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Collipulli: Declaraciones revelan uso de ácido y fogón para deshacerse del cuerpo de uno de los secuestrados

Las primeras pesquisas en el caso y el relato entregado anoche por uno de los imputados, dan cuenta del maltrato físico, que incluyó torturas con electricidad, que sufrieron las víctimas.

18 de Junio de 2021 | 15:40 | Paulo González A., El Mercurio
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Los hechos más graves en torno el inédito caso de secuestro, tortura y homicidio en Collipulli ocurrieron el sábado 12 de junio. No solo porque agrava el clima de violencia en la zona, sino por la forma en que se desencadenaron los hechos según los primeros hallazgos y conclusiones de la PDI y la Fiscalía de La Araucanía a las que accedió este medio.

Ese día, dos personas que habían sido secuestradas una semana antes, sufrieron graves lesiones a raíz de las agresiones de sus captores. Uno de ellos simuló estar muerto tras recibir un golpe con un elemento contundente en la cabeza y luego huyó, lo que cambió el curso de este caso, pues denunció los hechos a la policía.

Detalles entregados por el sobreviviente y también por uno de los secuestradores que declaró anoche ante el Ministerio Público y la PDI.

Construyen choza para retención


Quienes conocen los detalles de esas diligencias aseguran que el móvil del delito se relaciona con la recuperación de armas que supuestamente habían sido robadas por los secuestrados. El 8 de junio se produce el rapto y fueron trasladados al interior de Collipulli, a un sector denominado Huapitrio.

Específicamente, según las declaraciones en esta indagatoria, a la zona de Salto Chancahua, en una choza especialmente construida y acondicionada para este delito.

Los mismos relatos detallan que ahí los mantuvieron retenidos por una semana, período en que los torturaron con electricidad, golpes, supuestos mensajes y llamados a sus familiares y otras vejaciones. Agresiones que tenían como finalidad que revelaran la ubicación de las armas que supuestamente habían sustraído (escopetas y un revólver).

Dinámica que se extendió hasta el 12 de junio, día en que los secuestradores golpean a sus víctimas y una de ellas simuló estar muerta para escapar.

Y lo logró, pues sus captores habrían estado bajo los efectos del alcohol y otras sustancias. Luego, llegó a un domicilio particular donde es asistido y se llama a Carabineros para denunciar el hecho. Sin embargo, aún quedaba una persona secuestrada en la choza.

Restos a un río


En la carpeta de investigación consta que mientras una de las víctimas concretaba su huida, la otra era asesinada. Crimen que se habría concretado ahogándolo con vino.

Una de las hipótesis que maneja el Ministerio Público apunta a que las armas que desencadenaron el secuestro podrían estar relacionadas con el homicidio del sargento de Carabineros Francisco Benavides.

Eso explicaría el intento fallido de los secuestradores para deshacerse del cuerpo con ácido, que sería un químico de uso casero. Quienes conocen los detalles de las declaraciones de los involucrados explican que ante la dificultad para eliminar las evidencias biológicas, finalmente optaron por hacer un fogón para quemar a la víctima, y que se mantuvo encendido toda la noche del sábado 12 de junio, hasta la madrugada del domingo 13.

Hasta ahora, la PDI y la fiscalía aún no han logrado dar con el cuerpo y están desarrollando diligencias en la zona. Reconocen que no ha sido una tarea sencilla, sobre todo, porque según las declaraciones judiciales, se habrían arrojado los restos a un río cercano. El trabajo pericial también está enfocado en la revisión de algunas evidencias biológicas halladas en el sitio.

En paralelo, se está rastreando al resto de los imputados, que serían a lo menos una decena y que se encuentran prófugos.
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