SANTIAGO.- Hace 72 años en Tierra del Fuego introdujeron diez parejas de castores canadienses. Con el tiempo aumentó su población, hasta que comenzó a afectar el ecosistema de la zona. Se cree que, por el estrecho de Magallanes, algunos ejemplares lograron cruzar al continente.
Actualmente, se estima que hay entre 70 y 110 mil castores en el archipiélago fueguino. Cada uno de ellos puede en dos o tres noches cortar a la mitad un árbol centenario. Hasta ahora, han destruido lo que equivale a 38 mil estadios nacionales en bosques sureños.
Existe el Proyecto GEF Castor que busca acabar con el avance de la especie en el lugar y evitar una mayor tala de árboles por ellos. Se financian, a través del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el ministerio de Medio Ambiente, entre otros.
"Se emplean trampas especiales para castores, que no atrapan especies nativas, como coipos y huillines", explica Jonathan Lara, miembro del proyecto. Estas trampas, están autorizadas por organismos técnicos.
Si el plan funciona, se espera que la zona pueda recuperar su ecosistema y rescatar a las especies de árboles que ahora están en peligro.