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"Puede ser arrogante, pero no es argumento": Cuánto puede influir la personalidad de Jackson en el futuro de la AC

En la antesala de la revisión del líbelo, en el oficialismo han reconocido la mala relación del ministro de Desarrollo Social con el Parlamento, lo cual podría pasarle la cuenta a la hora de la votación.

18 de Enero de 2023 | 08:02 | Por Felipe Vargas y Cecilia Román, Emol
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El secretario de Estado enfrenta un complejo escenario en la Cámara de Diputados.

El Mercurio.
"Si esto fuera por venganza, los 22 diputados de RN votaríamos a favor". Así graficaba esta semana un diputado de ese partido la relación que tienen con el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, quien es objeto hoy de una acusación constitucional en su contra que se votará este jueves.

El secretario de Estado no es reconocido en los pasillos del Congreso por haber llevado las relaciones más cordiales con los parlamentarios, lo que fue su tarea durante los primeros meses de la gestión del Presidente Gabriel Boric en la Segpres. Así lo reconocieron personeros del mismo oficialismo y el Gobierno en estos días.

El diputado Marcos Ilabaca (PS) sostuvo este lunes que "al ministro Jackson uno lo podría acusar de cualquier cosa, puede ser muy arrogante, puede ser muy altivo, pero ser arrogante o altivo no es argumento suficiente para generar una acusación constitucional de estas características".

En esa línea, el diputado Raúl Soto (PPD) señaló que "no fue un buen ministro, muy por el contrario, fue un mal ministro, hizo una mala pega en el Congreso, pero otra cosa es que se vaya a aceptar una acusación constitucional en su contra que lo que busca es inhabilitarlo".

Hasta la ministra Segpres, Ana Lya Uriarte, remarcó que "para algunas personas el carácter del ministro Jackson, la forma en que él hace alguna relación de tipo personal, puede no ser la adecuada, puede no ser encantadora, pero extralimitar aquello al punto de pretender destituirlo, y no sólo eso, sino que dejarlo cinco años en una especie de destierro de la actividad pública, me parece que es un exceso".

En el Parlamento recuerdan, por ejemplo, cuando en plena discusión por los cambios al nuevo texto constitucional emanado de la Convención dijo que como gobierno tenían una "escala de valores" distinta a la de administraciones anteriores, y tuvo que disculparse con los parlamentarios del oficialismo.

En la oposición, en tanto, lo acusan de soberbio y rememoran cuando aseveró, en medio de la polémica del Ejecutivo por la prescindencia en la campaña electoral del plebiscito, que “no se me ha pasado por la cabeza renunciar".

No obstante, también tuvo varios momentos recordados en su tiempo como diputado, como cuando Jaime Naranjo debió hablar por 15 horas en la acusación constitucional contra el ex Presidente Sebastián Piñera, para que Jackson llegara a la votación al finalizar su cuarentena por covid.

En su desplazamiento, a medianoche, hacia el Congreso, hizo un live relatando su llegada y acusando a los medios de comunicación por la "persecución" que estaba recibiendo. Finalmente, el episodio le otorgó aplausos en su sector justo en medio de la carrera presidencial, en circunstancias de que era el jefe de campaña de Boric.

Sin embargo, el crédito de Jackson es escaso, sobre todo en el Senado. De aprobarse la acusación en la Cámara Baja, el escenario del fundador de RD asoma sombrío, ya que es en esa corporación en donde posee más detractores. Entre ellos, el comité del PS, en donde están Alfonso De Urresti y Fidel Espinoza, dos de sus mayores críticos.

El peso de la personalidad

Ahora, ¿cuánto puede influir la personalidad del ministro en el resultado de la votación del líbelo? Para el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, "puede ser decisiva. El ministro apoyó no pocas acusaciones constitucionales, entre ellas al propio Sebastián Piñera en su calidad de Presidente de la República".

"No es casualidad que genere rechazo no sólo en la derecha, sino que también dentro de su propia coalición. El senador Espinoza, por ejemplo, se está frotando las manos en caso de que la acusación pase al Senado. Si bien es factible que la acusación sea débil jurídicamente, Jackson puede tomar de su propia medicina", advirtió.

Una visión similar planteó el profesor e investigador de Faro de la Universidad del Desarrollo, Miguel Ángel Fernández, quien recordó que "en la política las cuentas se pasan tarde o temprano, y en ese sentido los anticuerpos que formó en el pasado el ministro Jackson podrían efectivamente transformarse en un duro golpe".

"Esto no significa vayan a votar a favor, pero podrían abstenerse, disminuyendo el quórum necesario para que sea juzgada por el Senado. La pregunta que deben hacerse es si un paso al costado del ministro es necesario para que el gobierno tenga una nueva oportunidad para avanzar en su agenda sin tanto ruido a su alrededor", dijo.

En cuanto a qué estrategia debiera abordar el Ejecutivo para que los diputados puedan soslayar la mala percepción que existe de Jackson y lograr que se rechace el líbelo, Morales respondió que "el Gobierno debe usar la única estrategia posible: Llevar la discusión a los contenidos y méritos jurídicos de la acusación. Nada más que eso".

"Jackson no tiene defensa política, pues los anticuerpos hacia él son muy significativos. En consecuencia, lo que necesita es una defensa puramente técnica. Ahora bien, ciertamente que hay aspectos políticos a considerar, y ahí el gobierno debe aprovechar las dudas de RN y asegurar los votos de la DC y los ex DC", indicó.

Asimismo, destacó que la ministra Uriarte es quien tendrá la tarea principal en ese sentido. "Políticamente, entonces, los esfuerzos de Uriarte deben ser muy similares a los que utilizó para lograr la elección de Vlado Mirosevic como presidente de la Cámara", agregó el experto.

Mientras, Fernández comentó que "el Gobierno debería desplegar dos grandes estrategias complementarias para alinear a sus diputados. Primero, apelar a la derrota simbólica que significaría la caída de Jackson y el triunfo que 'regalarían' a la oposición a pocos meses de un nuevo proceso electoral".

"Y, segundo, prometer una reorganización de fuerzas territoriales, ello pensando específicamente en convencer a los miembros del socialismo democrático que son a su vez el hueso duro de roer para la ministra Uriarte", detalló, junto con apuntar a los desafíos futuros que le deparan a la administración de Boric.

"Debe haber una apertura a un reordenamiento de fuerzas profundo si quieren superar los numerosos problemas que ha presentado su manejo político. La formación de confianzas y la alianza de gobierno no solo depende del balance partidario en los ministerios, sino que también en las subsecretarias y las posiciones regionales", dijo.

Asimismo, advirtió que "el segundo tiempo de La Moneda no vino de la mano de una segunda estrategia para gobernar, y por ello aún persiste tanto ruido. Un Gobierno en minoría, con baja aprobación y demasiados flancos amigos abiertos no tendrá opción de concretar su agenda de política pública y revertirlo depende en gran medida de un verdadero cambio de rumbo tanto en simbólico como en lo operativo".

Finalmente, sobre en qué pie quedará Jackson y su permanencia en el Gobierno, si es que supera la acusación en su contra, y considerando los antecedentes revelados por Ilabaca y Uriarte, Morales indicó que "si libra, puede seguir perfectamente en el gabinete. De hecho, saldrá fortalecido junto al Presidente Boric".

"Jackson no es cualquier ministro, sino que el compañero de ruta de Boric. Botar a Jackson implica, en la práctica, dañar políticamente al Presidente. Con toda seguridad, si la AC se cae en la Cámara, el gobierno saldrá a celebrar esto como un triunfo, y la derecha se quedará mirando las caras", aseguró.

A juicio de Fernández, "las palabras del diputado Ilabaca reafirman la especulación que se tenía sobre Jackson en sus días en la Segpres. En cualquier cartera en que se encuentre, y por consecuencia de que sus bonos políticos han caído estrepitosamente, quedará en un complicado escenario y ello afecta directamente al gobierno".

"Si el Presidente decide mantenerlo, se verá como un gesto más personal que una evaluación de desempeño, pero si sale de su gabinete quedará sin uno de sus colaboradores más estrechos en una administración que cada vez le parece más ajena en lo político y simbólico", remarcó.
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