En medio del despliegue por el Apruebo y el Rechazo o regresando a sus profesiones previas al proceso, los ex constituyentes reflexionan sobre el resultado de la Convención y la crítica evaluación que se ha hecho del trabajo que ellos mismos realizaron. Faltó "más diálogo", dicen algunos, "mejor disposición para la discusión", plantean otros. Pero la lectura que hace más de uno es que "faltó tiempo".
Así lo plantea el ex convencional del Col. Socialista, César Valenzuela, que asegura que "siempre se pueden hacer las cosas mejor. En algunos casos se pudo por falta de voluntad, de uno u otro lado, pero también tuvo que ver con el tiempo. Era muy apresurado todo y eso pasa la cuenta".
Para Valenzuela, "
si hubiésemos tenido un poco más de tiempo podríamos haber hecho una armonización mayor, reducir más el texto". No obstante, su evaluación del trabajo de su colectivo es positiva. "Creo que estuvo bien, pero obviamente debe haber algo que pudimos haber hecho mejor. No tengo todavía ese análisis", dice.
En esa misma postura está Rosa Catrileo, ex convencional mapuche. "Todo pudo haber sido distinto y mejor, pero eso no significa que el texto de la propuesta sea malo. Es consistente, coherente con las definiciones que se dieron en la Convención y refleja las aspiraciones de sectores que nunca habían podido intervenir en espacios de toma de decisión", dice Catrileo.
Falta de tiempo y mucha "desconfianza"
Sobre el factor del tiempo, la abogada mapuche asegura que más meses hubieran servido para "buscar aún más diálogo, que nunca es suficiente. Hubiéramos tenido más tiempo de debatir más posiciones".
En ese marco, la ex convencional Tatiana Urrutia (RD) asevera que "la Convención llegó a los mejores acuerdos que pudo tomar considerando su configuración política y el tiempo que tuvo" y que con su colectivo, el FA, "hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para cumplir con la tarea encomendada".
Pero sobre el escenario actual, marcado por "el nivel de mentiras e interpretaciones mañosas que vemos", Urrutia dice que "quizá si sabíamos esto, hubiésemos repensado cómo dar mayor claridad, pero trabajamos de buena fe".
La ex constituyente de INN, Tammy Pustilnick, agrega otro factor además del tiempo que influyó en la construcción de acuerdos: la desconfianza inicial. Sin embargo, asegura que quedó "satisfecha" con el trabajo y el rol de su colectivo, porque los Independientes por la nueva Constitución "fuimos dialogantes, mesurados y responsables".
Eso sí, asegura que "hay artículos que pudieron haberse dejado más claros, como la norma de pluralismo jurídico o la del derecho a educación, para dar más certezas y tranquilidad a las personas sobre el espíritu de la misma y la intención del constituyente".
Para ahondar en esa idea, el ex convencional Eduardo Castillo (Col. del Apruebo) critica la forma en que se pensó la tramitación de las normas, que impedía "efectivamente" presentar indicaciones a los constituyentes que no participaban de una comisión.
Por ejemplo, dice Castillo, la norma sobre el consentimiento indígena "venía en el texto aprobado por la comisión; si nadie hizo indicaciones ahí, el texto se presentaba así al pleno y
en el debate quizás nadie advirtió la diferencia con el Convenio 169, por lo que los convencionales aprobaron o rechazaron el texto tal como venía".
"Este sistema requería de un tiempo de aprendizaje que no tuvimos por razones obvias: el plazo que teníamos. Ello impidió perfeccionar algunos artículos", señala.
La visión de Vamos por Chile
Entre los representantes de Vamos por Chile, la crítica y la reflexión apunta más bien a lo que no hizo el órgano en su conjunto, haciendo énfasis en que la mayoría la tuvo la izquierda y centroizquierda.
En ese marco, Eduardo Cretton, ex convencional de la UDI, dice que "todo este proceso hubiese sido tan distinto si es que aquellos que tuvieron la mayoría no hubiesen abusado de su poder y hubiesen incorporado a todos a la escritura de esta Constitución. Lamentablemente, prefirieron escribir una Constitución solo para ellos, excluyendo a millones de chilenos".
Paulina Veloso, ex convencional de RN, ejemplifica con la discusión sobre los derechos sociales. Para ella "pudimos haber partido por discutir los grandes temas que le importaban a la ciudadanía y de esa forma dar una respuesta integral (...) pero como se dejaron para el final, en el último mes tuvimos que ‘debatir’ y votar temas que ya venían definidos por los grupos mayoritarios de la Convención".
No obstante, sobre su propio sector dice que hizo falta "una mayor apertura al diálogo", ya que "es efectivo que un grupo, dentro de los 37 de Vamos por Chile,
no venían a conversar y transar, querían mantener todo tal cual (...) Eso hizo que los ánimos fueran bastante hostiles, por ejemplo en la Comisión de Derechos Fundamentales".
En tanto, Martín Arrau, ex convencional de Chile Libre, considera que el mayor error tuvo que ver con los contenidos del borrador. "El mayor error es que la propuesta da la espalda a las tres principales urgencias de la ciudadanía: seguridad, migración descontrolada y estabilidad económica; temas que hoy y que en el futuro próximo seguirán marcando la agenda de nuestro país".
"Pero no solo se dio la espalda a la ciudadanía, sino que en paralelo se consagró un Chile que nadie pidió, con muchas naciones, con múltiples sistemas de justicia y que se mete en la libertad de todos los ámbitos de tu vida, educación, salud, pensiones", concluye.