que se desarrolló el pasado martes en Valparaíso, tras la muerte del "Ñaju", quien el día anterior había sido asesinado con al menos 30 balazos en las cercanías del colegio Las Acacias, en Santos Ossa.
Y es que no sólo hubo fuertes críticas el mismo martes al
ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en lo que se interpretó como una actitud "complaciente" ante el complejo escenario de bandas delictuales a los colegios y la comunidad, luego que el secretario de Estado respaldara el cierre de los establecimientos durante la jornada. Ahora, dentro del propio oficialismo, se suman críticas a la seremi de Educación,
Romina Maragaño y a la delegada presidencial regional,
Sofía González.
Según consigna El Mercurio de Valparaíso, desde el PPD las críticas llegaron desde el secretario regional, el core Manuel Murillo, considera que "si como región quedamos sometidos a la delincuencia y el narcotráfico, fue por las malas señales del Gobierno". Incluso, advirtió que "si la delegada no tiene las capacidades de poder entender y enfrentar la grave crisis de seguridad que padecen nuestras comunas, lo mejor es que se aleje del cargo".
Por su parte, el vicepresidente nacional de la tienda y candidato al consejo Constitucional por la Región, Marco Antonio Núñez, sostuvo que "la responsabilidad más importante respecto del orden público y la seguridad ciudadana le corresponde a la delegada presidencial y es Apruebo Dignidad la coalición que la sostiene".
Desde el Partido Radical, el diputado Tomás Lagomarsino lamentó que "la Delegación no haya logrado compatibilizar aún su rol político y su rol en materia de seguridad". Y si bien remarcó que ve a la delegada "fortalecida en la coordinación oficialista, todavía no ha logrado compatibilizarlo como se debe con el rol de coordinación de las policías".
En tanto, desde Convergencia Social, la core Nataly Campusano dijo al citadio medio que "pudieron haber errores que las autoridades incumbentes deben salir a despejar y sanear", y agregó que "esto debe mejorar y se deben tomar todas las acciones y mecanismos necesarios que sean útiles".
Desde el Partido Socialista, el presidente regional y diputado, Nelson Venegas, respaldó la gestión de la delegada González, pero sostuvo que la seremi de Educación "cometió un error grave al suspender las clases y dar esa muy mala señal". Para el legislador era entendible pedir más fuerza pública, pero "no lo que hizo ella, actuar al ritmo de los delincuentes"; a su juicio, lo de Maragaño fue "sencillamente un error y un fracaso".
Por otro lado, los respaldos llegaron desde Revolución Democrática, puesto que el senador Juan Ignacio Latorre destacó que está entre los que tienen "una buena evaluación del rol que cumple la delegada", y afirmó que frente al narcofuneral "hubo una buena reacción por parte del Estado en su conjunto, con la coordinación de la Delegación, las policías y el municipio".
En tanto, el presidente regional de Comunes, Bernardo Álvarez, el problema de la seguridad es "transversal", y reafirmó el apoyo de la tienda a la gestión de la delegada. En esa línea, dijo entender la seguridad pública "como un derecho y no como un tema para sacar réditos políticos o golpear al Gobierno".
Instalación de la "cultura narco"
Ayer, durante la cuenta del presidente del concejo municipal de Vaparaíso, el tema de la ola de violencia que afecta a la comuna tomo un rol protagónico. Fue el director de seguridad ciudadana municipal, Claudio Opazo, quien detalló los hechos ocurridos el martes y profundizó en las diputas territoriales de las bandas que operan en la zona.
Esto, porque el "Ñaju", fue sindicado "
como una persona que tenía un control del territorio en la población Ramón Cordero, y eso generó también el despliegue de otras estructuras del mismo entorno". En ese sentido, agregó que "entiéndase ahí una situación en la cual hay estructuras que se están disputando el territorio, y lisa y llanamente, comienzan a buscarse y a generar las cobradas de cuentas que ustedes están viendo hoy día (...) donde terminamos con delincuentes y personas asesinadas".
Incluso, recalcó que las investigaciones que se han logrado desarrollar por los hechos que se han visto tanto en Viña del Mar como en Valparaíso dan cuenta de patrones similares, vinculado a lo que "nosotros hemos denominado los narcos o esta cultura narco instalada en ciertos sectores".
Opazo precisó que existen sectores focalizados donde se van concentrando operaciones de estas estructuras criminales, asociadas a cadenas de distrubución y de acopio, principalmente de estupefacientes y drogas.
De todas formas, el director de la seguridad ciudadana municipal subrayó que se han hecho las coordinaciones pertinentes tanto con espacios educativos, vecinales y deportivos, "desde el sector de Porvenir básicamente hasta arriba, la Joaquín Edwards Bello. Hay una cobertura del municipio bastante importante y una presencia en el sector".
