¿Vive la Convención una crisis comunicacional? La pregunta se ha instalado luego de la renuncia de la periodista Lorena Penjean a la Dirección de Comunicaciones de la Convención, el 2 de febrero.
Penjean, quien estuvo casi tres meses en el cargo, expuso en una carta a la mesa directiva que llegó a la conclusión de que "no existe una cohesión interna ni la voluntad que se requiere para desplegar una estrategia comunicacional profesional y acorde a la magnitud del desafío". Agregó que "la deuda comunicacional de la Convención es un déficit producto de un presupuesto inexistente, pero por sobre todo, de factores directamente dependientes del comportamiento de las y los constituyentes, de la mesa directiva y, en especial, de la presidenta (María Elisa) Quinteros".
Pero meses antes de la renuncia de Penjean, convencionales ya sostenían que uno de los principales pendientes de la Convención era, precisamente,
fortalecer sus comunicaciones.
Al respecto, Paula Walker, académica de la Escuela de Periodismo de la U. de Santiago, directora del proyecto Mujeres Constituyentes y Violencia en Twitter, advierte que "para tener una estrategia de comunicación debes querer tener una estrategia de comunicación. Eso, que parece una obviedad, aparentemente no es tan claro al interior de la Convención".
Walker añade que "sin comunicación es muy difícil que el proceso pueda tener éxito. Requiere que las y los constituyentes comprendan que en estos momentos ellos son una autoridad reconocida y empoderada por las mismas personas y, por lo tanto, cada una de sus palabras, de sus declaraciones, tiene un peso muy distinto que cuando eran ciudadanos comunes y corrientes".
Responsabilidad
La tarde del miércoles, la presidenta de la Convención hizo "un llamado a los medios a poner su atención en los avances que está teniendo la Convención, y no en este tipo de espectáculos tristes", en referencia a dichos y garabatos expresados por la constituyente Teresa Marinovic (Chile Libre).
Varios convencionales han responsabilizado a los medios de comunicación de las críticas que recibe la Convención. Pero
Max Colodro, director del Magíster en Comunicación Política en la U. Adolfo Ibáñez, lo pone en duda. Para el sociólogo, "la responsabilidad principal, por no decir única, es de los propios convencionales. No es responsabilidad de los medios destacar y reforzar los temas en los que sí hay acuerdos, y ellos debieran tener una voluntad política clara y hacer un esfuerzo comunicacional sistemático y consistente para que la opinión pública perciba cuáles son estos otros temas sobre sí hay acuerdos".
Colodro afirma que "si lo que está saliendo hacia afuera de la Convención son solo los desacuerdos, ellos (los convencionales) deberían ser capaces de salir a decir: 'Sí, tenemos desacuerdos respecto de esto, pero tenemos una innumerable cantidad de acuerdos en esto otro'".
Daniel Halpern, director del Magíster en Comunicación Estratégica de la U. Católica, cree que en la Convención "ha habido una falta de estructura, de cultura, de que cuando habla uno después habla el otro, de respetar lo que el otro dice".
A su juicio, "para comunicar lo que pasa en la Convención necesitas una voz, y eso no existe. Son los líderes los que tienen esta misión, en este caso la directiva", y añade que "nadie está diciendo que piensen igual, pero sí que piensen juntos. Parece que es más importante lo que yo pienso, busco, pero no cómo vamos a hablar hacia afuera".
Quienes conocen el trabajo del equipo de comunicaciones al interior de la Constituyente cuentan que, por el contrario, muchas veces los propios convencionales no siguen los consejos de los asesores y dan declaraciones que luego tensionan el ambiente.
Episodios duros
Respecto de cuáles han sido realmente las crisis comunicacionales de la Convención o, al menos, los momentos más difíciles desde esta perspectiva, los académicos afirman que uno de ellos fue cuando Rodrigo Rojas Vade reconoció que no tenía cáncer, como había sostenido durante su campaña a convencional. Se trató, para Walker, de algo que "golpeó mucho la reputación de la Convención, porque nadie pudo haber dicho que era una operación".
Colodro añade que también la votación de la nueva mesa directiva puede haber sido un punto de inflexión: "La ciudadanía vio que la coalición del gobierno electo, Apruebo Dignidad, no logró ponerse de acuerdo en la nueva mesa, mostró desacuerdos en cosas fundamentales", expone.
Esta semana en el medio independiente La Diaria, de Uruguay, el designado ministro de Segpres del gobierno electo,
Giorgio Jackson, se refirió a algunos de estos puntos. En la entrevista fue consultado por algunos problemas de la Convención como "un convencional fingió que tenía cáncer, otro falsificó firmas para presentar una candidatura". Al respecto, Jackson afirmó que la Constituyente "probablemente sea el órgano más representativo que ha elegido Chile en su historia, en términos de diversidad y por cómo se compone. Pero que sea representativo no quita que hayan ocurrido situaciones no deseables y reprochables, como sucede en cualquier lugar que miras con una lupa.
Puede pasar en empresas, Estados, clubes deportivos, familias. Y aquí también pasó. No creo que haya que barrer debajo de la alfombra, efectivamente sucedieron situaciones que no favorecen el prestigio de la Convención. Pero tratar de hundir un proceso como este, como han intentado algunos sectores, a partir de un par de hechos específicos y particulares, es algo que responde a una agenda política".