EMOLTV

¿Un escudo o un chivo expiatorio?: Por qué Amarillos se tomó la discusión constitucional sin ser un partido establecido

Distintos analistas platean que podrían ser el "escudo" de la derecha y que la centroizquierda siente "temor" de su fuerza real.

12 de Diciembre de 2022 | 13:42 | Por Cecilia Román, Emol.
imagen

Soledad Alvear y Cristián Warnken, miembros de Amarillos por Chile, en las primeras inscripciones al partido en formación.

Aton
Aún no se conforman como partido político, no han pasado por una elección y en el Congreso están representados únicamente por un ex diputado DC, Andrés Jouannet. Pero aun así, se le ha atribuido a Amarillos por Chile cierta "intransigencia" e incluso hasta "obstruccionismo" en las conversaciones por el acuerdo constitucional, que cumplirán 100 días esta semana.

Su presidente, el escritor Cristián Warnken, aseveró en El Mercurio que hay un mito en todo eso. "¿Cree alguien de verdad que un partido tan pequeño puede echar atrás, torpedear, una negociación en la que participan conglomerados con varios diputados y senadores’", preguntó en una entrevista.

Según Warnken, la tesis responde a una necesidad de buscar algo así como un chivo expiatorio ante la falta de consenso. "Siempre es más fácil endosarle responsabilidad a otros en vez de hacer una autocrítica, y a quien se busca es al más pequeño, al más marginal", aseguró.

La discusión sobre el rol de Amarillos por Chile llegó también al Ejecutivo: la ministra del Interior, Carolina Tohá, explicó la injerencia que han tenido como resultado de una estrategia de la derecha en la conversación.

"Amarillos ha sido como un escudo de la derecha para enfrentar a la opinión pública. Personas que vienen de una tradición, no sé, democrática, de centroizquierda, que hoy están en ciertas posturas que le permiten a la derecha decir ‘no, si no somos nosotros, es Amarillos', planteó Tohá en Tolerancia Cero este domingo.

La tesis del "escudo" es compartida por varios analistas políticos, aunque otros apuntan a un cierto "temor" de la centroizquierda de lo que puede significar dejarlos afuera.

"Por el lado de las izquierdas hay un temor, bastante más infundado, a todos estos partidos de centro que se están formando, Amarillos y Demócratas", aseguró el sociólogo Alfredo Joignant en El Mercurio. De acuerdo con Joignant, sería "infundado" porque no hay certeza de si estos movimientos van a alcanzar a inscribirse y tener una injerencia real en el sistema electoral.

"Se les está imputando, anticipadamente, una fuerza electoral que tal vez no será tal (...) lo de Amarillos es el último delirio de la política establecida. Es una fuerza que no existe ni formal ni electoralmente y sucede que lo que allí se diga o respira produce consecuencias. Me parece un desvarío de los partidos: la política se hace en base a realidades, no a cosas que eventualmente pueden existir", aseguró.

Entre el "temor" y los "escudos"


Lo que cruza las miradas de todos los analistas es un factor en concreto: por algún motivo, tal vez varios motivos, Amarillos está "sobrevalorado" en la discusión, y de acuerdo con lo que plantean estos académicos, ese valor se lo están entregando los mismos negociadores de las otras fuerzas.

"La responsabilidad es de los propios negociadores de todos los partidos políticos, porque uno puede invitar a la mesa a distintos, pero cada uno tiene un peso relativo", dice Tomás Duval, analista político de la U. Autónoma.

"Amarillos ni siquiera es partido político, apenas tiene un diputado. En rigor, no representa ningún riesgo para la mesa de negociaciones. Han sido los otros partidos de la mesa los que le han atribuido poder a Amarillos. Si no es un poder electoral, entonces es un poder político-comunicacional", suma Mauricio Morales, analista político de la U. de Talca.

Pero por qué les darían un espacio en la mesa si la derecha los reconoce como la "centroizquierda" y el oficialismo resiente su postura, alegando que es más "radical" que la de Chile Vamos, también tiene varias explicaciones.

Según Morales, "probablemente algunos crean que el Rechazo ganó gracias a Amarillos, y que Amarillos puede hacer fracasar el nuevo proceso constitucional si lo dejan afuera. Probablemente, parte de la derecha vea en Amarillos una buena excusa para no suscribir un acuerdo que incluya una Convención 100% electa, inclinando la balanza hacia una Mixta".

La cientista política e integrante de la Red de Politólogas, Javiera Arce, en tanto, coincide con Tohá en un punto: la postura de Amarillos es una postura que en realidad Chile Vamos desearía sostener públicamente, pero no lo hace y lo deja en manos de este otro sector, por lo que su presencia y su relevancia les resulta beneficiosa a quienes sí tienen la representación política en el Congreso.

"Están en la mesa porque se arrogan el tener derecho, o tener privilegios, por el hecho de ser intelectuales, haber tenido un pasado glorioso y que eso no los puede dejar detrás de la discusión política. Chile Vamos los está ocupando como escudo de ellos. Todo lo que es lo duro, lo impopular, se lo están dejando a ellos", plantea Arce.

No obstante, remarca que "no sé cuánto tendrán estas personas de peso en términos relativos, porque les ha costado encontrar las firmas para armar el partido y no sé si las van a encontrar".

Duval, al contrario, no cree que se trate de un "escudo", sino de una estrategia del oficialismo para reafirmar la postura propia. "El espacio en la mesa de negociación lo tienen porque no se le puede cerrar la puerta a nadie y en ese espacio me parece que el oficialismo está encontrando en Amarillos una manera de producir una negociación diferente: pegándole a un actor que no tiene los votos ni la representación, eso le sirve para reforzar su posición", asevera.

Morales tampoco considera que se trate de un "escudo", pues responde que "los escudos se utilizan cuando hay miedo y se reciben ataques por pensar distinto. La derecha ha planteado claramente sus puntos, RN quiere convención Mixta y lo ha dicho de manera explícita. ¿De qué le sirve Amarillos? Absolutamente de nada. Más bien, son los otros actores quienes le dan una relevancia inaudita a este grupo, creyendo que si no forman parte, entonces el proceso va a fracasar".

"Dicho en simple, el problema no es de Amarillos, sino de quienes le tienen miedo a Amarillos. Y esto no aplica para los partidos de derecha precisamente", remarca Morales.

Pero además, Duval plantea un punto adicional: el espacio en el que está este movimiento hoy, entre Chile Vamos y el oficialismo, sería beneficioso para ellos.

"El objetivo es transformarse en un partido y encontraron un espacio (...) ellos creen ser una alternativa entre el oficialismo y la oposición. El mejor escenario para ellos es que primero los critique el oficialismo y luego la oposición, para mostrar su posición, que son diferentes, y eso les ayude a constituirse como partido", explica Duval.