Cuando queda menos de un mes para las elecciones de abril, poco a poco se van aclarando las dudas sobre el proceso: Ya se sabe que se realizará en dos jornadas, el 10 y 11 del próximo mes, y la ciudadanía ya está conociendo a los candidatos y sus propuestas, tras el inicio de la franja electoral y el inicio del periodo legal de campaña.
Ahora solo resta saber cuál será el desenlace de los comicios y la participación que generará el proceso, el cual viene precedido de una histórica respuesta durante el Plebiscito constitucional de 2020. Sin embargo, pese a ese antecedente, la pandemia del covid-19 abre nuevamente una serie de interrogantes al respecto.
Una de ellas está relacionada con
la posibilidad de que los adultos mayores regresen a las urnas, quienes en buena proporción ya estarán vacunados contra el virus. La otra es que los jóvenes, que acudieron en masa a votar en octubre del año pasado, no se sientan tan motivados para asistir, abrumados por la gran cantidad de elecciones.
También podría suceder un efecto contrario debido al alza de casos de coronavirus, lo cual mantendría a los más viejos en casa y que los veinteañeros mantengan su interés. En cualquier caso, según los expertos, ambos hechos podrían incidir en los resultados, aunque el pronóstico sigue siendo reservado.
Así lo explicó el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, quien aseguró que "todo depende de cuán extendidos estén los contagios al momento de la elección. Para el plebiscito, por ejemplo, se reportaron poco más de mil casos por covid-19 en los días anteriores".
"Si llegamos con una cifra de ese orden, a lo que se añade que gran parte de los adultos mayores ya tendrá su segunda dosis, es muy probable que la participación aumente en este segmento. La incógnita es si los jóvenes saldrán a votar en la misma proporción que en 2020: Una cosa es votar por opciones de futuro y otra distinta es hacerlo por opciones políticas reflejadas en candidatos", advirtió.
"La incógnita es si los jóvenes saldrán a votar en la misma proporción que en 2020".
Mauricio Morales, cientista político
Una visión similar planteó la profesora del Instituto de Ciencia Política de la U. Católica,
Julieta Suárez-Cao, quien apuntó que "con la situación sanitaria que tenemos, es difícil pensar en cómo va a cambiar la participación electoral. Me da la impresión de que las elecciones de convencionales concitan mucha atención".
"Ojalá eso se mantenga, no solo en la magnitud de la participación del Plebiscito, sino también en el cambio de la composición de las personas que votan, ya que tendieron a votar más personas de los sectores menos privilegiados y personas más jóvenes. Pero esas son más preguntas que certezas que responderemos más el 12 de abril que ahora en este momento", dijo.
En tanto, Pamela Poo, magister en sociología y politóloga de la Universidad de Concepción, sostuvo que "la participación debiera mantenerse y de aumentar será solo un poco más, debido a que quienes participaron del Plebiscito muestran ya un compromiso con el proceso. Se subentiende que si fueron a votar por cambiar o no la Constitución, también te harán parte por quienes estarán a cargo de escribirla".
¿Mayor votación, sorpresas en los resultados?
En cuanto a si es posible que, debido a la relevancia de la elección de convencionales constituyentes, exista una mayor votación en las municipales respecto a comicios anteriores que implique un cambio en los clivajes históricos de votación, los analistas expusieron sus dudas.
Para Poo, "la atracción de la elección de Constituyentes probablemente aumente la participación en las otras elecciones que se vivirán en paralelo, pero no se si cambie el tema de los clivajes, en el sentido de que no hay tanta difusión de las otras elecciones".
"Por eso, probablemente sean elegidos o elegidas aquellos que son más conocidos o conocidas y que están ligados a ideas que se identifiquen con los diversos partidos. Por último, pienso que veremos sorpresas con algunos independientes o personas provenientes del mundo más social", enfatizó.
A juicio de Morales, "históricamente, en las elecciones locales vota menos gente que en las elecciones nacionales. En 2016 votó cerca del 35% del padrón, mientras que en 2017- para las presidenciales- casi el 47%. El 11 de abril, se espera una participación superior al 35% registrado para las elecciones locales de 2016".
"La existencia de dos elecciones adicionales -gobernadores y convencionales- supone una mayor movilización de electores.
Lo más probable es que los partidos sigan dominando en la elección de alcaldes y concejales, sucediendo algo similar con la de gobernadores", detalló.
Una situación diferente se vería en la elección de convencionales, donde cree que haya "un repunte de los independientes, cuyo éxito ha sido muy limitado para elecciones en las que se ocupa un sistema electoral similar. En 2016 ninguno fue electo para los comicios de concejales, y en 2017 sólo uno consiguió un escaño de diputados".
"Esta vez, eso sí, tendrán franja y la mayoría estará en pactos, lo que incrementa sus posibilidades. Así y todo, lo más probable es que la Convención esté compuesta por los candidatos de los partidos, sin grandes discontinuidades respecto a resultados anteriores, salvo el posible ingreso de un mayor volumen de independientes", dijo.
Sobre este punto, Suárez-Cao indicó que "hay algo muy interesante que tiene que ver con esta atención que genera la elección de convencionales y que sean simultáneas con las elecciones locales y regionales. Mi impresión es que lo que vamos a ver más que una tendencia general, es una tendencia territorialmente disímil".
"En algunas comunas, las menos, la elección local es muy relevante, y en otras va a estar subordinada a la elección de convencional. Entonces probablemente en distintos lugares geográficos habrá diferentes patrones de votación y de los clivajes históricos, lo que le agrega una capa más de incertidumbre al proceso", recalcó.
Efectos en elecciones futuras
Asimismo, Morales añadió que "la elección presidencial ya está en camino, aunque no ha generado suficiente interés: No hay candidatos atractivos y seguramente la opinión pública se concentrará en este asunto cuando comiencen las campañas para las elecciones primarias a principios de mayo".
"Los candidatos recogerán el malestar con la representación democrática que se viene expresando desde octubre de 2019. Esto no necesariamente implica un cambio en los clivajes que tradicionalmente han definido la política chilena, pero sí una profundización de algunos de ellos", sostuvo, mencionando el eje estado-mercado o el valórico.
"Probablemente en distintos lugares geográficos habrá diferentes patrones de votación y de los clivajes históricos, lo que le agrega una capa más de incertidumbre al proceso".
Julieta Suárez-Cao, cientista política
En tanto, Suárez-Cao manifestó que "las elecciones de noviembre quedaron bastante pegadas a las de abril, entonces,
me parece que puede llegar a tener un efecto. En particular en las elecciones de gobernadores, donde son elecciones sin incumbentes, donde se elige un cargo unipersonal".
"De alguna manera va a terminar siendo una encuesta importante para leer después las presidenciales, también en este contexto de atomización de las precandidaturas presidenciales que estamos viviendo. Va a ser interesante ver en qué regiones predominan las personalidades y en cuáles predomina un voto más ideológico", indicó.
Mientras, Poo coincidió con ese análisis, señalando que "las elecciones que viviremos el 10 y 11 de abril serán el termómetro que medirá la temperatura de los discursos y demandas que la ciudadanía tiene y que las autoridades que nos representen deben incorporar, por lo tanto será clave observar lo que ocurra, para hacer los ajustes necesarios de las campañas y candidatos que surjan".
En ese contexto, Morales apuntó que "para las elecciones de gobernadores, todo indica que se definirá entre las tres grandes coaliciones (…) la división de la centroizquierda puede facilitar el triunfo de la derecha en primera vuelta para algunas regiones, o forzar una segunda vuelta".
"La incógnita es si los votantes de la DC, por ejemplo, apoyarán al candidato del Frente Amplio, o viceversa. De no suceder aquello,
la derecha se hará un verdadero picnic en la próxima elección de gobernadores", afirmó.
En este punto, Suárez-Cao señaló que "no tengo muchos pronósticos sobre qué sector se va a imponer, hay una lectura muy fuerte que es que la derecha se va a beneficiar en la de convencionales por no ir fragmentada. Yo creo que eso depende mucho del perfil de votante que se acerque a las urnas el 10 y 11 de abril".
"Con respecto a las locales y a las regionales, más aún porque terminaron siendo abiertas por el impedimento a la reelección, creo que lo vamos a terminar leyendo el 12 de abril, es muy difícil pensarlo desde ahora. Ahora, en general, las elecciones locales tienden a ser leídas como una anticipación de la elección nacional", recordó.
En esa línea, acotó que “después del estallido y la pandemia, el protagonismo de los alcaldes a copado más la política corriente en Chile. Entonces, va a ser interesante ver si sigue este patrón, o si en realidad lo que vemos es una personalización mayor de estas elecciones en las figuras de las autoridades locales".