Un contingente de 300 militares del Ejército peruano se desplegaron la tarde de este viernes en la frontera con Chile, en medio de la crisis humanitaria que se vive en la zona, donde cientos de migrantes -en su mayoría venezolanos- se encuentran varados tratando de ingresar a Perú.
La llegada de los efectivos se enmarca en el estado de emergencia que el Gobierno de Dina Boluarte decretó tanto en Tacna como en el resto de sus provincias fronterizas, a fin de controlar el ingreso irregular de migrantes.
Así, los militares se posicionaron en una "segunda línea" de contención, justo detrás de la vanguardia conformada por la Policía Nacional de Perú (PNP), que ya cuenta con unos 390 funcionarios.
De acuerdo a las autoridades peruanas, las Fuerzas Armadas sólo cumplirán una función de apoyo a las policías, y "de ninguna manera" tienen autorizado hacer uso de sus armas reglamentarias.
"Restaurar el orden interno"
El encargado de monitorear el despliegue de los militares en la frontera fue el ministro de Defensa de Perú, Jorge Chávez, quien explicó algunas de las labores que desempeñarán las Fuerzas Armadas en la zona.
"Tenemos la misión, nuevamente, en un frente de la patria para llevar a cabo el apoyo a nuestra Policía Nacional del Perú", partió diciendo.
En ese sentido, indicó que "tenemos una nueva misión que es la de proporcionar el apoyo a nuestra policía en el cumplimiento de nuestro rol estratégico (...) para restaurar el orden interno".
Junto con esto, Chávez aseguró que "no significa que se va a militarizar la zona, no significa que se va a inundar de militares toda la región de Tacna", recalando que sólo se funciones labores de colaboración.
Consultado ante la posibilidad de aumentar el número de militares en la zona, el titular de Defensa peruano aseveró que "ese planeamiento llevado a cabo determina la cantidad suficiente de efectivos militares en las áreas geográficas y los puestos de observación (...) no creo que sea necesario incrementar" los efectivos.
