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Conocer a 155 personas y representar a 17 millones: Los desafíos humanos que tendrá la Convención Constitucional

Los propios miembros del órgano señalan la importancia de que existan instancias de discusión presencial para fomentar las relaciones sociales más allá de la ideología política. Además, recalcan la necesidad de sesionar fuera de la Región Metropolitana para generar vínculos con los territorios.

27 de Mayo de 2021 | 08:00 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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El restaurado Palacio Pereira albergará a la convención.

El Mercurio
El domingo 16 de mayo cerró con las primeras certezas: se conocieron los nombres de los 155 hombres y mujeres que integrarán la Convención Constitucional que redacte una nueva Carta Magna para el país. Lo que no conocen todavía esas 155 personas es a sus propios compañeros. Son, de hecho, desconocidos que tendrán que relacionarse por al menos nueve meses para elaborar un documento que cambie el orden de las cosas para los 17 millones de habitantes del país. Es una tarea histórica encomendada a un conjunto de ciudadanos con pensamientos diversos.

"Pero son seres humanos, no son robots políticos", decía una semana después el comentarista Enrique Mujica en Mesa Central. "Una vez que pase esta post elección la gente se va a empezar a conocer (...) Que la gente tome café, que camine por los pasillos. Parece un detalle, pero yo he conversado con políticos y el gran problema que han tenido con Zoom es que se pierden las relaciones humanas, que antes se zanjaban con miradas, con intercambios de opiniones. La gente se cruzaba y eso por Zoom no pasa. Esta conversación tiene que ser cara a cara".

"No es necesario que de la convención salgan 155 nuevos amigos, pero sí podría salir un centenar y medio de personas que se conocieron, que conversaron largamente, que discutieron con calma y en lo posible con cordialidad, y que acabaron relacionándose unas con otras más allá del vínculo jurídico y constitucional que las unió durante un tiempo"

Agustín Squella
Antes de que llegue ese momento, ya se empiezan a establecer los primeros diálogos: los convencionales del Frente Amplio tuvieron el lunes su primera reunión online con los independientes que entraron por su lista, las mujeres han estado contactándose por internet impulsadas por la alegría de los resultados paritarios, incluso los políticos de trayectoria de la centroderecha empiezan a tender puentes con aquellos que son de centroizquierda. En el fondo, dicen a Emol, ellos ya se conocen, y la conversación constitucional también se va a tratar de eso: establecer relaciones fuera de las salas de discusión política.

"El factor humano es siempre clave, es casi 'el' factor clave", comenta el convencional electo como independiente por la Lista del Apruebo en el Distrito 7, Agustín Squella. "¿Saben cómo me imagino la primera jornada de la convención? Como un largo, larguísimo café, de varias, sucesivas y humeantes tazas, durante el cual —y de la manera más informal posible— cada convencional constituyente fuera presentándose a los demás. Antes que constituyentes somos personas, con una biografía que compartir brevemente con quienes trabajaremos su buen tiempo", dice.

Para él, una de las primeras metas es "conocernos un poco". "No por google, sino cara a cara: con nuestra propia voz, con los gestos con que hablamos comúnmente y con ese punto de luz que todos llevamos en la mirada, y que solo es posible apreciar presencialmente. No es necesario que de la convención salgan 155 nuevos amigos —lo que tiene que salir es la propuesta de una nueva Constitución— pero sí podría salir también un centenar y medio de personas que se conocieron, que conversaron largamente, que discutieron con calma y en lo posible con cordialidad, y que acabaron relacionándose unas con otras más allá del vínculo jurídico y constitucional que las unió durante un tiempo".

Superar las desconfianzas


La sensación térmica se parece un poco a la que predominaba en el ambiente en el tiempo entre que se eligieron a los parlamentarios que asumirían en 1990 y que entró efectivamente en funcionamiento el Congreso luego del fin de la dictadura. "Había un desconocimiento de unos con otros, había mucha tensión y diferencias políticas marcadísimas, guardando las proporciones", opina el convencional elegido en el Distrito 10, Cristián Monckeberg (RN). "Incluso es peor, porque la Cámara de Diputados venía con un reglamento de años antes del 73. Esto, en cambio, es algo absolutamente nuevo e inédito".

En este punto, señala, existen "barreras y desconfianzas legítimas" que se deben ir superando. "Yo no sé quiénes son los que forman parte de la Lista del Pueblo y de escuchar a algunos de ellos me produce mayor desconfianza, pero me imagino que ellos deben pensar de mí que puedo ser bueno para dialogar pero era ministro de Piñera. Para muchos de ellos, el Gobierno de Piñera es lo peor que le ha pasado a la historia de la humanidad. Entonces: hay un proceso de desconfianza muy grande, y ese proceso tiene que empezar a descomprimirse", asegura a Emol.

Para eso, asegura, será esencial el encuentro una vez que los 155 lleguen al Palacio Pereira. "Vas a empezar a conocer gente y a ver caras. Te vas a dar cuenta de que, quizás, el de la Lista del Pueblo es igual de colocolino que tú y va a haber un tema en común", dice. "Van a empezar a confluir las relaciones humanas y vamos a empezar a entender cuál es la realidad del que está al frente: de dónde viene, cómo se formó, cuáles son sus prioridades, porque nadie es igual al resto". Monckeberg defiende una idea: "Todos los esfuerzos que se hagan ahora en esa línea van en el sentido correcto".

Como coalición, Chile Vamos ha empezado por hacer reuniones entre los militantes e independientes de cada uno de sus partidos, y luego a propiciar encuentro generales. También en la línea de fomentar el encuentro es que los rectores de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, y la U. Católica, Ignacio Sánchez, invitaron a los 155 convencionales a un diálogo la próxima semana, en el contexto de la iniciativa de conversaciones ciudadanas que Tenemos que Hablar de Chile (TQHDC) impulsó durante la pandemia. En ellas participaron más de 100 mil habitantes. Dicen haber adquirido experiencia en unir personas radicalmente distintas en diálogos fructíferos, y creen que la enseñanza puede serle útil a la convención.

"Antes de la negociación es muy importante que se produzca un diálogo que tiene que ver no con llegar a acuerdos, sino sobre todo con entendernos y entender las posiciones del otro, y enriquecer nuestra mirada con el punto de vista del otro, que yo quizás no estoy mirando", dijo a EmolTV el director ejecutivo de TQHDC, Hernán Hochschild. "Ese desafío es central que ocurra en la convención, pero que sobre todo ocurra hacia afuera, porque la gran regla que queremos reescribir en nuestro país es la regla de convivencia, de cómo vivimos y construimos juntos".

La presencialidad como requisito


"Siempre he dicho que estoy seguro de que cuando nos juntemos, vamos a sentir la responsabilidad que cae sobre los hombros de cada uno y de cada una, porque creo que el país se ha jugado mucho en este proceso constituyente", reflexiona con Emol el electo por el FA en el Distrito 10, Fernando Atria. Esa responsabilidad, dice el abogado, "no quiere decir que van a desaparecer los desacuerdos", "pero yo sí creo que abunda la probabilidad de que haya una conversación distinta a la que ha habido en público hasta ahora, sobre todo en términos de discusión presencial", defiende.

Si bien cree que la posibilidad de una discusión descalificadora "no desaparece, sí se hace más difícil en persona". "Espero que la convención funcione todo lo que pueda de modo presencial, porque creo que eso puede hacer una diferencia en el tipo de discusión que se da al interior", dice. A su juicio, la presencialidad "crea condiciones de sociabilidad mayores". Se parece un poco a lo que se ha estudiado sobre el comportamiento violento en redes sociales: que se ve favorecido por la ausencia del contacto físico, que se resguarda en el anonimato. Verse a la cara, se supone, permite lógicas distintas.

Lo mismo opina la socióloga y analista política, Lucía Dammert. "Si la idea de la constituyente es un gran grupo de Zoom dividido en subgrupos de Zoom, yo que soy profesora les puedo asegurar que eso no sirve", dice. "Estamos llevando una asamblea súper variada, con gente que no ha tenido tiempo de construir confianza y que, más bien, está llegando con mucha distancia. Hay que pensar en mecanismos de mayor conversación, porque es la única forma en que los seres humanos construimos confianza", comenta a Emol.

Para ese objetivo un factor importante es el avance de la pandemia, que puede dificultar una presencialidad absoluta para la convención, aunque eso no se ha definido todavía. En las semanas previas, sugieren algunas voces, se podría trabajar en "articular y conocer" a los integrantes. Así lo sugiere Amaya Alvez, abogada elegida como independiente por RD en el Distrito 20, en el Biobío: "Me encantaría llegar a conocer a los 155", dijo en EmolTV.

"Ojalá la Segpres nos convocara a una jornada de conocimiento, de interacción, de saludo. La pandemia pone ciertas restricciones, pero por supuesto que se puede hacer un avance en crear confianzas y lazos. Eso es fundamental. Los seres humanos nos basamos en la racionalidad, pero también en la emocionalidad", dijo la abogada. Desliza, incluso, la idea de hacer una especie de "campamento" con actividades de conocimiento. "Que nos contemos una pena, una alegría y nos demos cuenta de que todos somos seres humanos, y que queremos lo mejor para Chile", aseguró.

Hablar también con la gente


Pero además del desafío de conocerse y establecer vínculos entre los 155, se erige la meta de lograr vínculos con la ciudadanía que mantengan la buena fe con la que comenzará a sesionar la convención. "El resultado de la elección ha hecho que la convención sea representativa y tenga una legitimidad ante la ciudadanía que hoy no tiene el Congreso. En ese sentido parte con un buen pie, y eso hay que aprovecharlo", dice Atria.

El "buen pie" se suscribe dentro de un contexto general complejo: "Estamos en un momento de sospecha y desconfianza de las instituciones representativas. Lo que la convención tiene que hacer es mostrar que no es una institución representativa más como las que estamos acostumbrados, porque sino se va a transmitir la misma sospecha. Es importante que haya el máximo contacto entre la convención y la sociedad", agrega el abogado.

"Cuando se hable de pueblos originarios, no se puede discutir el tema de una nación plurinacional desde Santiago de Chile y trayendo a la gente en avión para que se instale acá. Creo que eso es parte de lo antiguo, y esto otro es mejorar la relación entre todos, disminuir las tensiones"

Lucía Dammert
"Lo que tenemos que hacer es que la convención tenga un espacio de relación con los ciudadanos. Aquel ciudadano que se sienta parte del proceso, muy probablemente va a ir al plebiscito de salida con una mirada por lo menos enterada del proceso", añade Dammert. "Aquellos que no tengan ninguna vinculación, que lo vean como una cosa foránea y lejana, probablemente vayan con una mirada más desde la desconfianza y la sospecha. Ese es el mayor peligro: la Constitución no puede ser vista como escrita nuevamente por un grupo de gente alejado de la ciudadanía".

Por eso su idea es "sacar a la convención de Santiago". "Es indispensable y no hay que ahorrar un peso en eso", dice. "Que vaya a Arica, a Antofagasta, a Los Lagos, a La Araucanía; que sesione en esas regiones y que se junte con las fuerzas vivas de allí. Este es un proceso muy distinto a los otros, en un marco post estallido y de crisis de los partidos. ¿Con quién vas a hablar que sea intermediario con la gente hoy día? Con nadie", asegura. Por eso, afirma, hay que conversar directamente con ellos.

"Cuando se hable de pueblos originarios, no se puede discutir el tema de una nación plurinacional desde Santiago de Chile y trayendo a la gente en avión para que se instale acá. Creo que eso es parte de lo antiguo, y esto otro es mejorar la relación entre todos, disminuir las tensiones. Si todos fueron a Antofagasta, se quedaron ahí e hicieron la pega de escuchar a las fuerzas vivas, no por Zoom sino que en persona, creo que eso ayuda a destensar el proceso nacional", concluye.
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