A cinco días de la conmemoración del 11 de septiembre -esta vez, medio siglo del golpe de Estado- las tratativas entre el oficialismo y la oposición respecto a un compromiso transversal se han intensificado y han contemplado la intervención directa del Presidente Gabriel Boric y su antecesor, Sebastián Piñera.
Mientras el Mandatario en ejercicio ha reconocido haber llamado personalmente a cada uno de los presidentes de los partidos de la coalición buscando apertura a un consenso, trascendió que Piñera se reunió con los timoneles de la UDI, RN y Evópoli en seguida del encuentro que sostuvo con Boric en La Moneda el pasado viernes 1 de septiembre.
"Si hacemos una declaración que signifique renovar nuestro total y absoluto compromiso con la democracia, con el respeto a la Constitución y las leyes, con respecto al Estado de derecho; también nuestro total y absoluto compromiso con el respeto a los derechos humanos, nuestro total y absoluto compromiso con condenar la violencia (...) Esos cuatro compromisos yo los comparto absolutamente", sostuvo Piñera, aludiendo a los cuatro ejes que contiene el "Compromiso de Santiago" que Boric tiene entre manos.
En la interna, el exmandatario pidió a sus pares de Chile Vamos evaluar adherirse al acuerdo que el Gobierno impulsa, lo que derivó a que diferentes rostros de distanciaran de la opción y bajaran el perfil al supuesto ascendiente que tiene Piñera en el sector.
"El Presidente Piñera no es el que manda la coalición", afirmó el diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, mientras que la presidenta de Evópoli, Gloria Hutt, apuntó que el otrora Mandatario "no es un coordinador de Chile Vamos".
De tal manera, mientas la oposición prepara una declaración pública este miércoles para dar cuenta de su decisión sobre el llamado del Mandatario, el único acuerdo por los 50 años del Golpe de Estado que se prefigura es el que suscribirían los expresidentes.
Por lo demás, el acuerdo que el Gobierno tiene hoy redactado para el 11 de septiembre ha concitado opiniones dispares en el oficialismo. "Mínimo" y "básico" son algunos de los calificativos que se han manifestado desde el Partido Comunista para abordar el compromiso que está convocando el Ejecutivo.
"Este proyecto de acuerdo sin duda es tremendamente insuficiente: le falta mucho para lo que uno quisiera en relación a un compromiso para el 'nunca más'", adujo la diputada Lorena Pizarro (PC).
En definitiva, ni Boric ni Piñera han logrado mover las aguas.
¿Qué dicen los politólogos?
En conversación con Emol, analistas políticos debatieron sobre la falta de capacidad que aparentan los ex mandatarios para convocar la voluntad de los partidos detrás de un compromiso de Estado.
Al respecto, el cientista político y académico de la Universidad Central, Marco Moreno, explicó que "en el actual escenario, marcado por la complejidad que viene ocurriendo, los Presidentes tienen siempre mayores complicaciones para convocar acuerdos transversales, porque no siempre cuentan con la disposición de la oposición para llegar a ese entendimiento".
"No basta con que solo lo pida el Presidente de la República para que esto se pueda concretar, eso ha ido cambiando. Probablemente en los Gobiernos de Aylwin, Frei y Lagos alcanzamos a ver todavía algo mucho más del poder de los Presidentes para articular entendimientos y acuerdos, pero también en ese minuto el sistema binominal obligaba a que la política se manejara en dos bloques. Era más fácil entenderse en ese sentido", comentó.
Y relevó que "hoy día en un escenario de fragmentación política, se le hace más difícil a los Presidentes, y esto lo vimos desde Piñera uno en adelante, del 2010 en adelante, una dificultad creciente de los Presidentes de poder articular un entendimiento y acuerdo".
Bajo esa consideración, concluyó que "no creo que tenga que ver tanto con el liderazgo y la institución presidencial, sino que fundamentalmente también con el contexto político que les toca enfrentar a quienes ejercen la Presidencia de la República".
En esa línea, Mario Herrera, académico de la Universidad de Talca, apuntó que "desde el retorno a la democracia hay un deterioro creciente de la imagen presidencial como líder de la coalición. Dada la alta desafección en la ciudadanía y la baja confianza con los partidos, los Presidentes se distanciaron de los partidos. Eso trajo como consecuencia que los partidos también dependieran menos de los Presidentes".
Desde la misma Casa de Estudios, el analista Mauricio Morales, individualizó el problema en Boric, aduciendo que "más que el Presidente, es el Gobierno el que no dispone del poder suficiente para sacar adelante lo poco de programa que le queda".
"El Presidente está debilitado. Ha sufrido severas derrotas en sus dos años de gestión. Primero en el plebiscito y luego en la elección de consejeros constitucionales. Tiene minoría en el Congreso y en las encuestas está sólo con un 30%. A eso se suma una triple crisis de su Gobierno: crisis de seguridad pública, crisis migratoria y crisis de corrupción. En este escenario, y con la polarización propia que genera la conmemoración del Golpe de Estado, es imposible suscribir un acuerdo transversal en esa materia", sostuvo.
Por su parte, el académico de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, no atribuyó la incapacidad de zanjar un acuerdo por los 50 años a "un vacío de poder de la Presidencia", sino que apuntó al "cambio de discurso del Presidente Boric, de estar en los últimos días hablando sobre los 50 años con una cierta mirada centrada en su sector político"
"Un acuerdo resulta muy difícil en el contexto de fricciones, descalificaciones, desencuentros y falta prolijidad, considerando la invitación del Gobierno a Chile Vamos al lanzamiento de Plan Nacional de Búsqueda. Ello, sumado a las tensiones internas de la oposición, hace muy difícil el objetivo. Creo que el acuerdo será solo firmado por los expresidentes", agregó.
En el caso de Piñera, Duval aludió la falta de incidencia a la "disputa abierta por el poder y la conducción del sector, ya que Kast tiene una estrategia definida desde Republicanos, oposición firme y dura contra la izquierda".
A su vez, el politólogo y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Cristóbal Bellolio, hizo hincapié en que el fenómeno "no es algo actual".
"Piñera terminó muy debilitado su segundo Gobierno, la Presidenta Bachelet terminó también muy debilitada su segundo Gobierno. Es decir, ya llevamos un buen tiempo con Presidentes que después de electos con mayoría, se les empieza a erosionar su capital político personal y eso hace que sea mucho más difícil que se les acepte las invitaciones a sentarse a su mesa", afirmó.
Y acotó que "cuando un Presidente, una Presidenta es muy popular, todos acuden a su invitación. Cuando un Presidente o una Presidenta es impopular, nadie quiere salir en esa foto. Desde ese punto de vista, es normal que se esté produciendo esta resistencia a sentarse a esta mesa del Presidente Boric".
