Distintas almas en la UC: Ceren y el gremialismo en la UP
Varias fueron las entidades ideológicas que tuvieron cabida al alero de la Universidad Católica.
El Ceren (Centro de Estudios de la Realidad Nacional), órgano interdisciplinario de investigación y enseñanza creado por el rector de esa casa de estudios Fernando Castillo Velasco en 1969 —proyecto que se presentaba como uno de los resultados de la controvertida reforma universitaria—, tuvo como su primer director a Jacques Chonchol. Este, luego asumiría como ministro de Agricultura del gobierno de Salvador Allende, en noviembre de 1970, y sería reemplazado en el centro por Manuel Antonio Garretón.
Durante los años de existencia del Ceren se publicaron 17 números de la Revista de Cuadernos de la Realidad; se realizaron cursos de carácter interdisciplinario sobre la realidad chilena, entre otras actividades. El Ceren tenía cariz militante de izquierda y a partir de 1970 se identificó sin complejos con el proyecto de la Unidad Popular, cuyas autoridades publicaban con regularidad en la revista e incluso contribuían a auspiciar iniciativas.
Según señalaba en 1971 su director, Manuel Antonio Garretón, “el conjunto del trabajo de investigación (del Ceren) se orienta hacia la formulación de una problemática global del proceso de construcción de una sociedad socialista a partir de determinaciones y peculiaridades de la realidad chilena”. Y más adelante agregaba que “la especificidad de la ‘experiencia chilena’ no radica, entonces, en que no haya ‘ruptura’ con la institucionalidad dominante, sino que esa ruptura se hace, por un lado, ‘desde dentro’, a través de los instrumentos que se han conquistado en ella y del marco que permite esta utilización, y, por otro lado, ‘desde fuera’, a través de la lucha y movilización permanente de las clases populares que construyen sus propios órganos de poder. En la relación dialéctica, en el apoyo mutuo que se dan estos dos procesos, ininteligibles el uno sin el otro, reside la clave de la ‘vía chilena hacia el socialismo’ y su posibilidad de éxito” (Revista de Cuadernos de Realidad N° 15, diciembre 1972).
Este Centro de Estudios de la UC fue cerrado en octubre de 1973, luego del golpe de Estado.
Los gremialistas
Por otro lado, a fines de la década del 60 y como reacción a la politización de las universidades y sus procesos de reforma surgió el gremialismo, movimiento liderado por Jaime Guzmán. Ganaron la Federación de Estudiantes (FEUC) en 1968 —su primer presidente fue Ernesto Illanes— y la encabezarían durante todo el período de la UP. A juicio del historiador Joaquín Fermandois, “junto a los profesores y funcionarios de tendencia más conservadora crearon un polo, lo que sumado a los otros dos, parecía el Chile de los tres tercios en miniatura. En términos puramente académicos, esto llevaría a una pacificación al interior de la Universidad, siendo durante el período de la Unidad Popular el centro universitario que tuvo quizás la vida más normal de todos los del país” (“La Revolución Inconclusa”, Tomo II).
Con todo, la influencia de este movimiento durante los tres años de la Unidad Popular excedería con creces el ámbito puramente universitario. Guzmán, que no llegaba a los 30 años de edad, era una figura significativa del debate público nacional, incluyendo su participación en el influyente programa de televisión de Canal 13 “A esta hora se improvisa”.
Años después, Jaime Guzmán recordaría el papel que jugaría en este período el gremialismo: “Se convirtió en la gran corriente cívica que hizo vanguardia en la lucha contra la Unidad Popular. Así, por ejemplo, la FEUC presidida en 1973 por Javier Leturia, convirtió a la Universidad Católica en símbolo y bastión de la libertad y del antimarxismo. Por ello permitió que nuestra Casa Central albergara a los mineros de El Teniente que se refugiaron en ella durante viarias semanas, comandados por Guillermo Medina”. (“Obras Completas de Jaime Guzmán”, Tomo III).
Universidad de Concepción: el sello del MIR
El Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), surgido al alero de la Universidad de Concepción en la década del 60 y teniendo como modelo la revolución cubana y el marxismo-leninismo, fue una organización que tuvo un papel central en la crisis política, social e institucional en el período de la Unidad Popular. Su influencia, que desbordó con mucho el ámbito universitario, será tratada en mayor profundidad en otra edición de este suplemento.
Como imagen queda, sin embargo, la visita de Fidel Castro a la Universidad de Concepción, en noviembre de 1971 y su diálogo con trabajadores y estudiantes, en que tuvo un notorio protagonismo este movimiento. En un momento, un militante del MIR le pregunta a Fidel Castro “acerca de la situación de la lucha por la liberación en América Latina, y en qué medida la tesis del Comandante Che Guevara de la vietnamización de América Latina, el crear uno, dos, tres, muchos Vietnam, sigue vigente aún”. La respuesta del líder cubano no se hizo esperar, sacaría aplausos entre los presentes y sería el titular de distintos medios de comunicación de izquierda: “Les digo que nuestras posiciones y nuestras tesis, y que eran las tesis del Che, siguen teniendo plena vigencia”.
Luego un estudiante de la Juventud Nacional Universitaria, entre pifias, le hizo la siguiente pregunta a Fidel Castro, que en ese contexto podría juzgarse de temeraria: “¿Qué razones ha tenido usted, señor Fidel Castro, para que en Cuba no haya elecciones como en Chile?”. Una larga respuesta de Fidel Castro terminó con una de las disquisiciones más polémicas de su visita a Chile: “Nosotros mismos no nos dimos cuenta cuando la revolución se desató, hasta qué grado las masas habían avanzado. ¿Y saben quién no quería las elecciones? ¡No lo van a creer! ¡No lo van a creer! El pueblo. La primera vez que a nosotros nos llama la atención el fenómeno del avance que había dado el pueblo es en una concentración multitudinaria, y sin que nadie lanzara ninguna consigna, ninguna cosa, se habla de elecciones. Y empieza a decir todo el mundo: ‘¿Elecciones para qué?’. ‘¿Elecciones para qué?’. ‘¿Elecciones para qué?’ (...) Pero yo te propongo lo siguiente: que organices un viaje a Cuba, te metes en todas las fábricas, en todos los sindicatos, con los campesinos, con los estudiantes, y les hagas a ellos la pregunta de por qué en Cuba no hay elecciones. Ellos te darán la respuesta”.
Exdirigentes de federaciones protagonizan la política actual
Es casi de perogrullo que muchas de las carreras políticas, al menos en Chile, comienzan en la etapa estudiantil.
Sin ir más lejos, presidieron la Federación de Estudiantes de la U. de Chile Nicolás Grau (2005), actual ministro de Economía, Fomento y Turismo; Giorgio Boccardo (2006), subsecretario del Ministerio del Trabajo; la ministra vocera Camila Vallejo (2011) y el Presidente Gabriel Boric (2012).
Giorgio Jackson, actual ministro de Desarrollo Social y Familia, fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (2011), igual que su jefe de gabinete Diego Vela (2013) y el asesor del segundo piso de La Moneda Miguel Crispi (2009).
De otra generación, pero igualmente con puestos en el Gobierno, hay figuras de la ex-Concertación como el ministro de Segpres,
Álvaro Elizalde, que presidió la FECh en 1994, y la ministra del Interior,
Carolina Tohá, que fue vicepresidenta de esa federación.
A unas cuadras del Palacio de Gobierno, actualmente se realiza el proceso constituyente, en el cual participan el comisionado Hernán Larraín, presidente de la FEUC en 1970, y el consejero Yerko Ljubetic, presidente de la FECh en 1984.
En el Congreso, el Senado es encabezado por Juan Antonio Coloma, presidente de la FEUC en 1977. Y en la Cámara de Diputados participan varios exdirigentes estudiantiles como Alberto Undurraga, presidente de la FEUC en 1992; Karol Cariola, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción en 2010; Emilia Schneider, presidenta interina de la FECh en 2019; y Camila Rojas, líder de la FECh en 2015.
En la gobernación de la RM, en tanto, está Claudio Orrego, quien encabezó la FEUC en 1990.