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¿Y si gana el Rechazo otra vez? El "vacío" que dejó la reforma del nuevo proceso constituyente

Los artículos que habilitan la continuidad del camino constitucional no señalan qué pasa si la ciudadanía vota mayoritariamente en contra de la Carta Magna, solo está explícita la posibilidad de que apruebe.

22 de Diciembre de 2022 | 18:22 | Por Cecilia Román, Emol.
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Si todo resulta como esperan los partidos políticos que suscribieron el "Acuerdo por Chile", entre diciembre 2023 y enero 2024 la ciudadanía acudirá a las urnas para votar si está a favor o en contra de la nueva Constitución.

Este proceso es tan distinto y tiene tantas condiciones -según las colectividades- para que no repita el fracaso de la Convención, que la posibilidad de que se rechace ni siquiera está en el proyecto de reforma constitucional que ingresaron los parlamentarios el miércoles.

El texto explica todos los pasos de construcción de la nueva Carta Magna y llega hasta el plebiscito, donde dice que si es aprobada, el Presidente tendrá que convocar al Congreso Pleno para que se promulgue y se jure o prometa respetar y acatarla. ¿Y si se rechaza? No dice nada.

La discusión sobre el "vacío"


Esto marca una diferencia con los artículos de la Carta Fundamental vigente, donde se incluyó en el artículo 142° que "si la cuestión planteada fuere rechazada, continuará vigente la presente Constitución". Esa línea desató una discusión hace un par de meses, cuando el Partido Republicano, por ejemplo, sostenía que con esa frase se terminaba el proceso constituyente.

Otros, incluido el Presidente Gabriel Boric, alegaron que el mandato ciudadano de elaborar un nuevo texto seguiría vigente, independientemente de que hasta que no exista ese texto, debería seguir rigiendo el actual.

El asunto se discutió durante el proceso de redacción del proyecto de reforma y según recuerda uno de los representantes de Socialismo Democrático que estuvo presente, no fue una "mera omisión".

Lo que se quiso evitar, según este personero, es una declaración "taxativa" de lo que señala el artículo 142, porque el resultado natural de otro rechazo a la Constitución sería que se mantenga el orden institucional vigente.

El tema podría haber derivado en una discusión de qué sucedía entonces, si se podía avanzar en cambios mediante reformas o si se tendría que repetir el proceso. En ambos casos, dice el mismo representante, "se desincentivaba el acuerdo".

El co-director del programa de Derecho Público de la UDP -e integrante del grupo de abogados que redactó el texto-, Domingo Lovera, explica lo sucedido por dos motivos: primero, la idea era "no volver a dejar la puerta abierta, para que se cierre ahora y de una vez".

Además, señala que "la tarea era solo responder al acuerdo, y allí no había nada al respecto. El Parlamento puede innovar en ese punto, por cierto".

De acuerdo con el diputado DC Eric Aedo, otro de los participantes de la conversación, qué pasa si se rechaza este texto "está expreso en la norma, pero no se quiso explicitar porque obviamente para un sector del acuerdo, el mundo más de la izquierda, decirlo así tan brutalmente, que regirá la Constitución actual, producía ruido".

"Si se rechaza, sigue rigiendo la actual Constitución, es evidente", agrega el diputado Juan Antonio Coloma (UDI), otro de los integrantes del grupo que terminó la reforma.

Pero Coloma plantea que es optimista y que "espero que este proceso, que es totalmente distinto al anterior, pueda terminar en una nueva y buena Constitución para Chile. Terminamos con la hoja en blanco, acortamos y abaratamos el proceso, hay participación de técnicos, las bases, espero de verdad que todo esto nos permita darnos esta Constitución".

Además hay un subtexto en los argumentos de todos, que implica que este segundo proceso no debería ser rechazado, y en caso de que sucediera, sería muy complejo retomar el rumbo constituyente.

"Si se llegase a rechazar esto, veo difícil que se inicie otro proceso de inmediato, creo que el Gobierno no tendría fuerza, la gente ya no entendería que sigas en un proceso durante tres años continuos. Habría que postergarlo, no le veo espacio social ni político en la gente como para continuarlo. Menos cuando el próximo año estemos viviendo un proceso de recesión económica", plantea Aedo.

Otra opinión tiene el diputado Luis Cuello (PC), que junto al secretario general del PC, Lautaro Carmona, y la senadora Claudia Pascual, participaron de las conversaciones donde se definió aquello.

La interpretación de Cuello es que el título de los nuevos artículos, que dice "Del procedimiento para elaborar una nueva Constitución en caso de rechazar la cuestión planteada en el plebiscito señalado en el artículo 142", implica que si es rechazada, se debería iniciar un nuevo proceso.

"Creo que con los elementos que quedaron en el articulado, a mi juicio es claro que esto debería continuar pero no es la idea, la idea es que esto se cierre", explica.

"Eso es lo primero. El otro punto de vista es que es lógico que si se rechaza va a continuar vigente la Constitución mientras no sea reemplazada por otra, eso se hace a través del procedimiento", señala.

Este jueves, la ausencia de la norma explícita tuvo sus primeras consecuencias. Los diputados republicanos manifestaron su rechazo al proyecto y alegaron precisamente en contra de este punto. En esa línea, Luis Sánchez (P. Republicano) argumenta que "si se vuelve a rechazar, las reglas no están establecidas en ese sentido y parece entonces un traje a medida de quienes quieren mantenernos en este bucle sin fin, iniciando y terminando procesos constituyentes, hasta que Chile se aburra de decirle que no a quienes quieren imponernos una nueva Constitución".
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