Ayer lunes el décimo Juzgado de Garantía de Santiago determinó la medida cautelar de
prisión preventiva en contra Juan González, el principal sospechoso del homicidio del carabinero David Florido.Y la misma situación ocurrió con
Marcela García y Julio Vidal, quienes son sindicados como encubridores de González durante los siete días que estuvo prófugo.
En la audiencia de formalización se entregaron detalles de las pericias realizadas por la fiscalía y Carabineros. "Todos los funcionarios policiales que participaron en el procedimiento reconocieron la imagen del imputado de manera que, desde ese punto de vista, lo ubican en el lugar de los hechos", se señaló de las declaraciones de otros policías que participaron.
Sobre el rol de Marcela García, el fiscal Christian Toledo relató que el día de los hechos González
le pidió ayuda a la coimputada, porque "se encontraba herido a bala en un pie". El hombre explicó que su lesión se debía a que le "habían querido robar su auto", que en ese forcejeo le habían disparado en el pie.
Ella le propuso ir a un hospital, pero no quiso y le pidió que lo llevara al
motel Jardín del Edén, en Quilicura. Poco después reconoció el enfrentamiento con Carabineros.
"Me dijo que había llegado a una barbería no sé de qué comuna (...), a cortarse el pelo. Que había entrado al baño y al salir se encontró de frente con una 'paca', con quien había forcejeado disparándole ella en el pie. Juan también me mencionó que había disparado junto con los otros sujetos que lo acompañaban, los que no los conozco", dice la funcionaria, y agrega que el imputado le contó que "había forcejeado y que un carabinero lo había reducido, logrando huir del lugar corriendo tres kilómetros aproximadamente. No me dijo en qué dirección".
Revela además que "me señala que
no sabe si de su arma salió el disparo con el cual murió el 'paco', porque todos habían disparado, tanto carabineros como los acompañantes con que él andaba". Y relata que le pidió "que se entregara", pero que él le habría dicho que "prefería matarse o agarrarse a balazos con los 'pacos' y que ellos lo mataran".
Y también del rol de Vidal. Con él se coordinó una segunda
huida, a una casa abandonada en el campo, en Litueche, en la Región de O'Higgins, donde estuvo escondido.Por su parte, la defensa del principal sospechoso esgrimió que hubo más disparos esa tarde, no solo de su cliente.
"Desde el momento de la llamada de la denuncia
se habló en plural, entonces, no solamente tenemos un plural de personas armadas, tenemos una pluralidad de disparos, de una pluralidad de armas... Yo creo que todos queremos la verdad, y la queremos bien. ", dijo el abogado Nicolás Carranza.
Igualmente, el defensor recordó que las armas modificadas no dejan una huella reconocible y que la evidencia "tampoco corresponde al arma de servicio del cabo Florido, que supuestamente disparó. ¿En qué momento disparó? No lo sé, porque solamente hay una constancia de un disparo".
Se estipularon 120 días de investigación.
