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Noam Titelman: "Las elecciones no se ganan diciéndole a la realidad cómo debería ser, se ganan reconociendo cómo es"

El economista e integrante de la generación que hoy está en La Moneda reflexionó en Emol sobre el anuncio del Presidente Boric y los escenarios que se abren. "Los únicos que quieren que el proceso constituyente concluya el 4 de septiembre son los que están en ambas polaridades".

20 de Julio de 2022 | 08:04 | Por Benjamín Blanco, Emol
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El Mercurio
Con el correr de los días, los análisis en torno al anuncio del Presidente Gabriel Boric sobre "una hoja de ruta" si gana el Rechazo se han multiplicado. La sorpresiva apuesta por una nueva Convención generó malestar entre algunos constituyentes, escepticismo en el oficialismo y cierta perplejidad en la centro derecha.

En paralelo, los expertos de la plaza han expuesto sus cavilaciones sobre cuál de las opciones de la papeleta saldría favorecida el 4 de septiembre.

Sin embargo, el economista Noam Titelman -ex presidente de la Feuc e integrante de la generación que ahora está en La Moneda- cree que los dichos del Mandatario sacuden el tablero "a los actores políticos, más que a la ciudadanía" y pone en duda del real impacto en la tendencia electoral.

El economista y licenciado en Letras Hispánicas UC, candidato a doctor en Métodos de la investigación Social de la London School of Economics and Politcal Science (LSE), sostiene en entrevista con Emol que en definitiva la tesis de Boric sepulta el Apruebo y Rechazo "a secas" y afecta a las polaridades, "que son los únicos que quieren que el proceso concluya el 4 de septiembre".

- Hace algunas semanas cuando se consolidaba la ventaja del Rechazo en las encuestas planteaste que el "Apruebo a secas" no sería suficiente, había que ampliar esa mirada. ¿La hoja de ruta planteada por el Presidente el viernes responde a eso?

A estas alturas parece claro que la mayoría de los chilenos no está en las opciones puras del Apruebo y del Rechazo. Según la Cadem, el apoyo a "aprobar para reformar" casi triplica al aprobar a secas, con 35% frente a 11%. De forma parecida, rechazar para reformar tiene casi el doble que rechazar a secas, con 35% frente a 18%. En otras palabras, nos enfrentamos a un Plebiscito en que ambas opciones en la papeleta se alejan mucho de lo ideal.

Por eso, también, está claro que pase lo que pase el proceso constituyente va a continuar después de que se cuenten los votos. En ese sentido, el Rechazo había tenido la astucia de poner sobre la mesa su visión del "día después" del Plebiscito. Mientras tanto, el Apruebo ha estado atrapado mirando hacia atrás, defendiendo lo democrático que fue el proceso constituyente o lo único que ha sido en nuestra historia. No por nada cuando la Convención hizo entrega simbólica del primer borrador constitucional seguía usando el lienzo "la convención se defiende". En general, cuando asomaba la pregunta del día después, el mundo del Apruebo se remitía a un silencio incómodo y a repetir la obviedad de que en la papeleta solo hay dos opciones. Me parece que lo que hace el anuncio del Presidente es que le pone la lápida al apruebo y al rechazo a secas y obliga a ambos a tomarse en serio la discusión de lo que pasará el 5 de septiembre.

- El Presidente removió el tablero y se hizo cargo de una situación de duda e incertidumbre, pero los efectos en las dos opciones están por verse. Podría consolidar el Apruebo, claro, pero también al Rechazo al aclarar que no hay regreso a la Constitución del 80 como en algún momento se señaló.

Creo que el anuncio le sacude el tablero sobre todo a los actores políticos, más que a la ciudadanía. Habrá que ver si tiene algún impacto sobre la tendencia electoral, pero lo dudo. En cambio, el impacto sobre los actores políticos me parece más claro. A pocas semanas del Plebiscito está clara la tendencia, en términos del apoyo al Apruebo y al Rechazo.

"La única posibilidad del Apruebo de terminar ganando es un cambio en esta tendencia, y las tendencias no cambian solas"

Noam Titelman
La única posibilidad del Apruebo de terminar ganando es un cambio en esta tendencia, y las tendencias no cambian solas. Si el Apruebo quiere tener alguna posibilidad de superar el 50% tendrá que saber renunciar a algunas de sus presuposiciones sobre el diagnóstico de lo que los chilenos quieren. Las elecciones no se ganan diciéndole a la realidad como debería ser. Se ganan reconociendo cómo es y empujándola lo más que se pueda. El anuncio obliga a salirse de las cámaras de eco tanto del Rechazo como del Apruebo. Al Rechazo lo obliga a tomarse en serio lo que significa sumarse a una agenda de cambios profundos, como lo que implicaría un nuevo proceso constituyente. El odio visceral a la Convención o al proceso constituyente no da el ancho para eso. Tal como en la segunda vuelta presidencial, la pura demanda de orden no alcanza, hay que ofrecer un camino de cambios, pero de verdad.

- ¿Y por el lado del Apruebo?

Por el lado del Apruebo obliga a despercudirse de los discursos autocomplacientes que reducen todo las dificultades a una campaña de desinformación o a que ‘saliendo a la calle’ y mostrando el texto, todo se resuelve. El Apruebo necesita mostrar que los cambios que se proponen en el nuevo texto le van a mejorar la vida a las personas y que hay un camino ordenado, con horizonte de tranquilidad, para esas transformaciones, tal como ocurrió en la segunda vuelta presidencial. Eso, necesariamente, implica aceptar y apoyar que el actual Congreso le haga modificaciones al texto. Es decir, mostrar que la nueva Constitución sería un buen punto de partida, no el punto de llegada.

- La jugada ya ha tenido algunos efectos: la dicotomía "propuesta constitucional versus volver a la Constitución del 80" queda superada y por otro lado, cuando se esperaba que fuese le momento en que el "texto hablara" el debate ahora es "qué viene después de que gane el Rechazo".

Efectivamente, el anuncio del Presidente obliga a los actores políticos a dejar de justificar sus posiciones mirando hacia atrás. La justificación para votar por el Apruebo centrada en la historia del proceso constituyente y su singularidad histórica, como texto profundamente democrático, no es suficiente. Por otro lado, los textos nunca “hablan solos”. ¿Cuántas personas leen los programas presidenciales para elegir su voto? La política no es una disputa de textos. En el mejor de los caso es la disputa de grandes ideas por acceder al poder. En este sentido, me parece interesante el ejercicio que ha hecho la encuesta Criteria, preguntando por los escenarios que la gente se imagina vendrán en el caso de ganar el Apruebo o el Rechazo. En estos ejercicios, los que encuentran es que los dos elementos positivos que la gente asocia a una victoria del Apruebo son más paz social y una economía más justa y menos desigual. En cambio, lo que la gente asocia al Rechazo es mayor crecimiento económico y menor inflación, aunque también más desigualdad e injusticia económica. Esas son las grandes ideas que están disputa y que van a estar en juego el día de la votación.

- Pareciera que los constituyentes y la campaña que puedan hacer quedan en una posición difícil sin el argumento del Gobierno en esta "hoja de ruta" es apelar al hastío.

Apostar al hastío es una muy mala idea. No creo que sea el argumento del gobierno. Los únicos que quieren que el proceso constituyente concluya el 4 de septiembre son, paradojalmente, los que están en ambas polaridades. Algunos en el rechazo, ese 18% del rechazo puro, no quieren que el 5 septiembre conduzca a una nueva Constitución, y, a lo más, aceptarían algunas reformas menores. Similarmente, para algunos constituyentes, y ese 11% del apruebo puro, es difícil abrirse a que el proceso Constituyente continúe el 5 de septiembre. Lo que tienen en común esos dos grupos es que son los que ven en alguno de los dos textos, ya sea la nueva o a la actual constitución, una opción ideal. Para el resto, es decir 70%, el proceso de alguna manera debe continuar.

- El anuncio fue conversado en el comité político e impulsado por el ministro Giorgio Jackson, ¿cómo observas la posición del ministro considerando la difícil relación con el PS?

Tenemos el Congreso más fragmentado de nuestra historia. Además, dentro de cada bancada existe un nivel pocas veces visto de indisciplina. Ni siquiera hablamos ya de "díscolos" porque hemos normalizado que siempre algunos congresistas votarán en contra de sus bancadas.

"Es increíble que todavía no se haya podido ni siquiera ponerle nombre a esa coalición de partidos que componen el gobierno. Sin eso, es poco lo que se pueda avanzar en coordinación entre el ejecutivo y legislativo"

Noam Titelman
En un escenario así, la tarea de cualquier ministro de la Segpres se ve muy difícil. Si a eso le sumamos las dificultades de una coalición de gobierno creada después de las elecciones y en la que conviven formalmente dos coaliciones se entiende muchas de las dificultades observadas. Mientras que sobre lo primero no es mucho lo que se pueda hacer en el corto plazo, pues la solución pasa por reformas institucionales junto con cambios culturales en los partidos, sobre los segundo si se puede hacer algo. Me parece que una mejoría sustancial de la relación entre el gobierno, encargando en el ministro Jackson, y los congresistas oficialistas, pasa por consolidar una sola coalición de gobierno. Es increíble que todavía no se haya podido ni siquiera ponerle nombre a esa coalición de partidos que componen el gobierno. Sin eso, es poco lo que se pueda avanzar en coordinación entre el ejecutivo y legislativo.
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