SANTIAGO.- Hasta fines de 2016, el agua embalsada en las altiplánicas lagunas Cotacotani -a más de cuatro mil metros de altitud y junto al lago Chungará- garantizaban 58 días de riego en Azapa, el principal valle agrícola del extremo norte.Un tomate, por ejemplo, tiene en esa zona del país un ciclo de cultivo de hasta 190 días.
Según consigna
"El Mercurio", durante este año, y sobre todo desde la semana pasada, ese déficit se está revirtiendo, gracias a las lluvias caídas en la precordillera y cordillera de la Región de Arica y Parinacota.
Según mediciones hechas por personal de la Dirección General de Aguas, del Ministerio de Obras Públicas, Cotacotani, el principal acuífero de Azapa, registra 135,4 mm, que equivalen al 41% del total de precipitaciones caídas durante el año pasado.
En Putre, la cifra es de 96,7 mm (39%); en Visviri, de 82,6 mm (30%); Chungará, 92,1 mm (43%); Chapiquiña, donde funciona una central hidroeléctrica, 87,9 mm (67%); Guallatire, 88,5 mm (67%), y Parinacota, 142,5 mm (48%).
Mientras que en Alcérreca, en la parte alta del valle agrícola de Lluta, han precipitado 49,35 mm (33%); en Belén, 28,2 mm (58%), y Humapalca, 93,2 mm (45%).
En tanto, las ocho cuencas hidrográficas de la Región de Arica y Parinacota, donde se mide el nivel de sus caudales de agua, registran índices superiores a los que había a la misma fecha de enero de 2016.
En el radio urbano de Arica, los mayores efectos los está causando desde el fin de semana pasado la bajada del habitualmente seco cauce del río San José, que desemboca en el mar dos kilómetros al norte del centro de la ciudad. "Ha sido un tremendo alivio y beneficio para los agricultores", indicó Miguel Saavedra, seremi de Agricultura.
En paralelo, la autoridad sanitaria activó en los últimos dos días análisis de las aguas en la bahía para determinar la eventual presencia de elementos contaminantes que obligarían a cerrar playas, sobre todo Chinchorro, para el uso de bañistas.
En la región, al menos 220 viviendas han sido dañadas por las lluvias.