La Presidenta Michelle Bachelet y José MIguel Vivanco se reunieron en noviembre de 2015 para abordar el tema de los DD.HH. en Venezuela.
Aton Chile
SANTIAGO.- Una serie de reacciones se han producido a propósito de las declaraciones de los cancilleres de Chile y de Argentina, Heraldo Muñoz y Susana Malcorra, respectivamente, quienes se refirieron al proceso de diálogo entre el Gobierno Venezolano y la oposición en ese país.
Las declaraciones fueron contestadas por la ministra de RR.EE. de ese país Delcy Rodríguez, quien dijo enfática que su país "no admite tutoría extranjera".
En medio de este ambiente, hoy el director de la División de las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, pidió este domingo que el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet aborde la detención en Venezuela del periodista chileno Braulio Jatar, e incluso sugirió que se solicite la intervención del Vaticano para conseguir su liberación.
El profesional fue arrestado por personal policial el pasado 3 de septiembre cuando se dirigía a su programa radial, acusado de organizar acciones de desestabilización del Gobierno de Nicolás Maduro.
En una columna de opinión, Vivanco califica de "vergonzosa" la aprehensión de Jatar y llama también a la Mandataria a "mantener la presión internacional" sobre Venezuela.
Asimismo, celebra la resolución del Senado, que el pasado 2 de noviembre decidió instar al Ejecutivo para que apoye las gestiones del Vaticano en la mediación en la crisis que vive ese país y convocar una sesión especial de la OEA.
"La combinación de estrategias propuesta por el Senado chileno es probablemente la mejor fórmula para liberar a presos políticos y restablecer el Estado de Derecho en Venezuela. El Gobierno de Bachelet debería mantener la presión internacional junto con otras democracias, pero además debería, específicamente, abordar el caso del periodista Jatar, incluso solicitando al Vaticano que intervenga como mediador ante el gobierno venezolano para lograr su liberación inmediata y que se desista de todos los cargos fabricados en su contra", sostiene.
A su juicio, "esta estrategia dual tiene sentido porque el diálogo entre Gobierno y oposición en Venezuela no es una conversación entre iguales. De un lado, hay un régimen cívico-militar que ha abusado del poder y reprimido a sus opositores, y del otro, una oposición política asediada, cuyo control del poder legislativo se ha tornado prácticamente irrelevante debido a los exitosos esfuerzos del gobierno para despojar al Congreso de sus atribuciones".
"Sin una firme presión internacional -que incluya un seguimiento atento y constante por parte de la OEA a través del proceso de la Carta Democrática-, el gobierno de Nicolás Maduro no va a dar marcha atrás, ni mucho menos reconocer su responsabilidad en la represión ni poner fin a la crisis política, económica y social que afecta a Venezuela", añade el texto.
Con todo, según señala, el caso de Jatar "no se trata solamente de la liberación de un preso político más en Venezuela. Se trata también de proteger la libertad de expresión y de prensa, pilares fundamentales de cualquier democracia".
