SANTIAGO.- Durante el juramento de nuevos abogados, y a propósito de que la próxima semana se celebra el Día Internacional de las Familias, el presidente de la Corte Suprema (s), Sergio Muñoz, se refirió a la situación migratoria.
Sus palabras fueron entregadas mientras el Gobierno aún recibe críticas por no adherirse al Pacto Migratorio impulsado por la ONU. "Creemos firmemente en los derechos humanos de los migrantes, pero no en que migrar sea un derecho humano", dijo el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, hace unos días para explicar la decisión.
El magistrado recordó que el país ha recibido migraciones desde sus orígenes, y destacó el intercambio cultural producido entre intelectuales chilenos y extranjeros, indicando que "en un momento difícil de nuestra historia reciente, múltiples países del continente y de Europa recibieron a nuestros compatriotas en sus territorios".
Y aseguró que "la migración es parte de nuestra historia y de nuestro desarrollo" y recalcó que "como los derechos están reconocidos en general respecto de toda persona, sin distinción, los derechos de los migrantes están incorporados en todos los instrumentos de derechos humanos".
En esa línea, Muñoz explicó que tanto la Constitución como sus normas complementarias reconocen, sin distinción de nacionalidad, los derechos fundamentales de todos los habitantes del país, incluyendo la libertad de circulación para ingresar o salir del país: "Toda persona tiene derecho a residir y permanecer en cualquier lugar de la República, trasladarse de uno a otro y entrar y salir de su territorio".
"El derecho internacional de los derechos humanos, reconociendo esta realidad y la especial situación de vulnerabilidad a la que están expuestos los migrantes, a quienes ampara y protege en sus derechos con particular atención y es deber de todos los Estados y personas que los integran dar cumplimiento a estas obligaciones", añadió.
Comparación con la Segunda Guerra Mundial
La autoridad también aprovechó para citar a la filósofa alemana Hannah Arendt y aseguró que frases referentes a la Segunda Guerra Mundial, como que los derechos demostraron ser "inaplicables" y que "ya no había un lugar en la Tierra al que pudieran ir los emigrantes sin encontrar las más severas restricciones", "continúan vigentes en la realidad de hoy, en la que se pretende condicionar el reconocimiento de la dignidad humana de algunas personas a su nacionalidad de origen, como para aceptarles en una determinada comunidad política".
Frente a esto, explicó que "el Poder Judicial se ha visto enfrentado a esta temática y ha reconocido el derecho de acceso a la justicia a todas las personas, como a la tutela judicial efectiva a los migrantes, refugiadas y apátridas, removiendo aquellos obstáculos que limitan el ejercicio de sus derechos". Por esto, informó que se han adoptado distintas medidas, como integrar intérpretes en tribunales, implementar protocolos internacionales, capacitar a funcionarios y jueces en estas materias, entre otras.
"En el ámbito de su actividad jurisdiccional, los tribunales superiores de justicia, al resolver los recursos de amparo y protección, también han reconocido la especial necesidad de protección que requieren las personas migrantes, como al deducir los recursos de reclamación de nacionalidad, resguardando el derecho a la nacionalidad de los hijos de extranjeros en situación migratoria irregular, entre otras materias", agregó.
El presidente subrogante del máximo tribunal aseguró a los nuevos abogados que sus palabras tenían como fin "resaltar" el tema, con el fin que "le presten atención".
"Ustedes (…) también deberán estar preparados para dar respuesta a los desafíos que nos plantea la migración. Los invito, entonces, a desempeñar su profesión siempre teniendo en cuenta el impacto de su trabajo en el respeto y protección de los derechos de todas las personas que habitan nuestro territorio, nacionales y migrantes, prestando especial atención a la situación de las personas más excluidas de nuestra sociedad", concluyó.
