La formalización del bloque "Centroizquierda por el Rechazo" que integran figuras como Carolina Goic, Felipe Harboe, Javiera Parada y Ximena Rincón; y meses atrás de los "Amarillos por Chile", reeditó el debate sobre qué es, quiénes son y a quiénes representan los personeros se identifican como "centroizquierda" en Chile.
Para un sector estas figuras no son de centroizquierda: el presidente de la DC, Felipe Delpín, acusó en entrevista con Radio U. de Chile la semana pasada que "el verdadero pueblo de la centroizquierda está con el Apruebo", y a él se sumaron declaraciones en ese sentido de otros personajes que están por la misma opción.
Para
Ernesto Ottone, sociólogo y ex asesor del Segundo Piso durante la gestión de Ricardo Lagos, la aparición de estos movimientos por el Rechazo sí está ligado al espíritu de la centroizquierda.
"Existe un importante sector de chilenos que quieren cambios y una nueva Constitución, pero que no tienen representación política, porque los partidos de la centroizquierda se subordinaron a la izquierda radical", planteó Ottone en EmolTV.
Eso, a su juicio, es lo que explicaría el surgimiento de Amarillos por Chile y otros grupos, un espacio para la gente "huérfana". "Creo que el espíritu de la Concertación, de la centroizquierda, está más bien ligado a esto que a los aparatos partidarios", aseveró el sociólogo.
Dónde está la centroizquierda hoy
El estallido social y el proceso constituyente evidenciaron las diferencias entre los militantes de los partidos que pertenecieron a la Concertación y dejaron algo desdibujado el escenario político.
Según el doctor en Filosofía y director del Magíster en Comunicación Política de la UAI, Max Colodro, la centroizquierda es la que tradicionalmente "se ha sentido identificada con los gobiernos de la Concertación y después transitaron a partir del primer gobierno de Piñera hacia posiciones más radicales. Apoyaron a Bachelet, y tuvieron mucha ambigüedad con respecto al estallido social: lo vieron con esperanza, pero también con temor y preocupación respecto a los altos grados de violencia y destrucción".
Los partidos políticos en los que hoy se podría encontrar a ese sector -dice Colodro- serían la DC, el PPD y el PS, pero haciendo la observación de que "el Chile de hoy es un Chile muy distante de los partidos en general". Otros suman a una parte del Partido Radical, e incluso a Revolución Democrática en esta fórmula.
Nicolás Somma, director y profesor del Instituto de Sociología UC e investigador del COES, agrega que, como es un sector que gobernó mucho tiempo, "tiene claro que es importante ofrecer buenas condiciones de inversión a la economía privada para favorecer el empleo. También tiene una vocación claramente democrática, reafirmada a sangre y fuego dada la condición de víctimas de la dictadura de sus militantes más antiguos. Pero también
se estremece un poco cuando la participación parece desbordarse y toma ribetes jacobinos, como durante el estallido".
Ese último punto es el que menciona Colodro para argumentar por qué existe hoy esta tensión al interior de la centroizquierda. "La violencia fue clave para que un sector de la centroizquierda tomara distancia. A partir de ese momento, un sector de la centroizquierda empieza a mirar críticamente ese proceso, y hoy, mirando la propuesta constitucional, ha llegado a la convicción de que esta Constitución que se propone va a terminar dañando logros que el país ha tenido en los últimos 30 años".
Quién tiene el "carnet" de la centroizquierda
El magíster en sociología e investigador del IES, Rodrigo Pérez de Arce, considera que lo que está pasando es una pelea interna para ver "quién reparte el carnet de militancia de la centroizquierda", a propósito de que el Rechazo ha aglutinado a personas que tradicionalmente no votaban por la derecha.
"Si uno dice, ‘Matías Walker, Ximena Rincón, Cristián Warnken, Carlos Maldonado’, ¿tienen ideas de libre mercado a ultranza, o una actitud conservadora frente a la política? Me parece que no, me parece que eso no calza y por eso parece ser un conflicto de querer apropiarse de la chapa de ser de centroizquierda, porque ser de centroizquierda en Chile es algo que tiene cierto arrastre electoral", dice Pérez de Arce.
Otro factor que nombra Somma: el crecimiento de una "nueva izquierda", que sería "más decidida y con menos complejos , lo que en parte es debido a su menor experiencia en el poder, que se expresa tanto institucionalmente -Frente Amplio- como en las calles o la Convención, con la fallida Lista del Pueblo".
El surgimiento de temas como la plurinacionalidad o la igualdad de género también habrían afectado, pues "parte de la centroizquierda se vio atraída por la posibilidad de plantear reformas profundas en estos temas y
así conjurar el trauma de los auto-flagelantes", plantea el académico UC.
Pero como esos temas no eran clásicos del sector, explica Somma, no hay acuerdos internos sobre ellos. "Esto parece haberla desgarrado. La polémica por las cartas de Lagos son el mejor ejemplo", asegura.
El escenario post plebiscito
El escenario después del Plebiscito también podría ser determinante para estos sectores, de acuerdo con lo que plantean los académicos.
"Puede ser que desaparezcan las marcas, nombres, pero siempre habrá una izquierda de talante más radical que está tensando y otra de carácter más institucional. ¿Será la DC esa izquierda más moderada? No sabemos. Esta crisis es súper fuerte porque no es solo un problema de hoy, no es solo una pregunta que se plantea en el plebiscito. Uno podría decir que viene desde el 2011 o incluso antes, con los autocomplacientes y los autoflagelantes", plantea Pérez de Arce.
"En la DC hemos estado en un quiebre interno, prácticamente. En el PS eso se nota menos, pero en caso de ganar el Apruebo es muy probable que esta fractura termine por confirmarse y materializarse. Si gana el rechazo, es menos probable, porque la inmensa mayoría de la centroizquierda y centroderecha van a tener que empezar a buscar un proyecto constitucional más moderado, más cercano a lo que fue el Chile de estos últimos 30 años", asegura Colodro.
