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No era Praga, pero...: El debate que abrió el diputado Winter (CS) sobre la situación en el centro de Santiago

La crisis que atraviesa el casco histórico y otros sectores de la comuna ha agudizado la crítica entre expertos, autoridades y ex alcaldes sobre las responsabilidades -y soluciones urgentes- de un problema multidimensional.

05 de Diciembre de 2022 | 13:15 | Por Daniela Toro, Emol.
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Comercio informal en el centro de Santiago.

Aton / Archivo.
"Yo sí creo que la situación de Santiago centro es preocupante, pero por una cantidad de factores prácticamente infinita, y que tenemos que ponernos las pilas por rescatar al centro, por hacer que vuelva a su esplendor. Pero quienes pretenden hacernos creer que el centro de Santiago era Praga el día antes que asumiera Irací Hassler (PC), creo que tampoco están asistiendo al debate de una manera honesta".

Esa fue la reflexión con la que el diputado por el distrito 10, Gonzalo Winter (CS), abordó ayer, en conversación con El Mostrador, la situación que atraviesa el centro de Santiago: una crisis multifactorial que ha dejado decenas de episodios de violencia, a lo que se suma la sensación de inseguridad y el uso del espacio público por parte de comercio informal, entre otros.

De hecho, las intervenciones desarrolladas por Carabineros y funcionarios municipales en los alrededores de la Plaza de Armas no han estado exenta de enfrentamientos, a lo que se sumó el episodio de niños portando armas blancas, en medio de una discusión entre comerciantes ambulantes.

En ese contexto, el parlamentario hizo hincapié en que "a veces Santiago centro se analiza desde un punto de vista muy simplón e interesado, un alcalde aquí, un alcalde allá, etc., cuando en realidad a Santiago centro le toca absorber lo que conlleva la inmigración peruana, colombiana, venezolana, haitiana; una pandemia, donde una zona llena de comercio tiene un impacto; y le toca absorber también, de manera positiva, cuando la noche, como mercado, tiene un alza; y cuando una determinada clase social decide emigrar a otro sector de la capital".

La defensa de Winter ante la crítica ocurrió la misma jornada en que nueve ex alcaldes de Santiago -de distintos sectores políticos- publicaron una carta en El Mercurio donde enumeran los problemas de una comuna "agonizante" e "irreconocible", y donde apuntan directamente a la actual administración municipal, aunque también emplazan al gobierno regional y nacional.

"Pensamos que la principal responsabilidad de semejante debacle recae directamente en quienes administran la ciudad", señalan los ex jefes comunales en el texto, y afirman que "no se advierte una actitud de liderazgo, decidida y resuelta que intente poner atajo con firmeza y energía a este descalabro en que se encuentra sumido Santiago".

Estallido, pandemia y "las señales" de Hassler


Pablo Zalaquett, uno de los firmantes de la carta, fue alcalde de la comuna entre 2008 y 2012. En su diagnóstico, según comenta a Emol, Santiago ha tenido "buenos y malos momentos", pero efectivamente hay un contraste entre lo que hoy se experimenta en las calles, lo que se agudizó por la pandemia y por las "señales" que ha dado la actual jefa comunal.

"Esto no pasa por derecha o izquierda, pasa por liderazgo, por actitud, por señales y por forma de trabajo, entendiendo que Santiago no es Viena ni Praga, que habían problemas que venían de antes, pero jamás a esta magnitud".

Pablo Zalaquett, ex alcalde de Santiago
"Obviamente la pandemia cambió Santiago. La gente no podía ir, el comercio ambulante se instaló, pero yo vi una actitud de trabajo del ex alcalde Felipe Alessandri totalmente distinta (a la de Hassler). Había una brigada especial de coordinación dirigida por él, que ella llegó y la desmanteló", sostuvo.

Y agregó: "Que Santiago no era Praga, obvio que no lo era, nunca lo va a ser porque somos culturas distintas, pero el diputado Winter, con todo el respeto que me merece, es una persona súper ideológica (...) La gente que visita Santiago, la gente que tiene miedo, no tiene signo político. Esto no pasa por derecha o izquierda, pasa por liderazgo, por actitud, por señales y por forma de trabajo, entendiendo que Santiago no es Viena ni Praga, que habían problemas que venían de antes, pero jamás a esta magnitud".

Para la concejala Rosario Carvajal (Ind), integrante de la comisión de seguridad del municipio, que Santiago está en crisis "es una realidad; no necesitamos que ex alcaldes nos digan algo que es bastante evidente", y recalca que "por lo demás, varios de ellos contribuyeron bastante a la crisis que evidenciamos hoy".

"Ellos son parte de la crisis que hoy se profundiza, lo que no es excusa para la alcaldesa, que ya lleva un año y cinco meses. Si bien ninguno de estos problemas comenzaron con ella, también es cierto que fue concejala en el periodo anterior y hubo errores como esta promesa de permisos precarios que se mencionaron. No se dieron las señales en el sentido de que la comunidad de los vecinos y vecinas esperábamos; se toman medidas, pero son tibias y más bien reactivas", agregó.

La situación, de todos modos, es de "degradación", comenta Carvajal. Según las cifras que maneja, son 700 -entre locales y oficinas- que en el centro histórico ya están en arriendo, e incluso acusa de mal uso de locales en galerías, "donde hay reportes de que se guardan carritos del comercio ilegal".

En la misma línea, el concejal Juan Mena (Ind-RN), afirma que la frase del diputado Winter es un reflejo del dicho que "no hay peor ciego que el que no quiere ver". Esto, porque si bien reconoce que siempre ha habido comercio ambulante en la calle, con cerca de 3.000 puestos identificados (con permisos precarios), apunta a que fue una "irresponsabilidad" por parte de la alcaldesa el ofrecer cerca de un 50% más.

"La alcaldesa actual, de forma muy irresponsable, ofrece 1.500 permisos, de forma muy poco transparente. Luego vino la pandemia y estallido social, y como la alcaldesa hizo justo este ofrecimiento, salieron las personas a instalarse. Además, ella inicialmente desarmó la Unidad de Control y Mitigación del comercio ambulante, por lo tanto quedamos incivilizados como municipio en ese actuar".

Por su parte, la concejala Camila Davagnino (PC) explica a este medio que efectivamente ha existido una acción "reactiva" frente a la crisis, pero que obedece a un esfuerzo mayor de las últimas dos semanas a raíz del incremento del comercio ambulante por las fiestas de fin de año, si embargo, recalca que ha existido "un trabajo sostenido" en la materia. De hecho, afirma que "nunca se otorgaron los permisos al comercio ambulante de manera indiscriminada".

"La pandemia generó una ocupación del espacio público que no hemos podido revertir; el tema de la comida ha estado presente muchos años, pero se agudizó, hay mucha gente que come en la calle. Son problemas antiguos y esto no es solo culpa del ex alcalde Alessandri, hay que mirar el problema con un poco más de amplitud", sostuvo.

"Hay que dar señales de espacios conquistados"


Carlos Maillet, director de Licenciatura en Artes y Conservación del Patrimonio de la Universidad San Sebastián plantea que el problema que atraviesa el centro de Santiago "se ha acrecentado muchísimo en el último año y frente a ello no ha habido una respuesta acorde", si embargo, a su juicio es "injusto" culpar a un solo actor -en este caso, a la alcaldía-, por este escenario.

"No somos un centro de ciudad europeo, ni canadiense, ni australiano. Pero es muy importante la participación y la educación, suena como de sentido común, pero no es lo que está pasando".

Uwe Rohwedder, urbanista U. Central
A su juicio, un principal detonante fue la pandemia y la sucesiva "falta de respuesta desde el gobierno central, así como también de una articulación con el gobierno regional". Lo importante ahora, dice, es tomar acciones que "den señales de espacios conquistados, que incluye no sólo recuperación de fachadas, sino que catastro de personas, mayor seguridad desde el personal uniformado y seguridad ciudadana, un trabajo conjunto. Esa articulación debe ser desde la alcaldía, que es la que está con mayor presión por sus vecinos", sostuvo.

Por su parte, Uwe Rohwedder, urbanista de la Universidad Central, coincide en que es innegable hablar de una crisis multidimensional que ha traído violencia aparejada. A su juicio, "es necesario sacar el comercio ambulante; estamos ante un fenómeno sociológico y social, donde parece que hay poco trabajo, pero alguien provee a estas personas de lo que venden, más allá de que esté prohibido".

La pregunta, sostiene, es "cómo llegamos a tener una planificación integrada de fondo que aborde este problema multifactorial e incluso, intercomunal. Hace falta acuerdo y participación para avanzar en la materia, lo que incluye tanto al municipio como a las juntas vecinales".

"No somos un centro de ciudad europeo, ni canadiense, ni australiano. Pero es muy importante la participación y la educación, suena como de sentido común, pero no es lo que está pasando", zanjó.
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