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Universitarios y personas mayores: El perfil político y social del distrito 7, la histórica "Quinta Costa"

Los analistas dicen que en el territorio, que es uno de los bastiones del Frente Amplio pero también una zona importante para la UDI, "hay mucho ambiente de elecciones". Se prevé que exista una pugna entre las dos "almas" de la izquierda para la convención.

04 de Enero de 2021 | 08:00 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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El Mercurio
Fueron 57 los candidatos que se presentaron para conseguir un cupo en la Cámara de Diputados por el Distrito 7 —Algarrobo, Cartagena, Casablanca, Concón, El Quisco, El Tabo, Isla de Pascua, Juan Fernández, San Antonio, Santo Domingo, Valparaíso y Viña del Mar— en las pasadas elecciones parlamentarias de 2017. Fueron, incluso, más candidatos que los que compitieron por el codiciado Distrito 10, en la Región Metropolitana.

La razón es, en parte, matemática: el distrito repartía ocho escaños, por lo que la listas podían presentar hasta nueve candidatos. Pero hay también una razón social y política: se trata de una zona con tradición electoral, un terreno que ha despertado históricamente el interés de los partidos. En la senatorial, la región fue reconocida popularmente como la más apetecida por las fuerzas políticas.

Ese 19 de noviembre de 2017, fueron 322 mil las personas que llegaron hasta las urnas a emitir su voto, un 46,1% del padrón electoral. Los cupos se repartieron con algunas sorpresas: el Frente Amplio se llevó dos diputados, en ese momento casi desconocidos —Camila Rojas y Jorge Brito—, y la ex Nueva Mayoría eligió tres: un PPD —Rodrigo González—, un PS —Marcelo Díaz— y un DC —Víctor Torres—. Chile Vamos, por su parte, se quedó con un RN —Andrés Celis— y dos UDI —María José Hoffmann y Osvaldo Urrutia—.

Pero el panorama para las elecciones de abril, cuando se elijan los representantes para conformar la convención constitucional, tiene una diferencia: los escaños a repartir serán siete, debido a que uno se ocupará para la elección de representantes de los pueblos indígenas. El distrito, uno donde las fuerzas políticas suelen mostrar un cierto equilibrio, aportará con un número impar de convencionales.

La repartición política se evidencia también a nivel de los municipios: la UDI tiene Viña del Mar hace 16 años, de la mano de Virginia Reginato, y el Frente Amplio sorprendió con la elección de Jorge Sharp en 2016, aunque su relación con el bloque hoy se encuentra cortada. En total en la región, cinco municipios son de Chile Vamos, seis de centroizquierda y un alcalde fue elegido como independiente fuera de pacto.

Con el estallido social, el interés por participar en política en la ex Quinta Costa creció. El pasado 25 de octubre votaron en el Plebiscito más de 427 mil personas, 105 mil electores más que en las parlamentarias, lo que terminó correspondiendo a un 53,3% del padrón electoral. En el distrito se impuso el Apruebo por 77,96% y la Convención Constitucional por 79,07%. Por eso hay expectación con respecto a lo que vaya a pasar en abril.

Un distrito con peso específico


"Valparaíso es una región con población relativamente alta y aquí hay tejido social, hay organizaciones intermedias, varias de las cuales quizás, en la normalidad, no se involucran mucho en política, pero dada la situación excepcional en la que estamos hay mucho interés —desde el mundo de las universidades, de las organizaciones de la sociedad civil y de los mismos centros de estudios— por tratar de contribuir con el proceso e involucrarse. Hay mucho ambiente de elecciones", cuenta desde allá el director ejecutivo de la Fundación P!ensa, Juan Pablo Rodríguez.

"Es una región con mucho potencial y también con un electorado amplio que quizás no está tan definido políticamente. Digamos que es un distrito donde tanto la centroizquierda como la centroderecha tienen posibilidades de disputar. Son elecciones relativamente estrechas"

Juan Pablo Rodríguez
Se trata de un territorio que, a su juicio, tiene "peso específico". "Para los políticos es atractivo en el sentido de que es una región con mucho potencial y también con un electorado amplio que quizás no está tan definido políticamente. Digamos que es un distrito donde tanto la centroizquierda como la centroderecha tienen posibilidades de disputar. Son elecciones relativamente estrechas", dice.

Asegura, además, que la región es una especie de "laboratorio de Chile". "Hay mucha diversidad, hay cierta cultura e historia política. De aquí han salido varios liderazgos políticos nacionales y hay cultura política: funcionan los partidos, hay discusión pública local. Me parece natural que en este proceso constitucional en la región se activen las distintas organizaciones. La ciudadanía está inquieta respecto de las elecciones. Mi impresión es que va a haber alta competencia y alta participación", añade.

¿Quién es esa ciudadanía? Según datos de la Biblioteca del Congreso Nacional, en el distrito el número de adultos mayores es elevado. Mientras en el país la población mayor de 65 años alcanza un 11% del total, en el Distrito 7 llega a un 14%. El índice de adultos mayores —la proporción entre ancianos y jóvenes— llega a 79,04, y a nivel nacional está en 56,85. Una teoría sociodemográfica que se baraja: la gente va a la costa a retirarse.

Otro fenómeno que se da en el territorio es que hay un mayor porcentaje de jóvenes que en el resto del país: 24% del total tiene entre 15 y 29 años, un punto más que el promedio nacional. Se trata, también, de población más educada que el promedio: 34% de los habitantes terminaron la educación superior, cifra que en el promedio nacional está en un 29%. "La región es una ciudad universitaria", comenta Rodríguez, quien lo relaciona con otro fenómeno: el éxito que el Frente Amplio tiene en el distrito.

La arena política


Considerado para el bloque como uno de sus puntales principales, el FA incluso inscribió primarias para gobernador regional, en las que se impuso el activista medioambiental Rodrigo Mundaca, que se va a enfrentar al ganador de Unidad Constituyente, el ex rector de la U. de Valparaíso, Aldo Valle. "Esa es otra muestra de una tensión que va a ser interesante", adelanta Rodríguez.

Rodríguez considera que las dos "almas" de la izquierda se enfrentarán simbólicamente en la disputa Squella-Bassa, y en la Valle-Mundaca de gobernadores

"Lo que se está viendo fuertemente es la tensión entre la izquierda más radical —que no cree tanto en la democracia representativa sino que busca la democracia directa, que es más ambigua en su condena a la violencia y que tiene un aire más refundacional— versus una centoizquierda más moderada —tributaria de la Concertación, institucional, más condenadora de la violencia y partidaria de la democracia representativa—. Eso se ve muy claramente en la disputa Mundaca-Valle, pero también se va a ver entre Jaime Bassa y Agustín Squella", comenta.

Ambos abogados son dos de los nombres más fuertes que han mencionado su interés por competir en el distrito, pero no son los únicos. Según el recuento que lleva la plataforma Tresquintos, ya van 38 precandidatos por la zona. Algunos de los nombres más conocidos son los de la ex ministra Paola Tapia, la científica Barbarita Lara, la abogada trans Constanza Valdés, la alcaldesa Virginia Reginato y el propio director de la Fundación P!ensa, Juan Pablo Rodríguez.

Los candidatos que suenan, resume, son "actores que históricamente no han demostrado interés por competir en elecciones". "Vienen del mundo más académico o son independientes. A pesar de que se trate de personas que están identificadas políticamente de forma bastante clara y que la gente los identifica, son outsiders de la política asidua. Son nombres que no hubieran sonado para una elección parlamentaria o de alcaldes", dice Rodríguez.

Según las mediciones que ha hecho la fundación, el principal think thank de la región, lo que la ciudadanía está buscando al momento de decidir su candidato son principalmente tres cosas: independientes, expertos y jóvenes —o la idea de la "renovación"—. "La gente está viendo con malos ojos la política institucionalizada: quieren nombres nuevos. Y creo que por lo mismo los partidos van a mostrar cierto grado de apertura a nutrir sus listas con nombres de ADN no tan puro con respecto a cada uno de esos partidos", opina.
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