SANTIAGO.- Los minutos de terror que vivieron el lunes 13 de febrero en el tribunal de Garantía de San Bernardo cuando el peligroso reo Leonardo Azagra, protagonizó una cinematográfica fuga, relataron el juez que fue tomado como rehén por el antisocial, Dergio Henríquez y el gendarme 2º Enzo Lara, quien fue herido en el rostro.
Según informa hoy
El Mercurio, ambos prestaron declaración ante el fiscal del caso Gamal Massú a quien contaron en detalle lo que sufrieron.
En el caso del magistrado Henríquez, éste declaró que Azagra “apuntó a todo el público con ambas manos empuñando un arma de fuego y en un momento me apunta a mí. Me trato de esconder y me dijo que fuera con él".
Henríquez solo había hablado públicamente con El Mercurio para explicar cómo fue que se zafó del reo Leonardo Azagra Valdivia (25). Pero al fiscal jefe de la Fiscalía Local de San Bernardo, Gamal Massú, le contó en detalle cómo vivió los minutos más dramáticos en sus 38 años de existencia. También lo hizo el gendarme 2º Enzo Lara Flores, quien ese día era el encargado de trasladar y custodiar al preso desde el calabozo de la guardia, que se ubica en el primer piso, hasta la sala de audiencia, en el tercero. Ambos temieron por su vida.
Magistrado: "Me trato de esconder y me dijo que fuera con él"
El juez Enríquez relató: "Sentimos mucho ruido detrás de la puerta que da a los calabozos y pensé que se trataba de la situación de un preso que se había colocado a gritar o a hacer escándalo y que debe ser reducido por el personal de Gendarmería. Fue tanto así que el fiscal compareciente en la sala lanza una 'talla' diciendo 'ojalá que sea un gendarme'".
"Salió de la puerta del calabozo una persona con una chaqueta amarilla de imputado (...), quien apuntó a todo el público con ambas manos empuñando un arma de fuego y en un momento me apunta a mí. Me trato de esconder y me dijo que fuera con él. El audio estaba abierto, así que debe haber quedado registro".
"Me tomó de atrás de la chaqueta y me llevó. Salí del estrado y me llevó por el centro del pasillo hasta la puerta principal de la sala. La gente gritaba, escuchaba gritos de 'agáchense'. Y me llevaba la pistola en la cabeza y bajamos por las escaleras (...). Siempre me mantuvo tomado, bajé con él y al llegar al primer piso, este sujeto que me llevaba, se enfrenta a los guardias y él les gritó que se movieran, no sé si él apuntó con el arma o no, yo estaba mirando hacia abajo, hacia el suelo. Salimos por la entrada principal del edificio del tribunal".
"Al salir por la mampara vi que había un escalón, y como me tiraba fuerte de la chaqueta, hice como que me tropecé y me tiré al piso con las manos en la cabeza. Sentí que el tipo me soltó y miré hacia el suelo. Luego levanté la cabeza y vi a un gendarme corriendo por afuera, en la calle, supongo que tras el sujeto, y sentí un disparo. Luego de eso sentí gritos, unas personas me tomaron del suelo, no recuerdo quiénes, me decían que me entrara, no podía controlar mi respiración, respiraba muy agitado, sentí que debía protegerme en el edificio y vi una puerta abierta y pasé, me encontré con don Marcelo Avello, jefe de Unidad de Causas. Lo abracé y me preguntó qué pasaba y le conté lo ocurrido y subimos a la sala del cuarto piso (...). Al parecer, era el único imputado privado de libertad que debía pasar por mi sala".
Gendarme: "Trató de apuñalarme"
En tanto, el gendarme 2° Enzo Lara expuso: "Lo fui a buscar al calabozo de la guardia, que está en el primer piso (...). Al subirlo revisé sus medidas, antes de ingresarlo al calabozo del ascensor y estaban en condiciones, puestas. Al llegar al tercer piso, se ingresa al calabozo y le coloqué una esposa de manos, donde debiera ir un candado. Quedó ahí el imputado y me dirigí a la sala 5 para saber en qué orden iban las audiencias".
Al volver al calabozo, "verifiqué qué estaba haciendo el imputado y vi que estaba sentado, sin hacer nada". Luego, "comenzó a pedir que lo sacara al baño, insistentemente".
"Fui a abrir el calabozo, saqué el cerrojo donde va el candado y abrí el calabozo. Se mantenía en posición, como si estuviese esposado, y en ese momento se abalanzó sobre mí, con el cuchillo tratando de apuñalarme. Lo mantenía empuñado en la mano derecha, intentó enterrármelo en el cuello, en el costado izquierdo, entre mi cabeza y mi hombro izquierdo".
"Comenzamos a forcejear, intenté quitarle el cuchillo y me quitó el arma de la funda. Se echó hacia atrás e hizo el movimiento de preparar armamento, apuntando hacia arriba y me tiró por las escaleras. Me alcanzó a apuntar y me tiré. Grité que había fuga".
