La aprobación de la norma que garantiza los derechos sexuales y reproductivos en la propuesta de nueva Constitución -incluyendo una disposición que viabilizaría el aborto sin las causales establecidas hoy- fue ampliamente celebrada, pero también despertó una ola de críticas. Entre ellas, la Conferencia Episcopal advirtió que se trataba de un "atentado a la dignidad humana", pero que además ponía un "obstáculo insalvable para que muchos ciudadanos den su aprobación al texto constitucional que se está elaborando".
No fue solo la aprensión de esta institución: el argumento también se repitió en las intervenciones de varios constituyentes, que sostuvieron que se estaba dejando fuera de esta discusión a un sector de la población que considera que este es un tema valórico y no debería estar en la Carta Magna.
"Creo con mucha razón que la incorporación definitiva de la interrupción voluntaria del embarazo, es decir, del aborto libre en la propuesta de nueva Carta Magna,
será definitivamente un aliciente para que los chilenos y chilenas rechacen en el plebiscito de salida esta propuesta de nueva Constitución", afirma la constituyente Paulina Veloso (RN), quien además es evangélica.
"¿Por qué? Porque se aprueba una propuesta de Constitución que contempla una norma que deja el camino listo para el aborto libre, que no contempla plazos ni una ley que regule esto, no hay límites, no hay causales ni temporalidad, entonces si el Congreso quisiera limitarlo o regularlo, podría ser declarado inconstitucional", asegura Veloso.
Uno de los convencionales que rechazó la norma en sus tres incisos fue Miguel Ángel Botto, del Colectivo del Apruebo, quien adhiere a lo mencionado por Veloso y señala que "la aprobación de la norma ayer por parte del plenario es la construcción de la punta de lanza para el rechazo".
Esto porque, según Botto, "no hubo vocación de diálogo, no hubo camino hacia el equilibrio, y cuando uno ve una euforia por lograr ciertos triunfos sabiendo que hay un sector importante de la sociedad que está excluido, ese es el peor camino y la más clara manifestación de que no vamos en el sentido correcto".
La convencional Constanza Hube (UDI) emplazó incluso a la Universidad Católica en una publicación en su Twitter anoche. "Se aprueba el aborto libre sin límite de semanas y sin causales. Se rechaza reconocer el derecho de los padres de educar a sus hijos y Universidad Católica, muda", escribió.
Plebiscito de salida "va a ser favorable"
La visión se contrasta con quienes aprobaron la norma y aseguran que esta responde a una demanda social mayoritaria, por lo que no estaría en riesgo la aprobación del plebiscito de salida.
"Habría que hacer estudios de opinión, porque al menos yo tengo la opinión contraria: por ejemplo el matrimonio igualitario, es algo que hace poco a todos nos hacía pleno sentido común. Hace 10 años hubiera sido motivo de escándalo. También la sociedad chilena ha cambiado y ha cambiado en una lectura que, advierto, va en sintonía con lo que hemos ido aprobando en la Convención", dijo Christian Viera (Ind. FA) en conversación con EmolTV.
"Esta era una de las demandas de los movimientos feministas y una mayoría importante de mujeres y también algunos varones que apoyan que los derechos sexuales y reproductivos son un derecho humano fundamental y esa mayoría va a ser capaz de articularse, al igual que como lo ha hecho en los últimos años, de movilizar y avanzar hacia un plebiscito de salida que estoy segura que va a ser favorable para este proceso constituyente", responde Janis Meneses (MSC), coordinadora de la comisión de Derechos Fundamentales y una de las impulsoras de la propuesta.
"Es una reflexión que cada uno tiene que hacer, pero estoy segura de que hay una mayoría del país que está muy contenta con esta aprobación y creo que de hecho era todo lo contrario: si la Convención no hubiese escuchado esta demanda histórica, tal vez se podría haber puesto en tensión para algún grupo importante, como son las feministas de este país, el poder aprobar esta nueva Constitución", dice Meneses.
A toda esta discusión se suma un factor relevante: parte de la crítica esbozada por los representantes de Vamos por Chile, académicos, otros convencionales de centro que no están de acuerdo con la norma, e incluso la Conferencia Episcopal, tiene que ver con la falta del límite expreso en el artículo y que no haya un mandato explícito para que la regulación quede al legislador.
En ese sentido, el acuerdo al que llegaron en la izquierda y centroizquierda durante el martes tenía relación con rechazar el tercer inciso de la norma -que efectivamente se rechazó- para devolverlo a la comisión y que ahí se incluyera esa frase.
"El inciso tercero específicamente vuelve a la comisión para, dentro de lo que hemos acordado, establecer un mandato específico al legislador en esta materia para así poder darle tranquilidad a las personas, que claramente lo que estamos buscando acá no es un aborto hasta los nueve meses como se ha señalado por algunos sectores, sino que tiene que haber un límite que también no ponga en riesgo la salud de las mujeres y las madres gestantes", explicó Tammy Pustilnick (INN) este miércoles.
