Tras la aprobación del cambio de nombre de ocho calles, dos plazas y un puente por parte del Concejo Municipal de Santiago, la alcaldesa Irací Hassler (PC) dejó entrever su intención de seguir modificando nombres de espacios públicos en conmemoración de "hechos más recientes". Fue la concejala Virginia Palma, también comunista, quien planteó que "habría sido un gesto potente el cambio de nombre de la calle Carabineros de Chile por calle Derechos Humanos, como un acto de reconocimiento y preparación a las violaciones de los derechos humanos cometidas hace muy poco tiempo y que están dolorosamente presentes". La jefa comunal indicó que "sin duda que habrá instancias en que podamos conversar maneras de generar recuerdos, memoria, también de hechos más recientes de nuestro país para que realmente el 'nunca más' se instale. Así, a la controversia que generó la falta de participación vecinal en la iniciativa que impulsó el municipio a 50 años del golpe de Estado, ahora se suma la molestia de los residentes del sector de Carabineros de Chile. Marcela Prieto, quien vive en Ramón Corvalán con Carabineros de Chile, opina que "nos quieren quitar nuestra identidad", y critica que "la municipalidad nunca nos apoyó cuando teníamos a cientos de personas tirándonos piedras acá abajo, pero sí le importa lo que pasa luego". La calle lleva su actual nombre desde hace más de cuatro décadas, como parte de la zona donde se ubica la iglesia San Francisco de Borja, que desde 1976 utilizara la institución policial, hasta su destrucción durante el estallido y el memorial de los mártires de la policía uniformada.