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"Nos quedamos mirándonos con desesperanza": El relato de Fernando Fuentealba, dueño del hotel incendiado en Quidico

El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Macrozona Sur cuenta que ha sido blanco de amenazas en reiteras ocasiones, pero que los ataques en su contra no lo detendrán en su lucha para visibilizar la violencia de la zona.

13 de Mayo de 2022 | 16:09 | Por C. González, Emol.
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Hotel Küref, tras el ataque incendiario.

El Mercurio
"Fue por la detención de dos comuneros que, en un control vehicular el día anterior en la comuna de Tirúa, le encontraron 500 tiros y fueron detenidos. Eso produjo que una turba atacara la comisaría de Tirúa, a la Municipalidad de Tirúa, el BancoEstado y en esa misma noche en Quidico quemaron otra propiedad de otra vecina. Y anoche, alrededor de las 00:45 llegó también un grupo disparándole al retén de Quidico y, posteriormente, bueno… Finalmente, terminaron su accionar quemando el hotel".

Así comienza el relato de Fernando Fuentealba, dueño del Hotel Küref, el cual fue blanco de un ataque incendiario durante la noche de este viernes, en la comuna de Quidico, Región del Biobío. Si bien el también presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Macrozona Sur, comenta a Emol que el atentado esta vez no fue directo hacia su propiedad, recalca que no se trata de la primera vez que el recinto era objeto de ataques.

Tal como lo relata Fuentealba, era pasada la medianoche cuando su hijo recibió el llamado de uno de sus amigos dándole a conocer la noticia. "Un amigo de mi hijo nos llama por teléfono y le dice 'oye enanito, tengo malas noticias. Te mandé unos videos, atacaron el retén, hay una vecinas heridas y le prendieron fuego al hotel'. Nos mandó el video, y bueno, todos nos quedamos en silencio y mirándonos con una desesperanza y varios sentimientos encontrados", sostiene.

De acuerdo con la información establecida por Carabineros, el Hotel Küref fue rociado con algún líquido acelerante y posteriormente fue incendiado por un grupo de desconocidos, quedando completamente destruido. Sin embargo, no es la primera vez que este recinto es atacado, pues en años anteriores se registraron disparos en el lugar.

"No es la primera vez, había sufrido dos ataques armados al hotel, incluso estando mi familia adentro y turistas que se vieron afectados, a sus vehículos los balearon a escopetazos, les volaron todos los vidrios. La sensación no es la mejor, hay una seguidilla de hechos violentos y amenazas de muerte, intentos de homicidio en mi automóvil y por el simple hecho de encabezar la visibilización de la pérdida del Estado de derecho de muchos compatriotas o vecinos", menciona.

Dadas las características y las consecuencias que dejó este último ataque en su hotel, el también presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Macrozona Sur relata que, "en este caso el daño es mayor porque, efectivamente, este hotel no pertenece a una cadena ni a grandes capitales. Estaba plasmado ahí muchos años de esfuerzo, de trabajo, de esfuerzos y sacrificios familiares y que hoy en día, nos tienen absolutamente quebrados y en una situación complicadísima desde el punto de vista familiar, porque las amenazas de muerte continúan y ahora sin poder apelar a nada".

"No es la primera vez, había sufrido dos ataques armados al hotel, incluso estando mi familia adentro y turistas que se vieron afectados, a sus vehículos los balearon a escopetazos, les volaron todos los vidrios. La sensación no es la mejor, hay una seguidilla de hechos violentos y amenazas de muerte, intentos de homicidio en mi automóvil y por el simple hecho de encabezar la visibilización de la pérdida del Estado de derecho de muchos compatriotas o vecinos".

Fernando Fuentealba
Al momento de recordar el significado de este recinto para él, su familia y para la comuna, Fuentealba menciona que este hotel no sólo era una fuente de ingresos, sino que además se trataba de una luz de esperanza para los vecinos de Quidico, quienes veían las instalaciones como un símbolo del turismo.

"El hotel en general era un bastión que estaba quedando, como un símbolo que incluso la comunidad veía con esperanza que en algún minuto esto iba a parar y volver a ser el hotel emblemático de la localidad donde llegan extranjeros, artista y turistas. Esto no sólo produjo una pérdida material, sino que también un símbolo psicológico para la población de Quidico que hoy, muchos vecinos me escriben y me llaman para decirme 'con el hotel se murió la esperanza de recuperar el turismo en nuestra zona'", indica.

Pese a ello, el emprendedor reconoce que al Hotel Küref, "cuando comienza todo este tema de la violencia en la zona, lo publiqué en venta, pero por razones obvias nunca había interesados. Veían que era una zona declarada como 'roja' y nadie compra. Muchas familias quieren irse del lugar por el daño psicológico que tienen sus hijos y adultos mayores, pero nadie compra".

"Por eso en su momento manifesté que el Estado debía hacerse hecho responsable, y así como destinan $35 mil millones para la Conadi, también debieron haber incorporado la ayuda para ir en reparación de las víctimas, a la gente que se quiere ir (...) Además que vemos a una autoridad que no quiere responderle a las víctimas".

"Siempre están pensando en compensar a una etnia determinada y no entienden que esto tiene que ver ni con ideología ni con un problema étnico. Aquí es crimen organizado, terrorismo y que está tomándose una causa, y lamentablemente dañando a personas comunes y corrientes. Somos pequeños emprendedores que lo perdemos todo de un día para otro", lamenta.

-Imagen del Hotel Küref, previo a su ataque.
-Créditos: El Mercurio.

Reiteradas amenazas y crítica a las autoridades


"A mí me sacaron por seguridad el gobierno anterior hacia otra localidad, por seguridad a mí y a mi familia. Pero hoy nos vemos en la misma situación porque ya averiguaron dónde estamos y ahora tenemos que salir hacia otra ciudad, y es lo que le estamos solicitando al Gobierno".

A través de estas palabras, Francisco Fuentealba evidencia los niveles de violencia de los cuales ha sido víctima él y su familia. En ese sentido, menciona que hace un tiempo ya debió cambiarse de domicilio y trasladarse a otro lugar dentro de la región, medida que fue determinada por las autoridades del gobierno anterior, producto de las constantes intimidaciones.

"Yo soy el mejor ejemplo del incumplimiento a los derechos humanos, de lesa humanidad desde el minuto en que me veo forzado a salir de mi lugar de residencia por estos grupos violentos, y que un Estado no es capaz de controlar un Estado de derecho. Y no puedo seguir en el lugar donde estoy porque, justamente, no quiero seguir engrosando la lista de 51 personas asesinadas por estos grupos", manifiesta.

El relato entregado a este medio por el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Macrozona Sur, se realiza sólo horas después de que el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve visitara la Región del Biobío para participar en la firma del acuerdo entre el Ministerio Público y la PDI, que busca mejorar la coordinación y las capacidades de investigación y condena a los responsables de hechos de violencia.

"Un amigo de mi hijo nos llama por teléfono y le dice 'oye enanito, tengo malas noticias. Te mandé unos videos, atacaron el retén, hay una vecinas heridas y le prendieron fuego al hotel'. Nos mandó el video, y bueno, todos nos quedamos en silencio y mirándonos con una desesperanza y varios sentimientos encontrados".

Fernando Fuentealba
Frente aquello y al ser consultado por la medidas de seguridad que considera serían efectivas para combatir la violencia en la macrozona sur, plantea que "los gobiernos en general y el Estado en general tiene que tomar todas las medidas que les faculta la Constitución para recuperar el Estado de derecho, sea la medida que sea, pero con autoridad y con fuerza. El crimen organizado tomó control de la zona y eso no se puede permitir. Nosotros no queremos ese tipo de país, no lo queremos".

"El subsecretario nunca más contestó mis llamados, pero el acercamiento lo tuve hoy con el delegado presidencial provincial, Humberto Toro, al cual lo conozco hace muchos años y espero que, efectivamente, haya una solución. Soy padre de 7 hijos y todos estudiando, otros financiando sus carreras, y otros en la enseñanza media, y soy quien sustenta el hogar y no lo he podido hacer por la situación que he tenido", acota.

Finalmente, con respecto a su labor y lucha como presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Macrozona Sur, sostiene de forma tajante que "estos hechos a mí no me van a quitar la fuerza, porque hay mucha gente que su voz va a través de la mía. Soy una persona con valores y principios sólidos, y vuelvo a reiterar, tengo claro que este es un problema de país, y este país yo no lo quiero para mis hijos ni para mis nietos. Voy a continuar y con mayor fuerza".

-Imagen del momento en que el hotel es incendiado.
-Créditos: El Mercurio.

-Créditos: El Mercurio.
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