Desde los sitios donde estuvieron las casas salen ruidos de martillos, soldaduras y mezcladoras de cemento. Frente al número 53 de la calle La Colina, el minero Sergio Silva, de 35 años, cuenta por qué decidió iniciar la reconstrucción de la casa perdida. "Necesito avanzar, porque tengo un bebé de un año y otros dos niños que requieren su casa. A veces, las políticas públicas son muy ineficientes", dice. Por fortuna, cuenta con el apoyo decidido de sus compañeros de trabajo y amigos. Las viviendas de emergencia proporcionadas por el municipio y el Gobierno comenzaron a llegar la semana pasada, dice la presidenta del comité Bellavista Las Palmas, Janeth Márquez. Se espera que la fase de subsidios gubernamentales para construir las casas definitivas comience en seis meses, con las 135 familias que cuentan con títulos de dominio como prioridad
