SANTIAGO.- Son administrados por un equipo designado por la jefatura de cada unidad penal y en algunas ocasiones pueden trabajar internos, que reciben un incentivo por su labor de vender a sus compañeros recluidos.
Son los denominados "economatos", almacenes o kioscos que, por ley, pueden funcionar dentro de las cárceles del país que tienen más de 50 internos.
No tienen fines de lucro y su finalidad es dar la oportunidad a los reos –en especial a los rematados- de poder adquirir elementos de primera necesidad, como máquinas de afeitar, papel higiénico, detergente y hasta cigarrillos.
Una normativa creada bajo el gobierno del ex Presidente Salvador Allende, en 1972, permitió el surgimiento de estos kioscos, que hoy son 32 a lo largo de Chile.
Sin fines de lucro
Desde Gendarmería revelaron a Emol que se trata de un negocio que trabaja a pérdida, pues los impuestos de los precios no pueden superar el 8% de su neto, por lo tanto los productos son más económicos que si los compraran en los locales establecidos.
Asimismo, aseguran que estos recintos no tienen fines de lucro, pues las ganancias se reinvierten en adquirir nuevos insumos para venderlos a los reos o a los gendarmes que quieran comprar en ellos.
En ese sentido, no hay restricción alguna. "Cada recinto penal del país, en su cuenta anual, debe contemplar la implementación de un 'economato'. El promedio de ventas va a depender de la población que tenga cada recinto", señala una fuente de la institución.
El abogado, especialista en Derecho Penal, Ramón Sepúlveda, explica que los más beneficiados son los denominados "reos rematados".
"Son aquellos que se encuentran cumpliendo condena por sentencias firmes y sin beneficios. El reo debe tener acceso a diversos bienes que le permitan subsistir, ya que al estar presos dejan de generar ingresos y son sus familias las que deben costear la vida de los internos", señala.
A su juicio los economatos funcionan como una especia de 'cooperativas', "formadas para realizar compra y venta de bienes a un menor costo para internos, siendo un sistema autosustentable que es administrado por los propios gendarmes".
Millonarias ganancias reinvertidas
De acuerdo a la información entregada a Emol por Gendarmería, a través de Transparencia, entre los años 2013 y el primer semestre de 2016 estos almacenes o kioscos de todos los recintos penales del país obtuvieron 11,6 mil millones de pesos en ganancias.
En el primer año se recaudó $3.551 millones, en 2014 la cifra llegó a los $3.476, en 2015 las ganancias llegaron a $3.653 millones y entre enero y julio pasados a un total de $969 millones.
Dichos dineros –además de invertirlos en la compra de insumos, que se hace a través del portal Chilecompra– se repartieron para mejoras en la propia unidad penal, otro porcentaje fue enviado a la dirección regional de Gendarmería, y un 10% fue para el servicio de salud.
Combate al mercado negro
Desde la institución señalan que, para mantener las cuentas claras, el gendarme encargado del economato debe rendir una cuenta diaria con las ganancias al jefe administrativo del recinto penal, el que debe verificar si las ventas coinciden con las cifras que se le entregan, revisar la recaudación y lo adquirido.
Uno de los productos más apetecidos por los reos son los cigarrillos, los que son de las principales adquisiciones de los "economatos".
Para el abogado Sepúlveda, "es claro que los cigarrillos pueden generar un mayor cuestionamiento a las adquisiciones, pero al no ser con recursos públicos, no se afectan en nada los recursos fiscales, evitando incluso el mercado negro que se podría generar en los penales, que claramente se ocasionaría de no existir estos denominados 'economatos'".