La presidenta de la DC, Miriam Verdugo.
El Mercurio/Archivo.
SANTIAGO.- La directiva nacional de la DC, encabezada por su presidenta interina, Miriam Verdugo, emitió este martes una declaración pública en la cual expresa su rechazo hacia la decisión del PC de China de permitir la reelección indefinida del actual presidente de esa nación, Xi Jinping, enfatizando sus diferencias con el comunismo.
En el texto, desde el partido advierten que dicha reforma constitucional, puede "contrariar los principios de la soberanía popular y la renovación periódica de las autoridades políticas en elecciones libres y democráticas", lo cual va en contra del "respeto de los Derechos Políticos y las libertades de sus ciudadanos".
Ante ello, "la Democracia Cristiana Chilena declara que no cabe la ambigüedad, el doble estándar ni la relativización de dichos principios, que se enmarcan en las prescripciones vinculantes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas".
En esa línea, recalcan que la promoción de la democracia y el respeto de los Derechos Humanos "forman parte inalienable de la dignidad de la persona humana y que demandan un respeto irrestricto en todo tiempo, lugar y circunstancias".
No obstante, al concluir la nota, la colectividad aclara que "el Partido Demócrata Cristiano valora con la más alta consideración las históricas relaciones de amistad, intercambio y cooperación existentes entre Chile y la República Popular China y formula votos por su afianzamiento en todos los ámbitos de las relaciones bilaterales".
Cabe recordar que la propuesta realizada por el PC chino será analizada el próximo 5 de marzo por la Asamblea Nacional Popular en Beijing.
Asimismo, en octubre pasado, durante el XIX congreso quinquenal del PCC, Xi Jinping logró que se incluyera en el estatuto del partido su "pensamiento sobre el socialismo de estilo chino de la nueva era", un honor que hasta ahora sólo había recibido en vida Mao Zedong, fundador del régimen comunista en 1949.
Desde su llegada a la cabeza del partido, en 2012, Xi Jinping concentra todos los poderes como ningún otro líder chino había hecho en los últimos 25 años.
