Menos masivas, pero más violentas. Así se aprecian hoy los paros y tomas de los llamados liceos emblemáticos de la capital. En efecto, las movilizaciones ya no tienen la convocatoria de antes ni tampoco se replican en muchos establecimientos simultáneamente.
"Cuando uno mira desde hace 10 años atrás, este fenómeno está cada vez más acotado. Hemos llegado a hoy día a hablar fundamentalmente de dos o tres establecimientos (más conflictivos): El Instituto Nacional, el Liceo de Aplicación y, en ocasiones, el Barros Borgoño", comentó el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en radio Universo. Destacó que liceos como el Internado Nacional Barros Arana (INBA) o el Liceo Amunátegui, que antes también eran foco de conflicto, ya no lo son.
"No estamos frente a lo que en algún momento, quizás en años pasados, se entendió como las tomas estudiantiles secundarias; hoy día es un fenómeno bastante más complejo y más ligado a una cierta falta de contención, desborde, hay una rabia, en fin, distintos fenómenos que están presentes"
Rodrigo Roco, director de Educación de Santiago
No obstante, en los liceos donde sí siguen registrándose este tipo de situaciones, las acciones se han tornado más extremas, como la toma realizada la semana pasada en el Liceo de Aplicación, que dejó a un estudiante con graves quemaduras y en riesgo vital.
¿Qué es lo que está ocurriendo? A juicio de las autoridades de Educación, la motivación que hoy tendrían los estudiantes para tomarse sus establecimientos es distinta a la de años atrás, en que había un interés más "político" o un petitorio más definido, mientras que ahora se trataría más bien de un fenómeno de "violencia estructural" relacionada con "marginalidad" y "rabia".
"Hoy día yo no estoy tan claro –respecto a la información que yo dispongo– de que esto sea necesariamente movimientos políticos o que tengan motivación, por ejemplo, anarquista, que siempre fue la tesis que todos manejábamos. Hoy día, probablemente, estamos enfrentando un fenómeno de violencia más estructural, asociada derechamente a la marginalidad, que está incorporándose dentro de los establecimientos”, sostuvo el ministro.
Dijo que antes "uno podía tener diferencias de opinión con los muchachos, pero cuando hay una manifestación, un cartel, cuando los chicos marchan, dejan una carta en el ministerio, hasta ahí todo bien... Y yo creo que es válido que los muchachos digan, 'miren, nos falta un baño, queremos mejorar las condiciones, nos faltan profesores'. Pero cuando se entra en la lógica de la violencia, empieza a confundirse todo. Lo que yo he visto es que ha habido una renuncia a hacer política en los establecimientos".
Una visión similar tiene Rodrigo Roco, director de Educación de la Municipalidad de Santiago: "Creo que es importante decir que no estamos frente a lo que en algún momento, quizás en años pasados, se entendió como las tomas estudiantiles secundarias; hoy día es un fenómeno bastante más complejo y más ligado a una cierta falta de contención, desborde, hay una rabia, en fin, distintos fenómenos que están presentes y nosotros tratamos de encauzarlos", afirmó, en entrevista con radio ADN.
"Hay que reconocer algo que nos gusta, uno puede buscar las causas, pero hay rabia en la juventud, hay desafección en general, con el espacio público... Hoy por hoy está siendo muy difícil ser joven, en general, hay muchas incertidumbres; si uno lo compara con generaciones anteriores, donde el futuro se veía como algo donde el progreso iba a ser algo permanente, sistemático, hoy día el panorama para la juventud no se presenta de esa manera", agregó.
Explicó que los liceos de Santiago "tienen, además, una presión importante", ya que casi el 90% de los alumnos "vienen de otras comunas de la Región Metropolitana, y esos chicos obviamente vienen con una carga, con distintas realidades familiares, a veces uno no lo logra encontrar un adulto significativo o responsable (del alumno), si buen puede tener un apoderado formal, pero que esté realmente a cargo de los chicos. Entonces muchos de ellos andan por la libre".
"Hoy día no estoy tan claro de que esto sea movimientos políticos o que tengan motivación, por ejemplo, anarquista, que siempre fue la tesis que todos manejábamos. Hoy día, probablemente, estamos enfrentando un fenómeno de violencia más estructural, asociada derechamente a la marginalidad"
Marco Antonio Ávila, ministro de Educación
Por esto, sostuvo que "la institución educativa tiene que tener herramientas para responder a esas nuevas necesidades y nosotros, como sistema educativo, nos fuimos quedando atrás, pusimos muy en el centro lo importante son las matemáticas y el lenguaje, y no estábamos entendiendo que para eso teníamos que, primero, resolver los temas de afecto, de desarrollo socioemocional, en particular en la enseñanza media". En ese sentido, dijo que los liceos de la comuna están trabajando actualmente "en producir respuestas que permitan acoger" a los jóvenes, aclarando que "acoger también significa la posibilidad de sancionar".
Roco explicó que en las movilizaciones actuales, si bien puede haber un petitorio, "a veces esos petitorios son cooptados por grupos que yo a estas alturas diría, con toda sinceridad, que ni siquiera es claro que tengan una afiliación o una afinidad política, que uno pudiera identificar como anarquista u otra (...) Muchas veces los centros de estudiantes son víctimas también de agresiones precisamente por esto mismo". "Estamos en un círculo vicioso", afirmó.
Apoderados discrepan: "No es simplemente un descontento"
Claudio Vargas, representante de un grupo de apoderados del Liceo de Aplicación, dijo a Emol estar "absolutamente en desacuerdo con la mirada que entregan las autoridades, puesto que en verdad el conflicto se lleva a cabo por la falta de acción de ellos".
"Esto no es un descontento de los estudiantes respecto a cómo lo están planteando ellos, sino que más bien es un movimiento radicalizado de anarquismo que está adoctrinados a destruir todo el sistema educativo de Santiago. Uno lo puede ver en las mismas redes sociales cómo ellos hacen 'gárgaras' de cuando hacen este tipo de violencia", señaló.
"Éste es un problema de orden público, de seguridad de las personas y, por lo tanto, debe aplicarse la ley y hacerse prevalecer el estado de derecho. Las explicaciones que se han dado son más bien intuiciones, cuando lo que se espera de la autoridad son acciones concretas que permitan asegurar el derecho a la educación"
Daniel Rodríguez, director ejecutivo Acción Educar
A su juicio, "esto no es simplemente un descontento generalizado, sino una responsabilidad de las autoridades, que no toman carta en el asunto desde el punto de vista de solucionar cosas que son tremendamente lógicas y operativas".
"Uno de los motivos de los alumnos (para protestar) es la asquerosidad y la mala implementación de los baños, desde el primer día de clases. Principalmente, lo que ellos solicitan es una mejor infraestructura, una implementación de los vidrios que faltan, los baños que están todos rayados y destruidos. Entonces, si ellos (las autoridades) solucionaran esto, no dejarían ninguna ventana abierta para que los anarquistas usen esas demandas" en su propio beneficio, agregó.
A juicio del director ejecutivo de Acción Educar, Daniel Rodríguez, "éste es un problema de orden público, de seguridad de las personas y, por lo tanto, debe aplicarse la ley y hacerse prevalecer el estado de derecho". "Las explicaciones que se han dado son más bien intuiciones, cuando lo que se espera de la autoridad son acciones concretas que permitan asegurar el derecho a la educación y la continuidad del servicio educativo. Lo que estamos viendo no parece ocurrirle a sostenedores particulares subvencionados, ni a otros sostenedores públicos. La alcaldesa debe atreverse a tomar medidas sancionatorias definitivas", subrayó.
