirmó que “"en el corto plazo puede ayudar, en el mediano y largo plazo lo dudo".

"Donde se ha implementado, la gente compra un segundo o tercer auto, normalmente más contaminante. Y si es que ellos creen que con el pase diario se va a evitar eso, la verdad es que eso no es más que una conjetura, porque en ninguna parte se ha implementado esa variante, por lo tanto no existe evidencia empírica", sostuvo.

La compra de otro vehículo es lo que según ambos expertos ocurrió en países como Colombia, Brasil y México, donde el parque automotriz aumentó debido a este tipo de restricciones. "La solución de la restricción es una solución más bien latinoamericana, no es una medida de país desarrollado en general", apuntó Troncoso.

La solución para ambos, por lo menos en una primera instancia, es la mejora del transporte público como una alternativa real al uso del automóvil.

De Grange puntualizó que al restringir el uso del automóvil "lo que estamos haciendo es castigar a la ciudadanía, castigamos a la ciudadanía de forma continua sin ofrecerles una alternativa y eso es lo que me parece más cuestionable".
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