El acuerdo para continuar el proceso constituyente tendrá su primera prueba en la sala del Senado en los próximos días, donde se prevé una tramitación "expedita" que permita su rápido despacho a la Cámara de Diputadas y Diputados. Y aunque efectivamente se presupone que será expedita, no será unánime, ya que con el paso de los días se han sumado díscolos que bajarán el recuento de votos positivos.
El primero fue el senador José Miguel Durana (UDI), quien expresó esta semana una postura que es compartida por otros senadores de la oposición: que las prioridades del país son otras, que el Congreso podría hacerse cargo de una reforma constitucional para cerrar el asunto constituyente y otro tipo de aprensiones sobre el diseño del mecanismo.
Durana aún no ha dicho que vaya a rechazar el proyecto en la sala del Senado, probablemente el martes próximo, y se comprometió a estudiarlo con el presidente de su partido, Javier Macaya, y sus pares de la UDI, pero dice que sus razones son "profundas" y esta semana declaró que el Acuerdo por Chile "nuevamente socava las bases de nuestra institucionalidad, instalando un nuevo período de incertidumbre constitucional y de inacción gubernamental que nos acompañará durante todo 2023".
La bancada de senadores UDI es una de las más alineadas en el Senado, pero aún así recaen dudas sobre cómo votará el senador David Sandoval. En tanto, en el comité de Renovación Nacional las diferencias son mucho más evidentes. De hecho, tres de sus senadores participaron de la "mesa paralela" apenas iniciados los diálogos constituyentes, con una crítica sobre cómo los partidos estaban conduciendo ese proceso.
Ahora ya son cuatro los senadores que anunciaron a Emol que probablemente votarán en contra de la reforma: Carmen Gloria Aravena, Alejandro Kusanovic, Kenneth Pugh y Juan Castro. Todos son independientes y forman parte del comité RN.
Los argumentos de los senadores
Según dijo Castro a este medio, su argumento es que este acuerdo se hizo "en cuatro paredes, sin escuchar a la sociedad civil, sin escuchar opinión de expertos, motivos suficientes para rechazar".
"Un país detenido en su desarrollo, delincuencia desatada, sicarios, extorsiones e inseguridad, total a nadie le importa. En el Congreso, con apoyo de expertos, hacemos una nueva Constitución o una gran reforma sin generar gastos al Estado", plantea Castro.
El senador Kusanovic, en tanto, opina que "la Constitución no es el problema de Chile, esto fue una cortina de humo de la clase política tradicional para explicar lo que no realizaron bien en 35 años. La gente en 2019 protestó por salud, jubilación, educación, vivienda. seguridad y orden público, hoy le sumamos inflación y crisis económica. Todo esto no lo arregla una Constitución".
"Podemos tener muchas Constituciones y no se van a arreglar los problemas, al contrario, van a empeorar. Porque esto depende de un cambio de la clase política y de una modernización del Estado de Chile. Llevamos tres años y dos meses desde la protesta del 2019 y no hay ninguna papa pelada", critica.
El senador Pugh, por su parte, alega que "este proceso amerita una discusión profunda de cara a la gran mayoría que rechazó el texto anterior, donde para una parte importante de ellos este hecho quedó zanjado y para otros al menos amerita una consulta previa si procede el proceso de la forma que se está discutiendo en el Congreso".
Pero claro, Pugh advierte que "hay muy poco tiempo para debatir y en la sala solo se dispondrá de breves minutos para argumentar", por lo que lo más probable es que rechace.
Finalmente, la senadora Aravena presentó indicaciones a la moción, pero "si el proyecto sale como ingresó, lo más probable es que lo vote en contra", responde.
Entre los puntos que la parlamentaria quiere modificar está la falta de una norma de clausura, como han hecho ver otros diputados y senadores, que a juicio de ellos deja abierta la puerta de que, si se rechaza la propuesta de nueva Constitución, se pueda seguir repitiendo el proceso constituyente.
"Hay una indicación que busca corregir que no tenga un límite. Hoy no queda claramente establecido el hecho de que si el proceso nuevamente fracasa, se sigue insistiendo", dice Aravena.
Otro de los parlamentarios de Renovación Nacional que anteriormente había manifestado dudas sobre el contenido de un acuerdo constitucional, sobre todo por la posibilidad de que haya otra vez constituyentes electos, fue el senador Carlos Kuschel. No obstante, consultado por Emol, el parlamentario aseguró que respetará el consenso logrado y que "yo estoy respaldando lo que está haciendo mi directiva, me están informando paso a paso".
A estos senadores se suman Rojo Edwards (P. Republicano) y ya en la izquierda y centroizquierda, los independientes Fabiola Campillai y Karim Bianchi, que no han aseverado que votarán en contra pero sí han sido críticos del acuerdo y de la forma en la que se construyó.
Con todo, los votos requeridos para aprobar la reforma constitucional son 29 de un total de 50 parlamentarios (4/7), por lo que a pesar de que estos senadores podrían extender el debate mediante indicaciones y otro tipo de mecanismos, no les alcanzaría para frenar la tramitación del proyecto.
