A toda máquina está trabajando el Ministerio de RR.EE. para resolver la crisis migratoria que se está desarrollando en la frontera de Chile con Perú, con una serie de conversaciones con otros países, las cuales han estado lideradas por el propio canciller Alberto Van Klaveren y la subsecretaria de la cartera, Gloria de la Fuente.
En ese contexto, las autoridades están evaluando una a una las distintas alternativas que se han planteado para trasladar a los migrantes que han llegado hasta esa zona para salir del país. Entre ellas, la que cuenta con más viabilidad es la creación de un corredor humanitario terrestre o aéreo.
Sin embargo, según comentaron fuentes diplomáticas a
Emol, hay unas que cuentan con mayor ventaja que otras, que son más difíciles de concretar por diversos motivos. Entre estas últimas, está la propuesta que realizó el canciller de Venezuela,
Yvan Gil, quien planteó la posibilidad de que aviones de Conviasa recoja a sus connacionales.
"Hemos solicitado garantías para que nuestros aviones puedan aterrizar y despegar en la zona, así como abastecer combustible en un eventual operativo de nuestro Plan Vuelta a la Patria que nos permita regresar sanos y seguros a nuestros compatriotas", dijo el viernes el titular de RR.EE., en una idea que generó inmediatos reparos.
De partida, senadores y diputados chilenos advirtieron sobre las dificultades que pesan sobre la línea aérea estatal venezolana, la cual es parte de la lista negra de EE.UU., es decir, que otras empresas podrían sufrir sanciones si comercian con esa compañía. A ello se suman las acusaciones sobre posibles vínculos con actividades terroristas.
En ese contexto, según comentaron a este medio quienes han estado al tanto de las negociaciones de Chile con los países de la región, advierten que el problema de Conviasa no es que no pueda aterrizar en Chile, sino que cualquier empresa que le preste servicios pasa inmediatamente a ser sancionada por Washington.
Por ejemplo, si una aeronave de esa línea llega a Chile y necesita combustible,
la compañía que se lo provea será incluida en la lista negra. Con ello, se verían afectadas eventualmente otras aerolíneas nacionales que compran bencina a esa empresa, porque también podrían ser objeto de sanciones. "Es un círculo vicioso", advierten.
La única alternativa para obviar ese problema, es que nuestro país realice gestiones diplomáticas ante Estados Unidos para que se levanten momentáneamente esas restricciones a Conviasa. Sin embargo, es un camino demasiado largo que no será ejecutado desde el Ejecutivo.
Pero esa no es la única alternativa, en la Cancillería están evaluando otras, ya que no hay restricción para que otros aviones operen en Venezuela. Ahí es donde la alternativa de usar vuelos de aerolíneas privadas de bandera nacional o de la propia Fuerza Aérea de Chile cobra relevancia.
"Un avión comercial podría llevar migrantes para allá, pero tendrían que estar disponibles", dicen, destacando que ese asunto es parte de la negociación que está sosteniendo el Gobierno con distintas entidades. La otra alternativa es el corredor terrestre parcial o total, pero es la más engorrosa de todas.
La posibilidad de que todos los países habiliten una ruta y permisos especiales requeriría mucho tiempo y la emergencia humanitaria es ahora, ya que hay niños, adultos mayores y mujeres sufriendo en la espera por salir de Chile. Lo más viable es el corredor aéreo, sostienen.
Con todo, desde el mundo diplomático valoran la disposición mostrada por Venezuela hasta ahora, subrayando la ayuda que pidió el consulado de ese país a las autoridades chilenas para acudir a Chacalluta a conocer la situación de sus connacionales, catastrarlos y ver qué documentación necesitan.
"Eso demuestra que hay una clara voluntad de avanzar hacia una solución pronto", sostienen, junto con recalcar que las conversaciones se están dando con extrema reserva, ya que ha habido señales importantes de parte del régimen de Nicolás Maduro ante la crisis humanitaria que vive su gente.
