Formalización de la banda integrada por 10 ex carabineros.
Francisco Águila
SANTIAGO.- Cuatro asaltos a casas, dos casos de cohecho, otros dos de omisión de denuncia y uno de apremios ilegítimos, son parte de los delitos que la fiscalía metropolitana Sur imputó a los 10 ahora ex carabineros en la formalización de cargos contra la agrupación delictual, integrada también por tres civiles, que ayer fue desbaratada tras una investigación interna de la policía uniformada.
En la primera parte de la audiencia, que es dirigida por la jueza Angélica Palacios, el equipo de fiscales liderado por el persecutor Héctor Barros detalló los 16 hechos por los que se investiga a los uniformados dados de baja ayer y a los pobladores de La Pintana.
En su alocución, Barros explicó que fueron fundamentales las escuchas telefónicas, en las que los hoy expulsados policías daban cuenta de los ilícitos que iban cometiendo, y que el caso se inició tras las denuncias que se realizaban en su contra.
También reveló que los ex policías imputaban cargos inexistentes a personas, las que también golpeaban y humillaban. Y no sólo eso, sino que además los afectados quedaban en prisión preventiva.
Asimismo, detalló que los ex policías se relacionaban con narcotraficantes a los que incluso les pasaban droga para que vendieran o dinero para comprar y luego comercializarla.
Romance narco-policial
Una de los hechos que llamó la atención de los presentes fue la revelación del romance que el sargento del retén El Castillo de La Pintana C.P.M., mantenía con la única mujer entre los detenidos L.F.A.C.
El fiscal Barros detalló que tanto el ex uniformado como sus colegas arrestados sabían que la imputada era narcotraficante, pero que nunca la detuvieron.
Lo anterior quedó demostrado en las escuchas telefónicas realizadas a los dos detenidos, en las que aparecen sus conversaciones de tipo amorosa.
Pero no sólo eso, junto con demostrar que la mujer es traficante, pues tres agentes encubiertos del OS-7 consiguieron droga en su domicilio durante la investigación, también se determinó que el expulsado sargento, también la asesoraba para que no fuera sorprendida con la sustancia ilícita y atacaba a los oponentes de ésta en el barrio, con el fin de que ganara más dinero.
Tras la presentación de los antecedentes, el fiscal Barros solicitó la medida cautelar de prisión preventiva en contra todos los imputados.
Mientras el persecutor entregaba sus argumentos, uno de los imputados se desmayó, lo que motivó que la jueza Palacios –quien ordenó que no se identifique a los imputados por sus nombres y que no se les filme o fotografía el rostro- decidiera hacer un receso en la audiencia, la que se retomará cerca de las 16:00 horas, momento en que se conocerá lo que digan los abogados defensores.
