La presidenta de la Convención, Elisa Loncon, dejará su cargo a partir del miércoles 5 de enero.
Aton
A dos días de que asuma la nueva mesa directiva, la presidenta de la Convención, Elisa Loncon, se refirió a su salida y las complicaciones que ha tenido en la relación con los escaños reservados.
La dinámica con el resto de los pueblos originarios ha sido compleja y más desde que se dificultó la implementación de la consulta indígena.
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El problema de los escaños es falta de claridad respecto de los objetivos que tenemos acá. No hay diferencias en cuando a los objetivos políticos, todos venimos a instalar los derechos fundamentales de las naciones originarias", aseguró Loncon.
"El espacio de los pueblos originarios es deseado para controlarlo externamente, yo siento que en ese sentido se instaló desde un comienzo que los pueblos indígenas estaban siendo manipulados", comentó.
Sobre su liderazgo entre los pueblos indígenas, Loncon sostuvo que fue acusada de una mentira, lo que la perjudicó para guiar a sus pares.
"Uno de los problemas más grandes de los que se me ha acusado, y que era totalmente falso, es que dependía del PPD y de los poderes constituidos y que detrás de mí había gente, mano negra. La evidencia de los hechos ha demostrado mi transparencia. Esa mentira que se instaló antes de que yo llegara acá es la que ha pesado para bajar el liderazgo que se pueda tener en cuanto a dar una dirección".
En ese contexto, hizo un llamado a las mujeres indígenas "a ser sororas entre mujeres" y criticó que a los constituyentes de centroderecha "les falta interculturalidad, les falta diálogo, les falta aceptar al legítimo otro. Una de las cosas por las que no me han elegido, porque soy mapuche, hablo mapudungun, llego con mi traje. Me asocian a lo extraño, a lo exótico, a la violencia. Falta diálogo intercultural. Ojalá aprendiéramos de eso".
