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Las convulsionadas y violentas horas de una jornada que marcó a Chile

A medida que avanzaba el día, las tempranas imágenes de miles de santiaguinos caminando a sus casas ante la imposibilidad de usar el transporte público, dieron paso a las de barricadas, gases lacrimógenos, ataques incendiarios a micros y estaciones del tren subterráneo... y carros blindados del Ejército patrullando las calles.

15 de Octubre de 2023 | 07:30 | Por Gonzalo Vega Sfrasani, El Mercurio
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De acuerdo a lo informado por Metro, el 18-O, 77 de sus estaciones resultaron dañadas, seis de ellas completamente incendiadas, y 14 parcialmente quemadas.

Aton (archivo)
En las primeras horas del viernes 18 de octubre ya había preocupación en La Moneda. Es que durante los últimos ocho días se venían registrando evasiones de Metro, cada vez más masivas y violentas, y justificadas por sus protagonistas en el alza de $30 en el valor del pasaje del transporte público que se había decretado el 4 de octubre. Esto llevó al Ejecutivo a tener dispuestos 1.172 carabineros en la capital para esa mañana, algunos de los cuales fueron traídos desde Valparaíso.

Los malos presagios comenzaron a cumplirse desde temprano, con protestas que, antes de las diez de la mañana, ya se registraban en estaciones de la Línea 1 y de la Línea 3 del Metro. Por entonces, eran manifestaciones intermitentes.

Cerca del mediodía, en La Moneda, la ministra de Transportes, Gloria Hutt, descartaba revertir el alza de los $30, mientras en la Línea 2 una conductora de Metro hacía un llamado de emergencia para cortar la electricidad en las vías de la estación El Llano, ya que un grupo de personas había comenzado a sentarse en el andén con sus pies colgando hacia las vías electrificadas. Esta escena se repitió en varias estaciones.

Desde ese momento, los incidentes comenzaron a ser continuos y cada vez más numerosos, al punto que entre las 13:30 y cerca de las 15:20 hrs., aproximadamente, Metro emitió 20 mensajes en Twitter dando cuenta de diversos incidentes.

Pero el aviso que encendería todas las alarmas llegó a las 14:51, a través de la misma cuenta de Twitter: "Línea 1 y Línea 2 suspendidas con estaciones cerradas y sin servicio de trenes por desmanes causados por manifestantes que impiden contar con las condiciones mínimas de seguridad para pasajeros y trabajadores". Dos minutos después también cerraba sus puertas la Línea 6.

Al mismo tiempo, en la estación La Moneda algunos manifestantes lanzaron a la línea del tren una pantalla informativa, mientras las cámaras de la Unidad Operativa de Control de Tránsito captaban los primeros incidentes en las calles, en este caso en Alameda, y Carabineros responde con carros lanzaguas.

Horas caminando


A medida que cerraban las estaciones, y bajo los casi 26° de temperatura, una verdadera masa humana que aumentaba con el paso de los minutos se desplazaba caminando por las calles de la capital ante la imposibilidad de poder usar el metro y la dificultad de tomar una micro, las que circulaban cada vez más colapsadas, pese a que el sistema se reforzó con 250 buses.

"Ya llevamos como una hora esperando, y ni siquiera están parando las micros. Van muy llenas, imposible", señalaba a la televisión —que a esa altura transmitía prácticamente en cadena nacional— un joven que iba caminando por Providencia, testimonio al que se sumaba el de una indignada mujer que ya llevaba dos horas y media caminando: "Vengo de la Escuela Militar, y para allá está la c.... ¡Cómo al Gobierno se le pudo escapar esto de las manos! ¡Cómo el Metro nos puede hacer esto a todos nosotros y luego nos exige! Tengo que llegar al 5 de Vicuña Mackenna... más encima todos parecemos hormigas".

Avanzada la tarde, las empresas, colegios, universidades y oficinas públicas comenzaban a terminar anticipadamente su jornada. Y ya siendo casi las 19:00 hrs., alarmados por la situación que se estaba viviendo, el Cuerpo de Bomberos de Santiago decide acuartelar a sus 22 compañías, mientras en la casa de Gobierno el Presidente Sebastián Piñera se reunía con los ministros del Interior, Andrés Chadwick, de Transportes, y con el presidente de Metro, Louis de Grange. Tras ella, a las 19:15 hrs., el jefe de gabinete aparecía ante las cámaras para anunciar que se han presentado querellas "por Ley de Seguridad del Estado".

Pese al anuncio, comenzaban a viralizarse por los medios y redes sociales las imágenes de barricadas, quemas de neumáticos y disturbios protagonizados por encapuchados, en primer lugar frente a La Moneda y en la Plaza de Maipú, y posteriormente en diversos puntos de Santiago.

A esa altura de la tarde, las barricadas y quema de neumáticos comienzan a expandirse por diversos puntos de Santiago, y a las 19:45 hrs., a una cuadra de Plaza Italia, encapuchados queman un bus del Transantiago. Sería el primero de varios que serían incendiados en esa jornada.

En tanto, toda la red de Metro se encontraba cerrada "por disturbios y destrozos que impiden contar con las condiciones mínimas de seguridad para pasajeros y trabajadores".

Ya anochecía en la capital. Y el sonido de los "cacerolazos" se expandía por varias comunas, al igual que una llamativa imagen: la del Presidente Piñera en una pizzería de Vitacura, comiendo junto a parte de su familia para, según se informaría después, celebrar el cumpleaños de uno de sus nietos.

El revuelo generado obligó al Mandatario a retornar rápidamente a La Moneda, a las 22:20 hrs., momentos en los que los canales de televisión comenzaban a transmitir en directo la que fue quizás la imagen más impactante de la jornada: el imponente edificio corporativo de Enel, en pleno centro, en llamas, la misma suerte que estaban corriendo entonces siete estaciones del metro.

Como describe Gonzalo Blumel, entonces ministro secretario general de la Presidencia, en su libro "La vuelta larga", "Santiago se había transformado literalmente en la ciudad de la furia": "Los saqueos, barricadas e incendios se multiplicaron por doquier. Una veintena de buses del Transantiago fueron quemados. Dos supermercados Líder fueron saqueados en Santa Rosa con Departamental, mientras que el emblemático local de Telepizza de Plaza Baquedano terminó completamente incendiado. Igual que el Banco de Chile de la Alameda con Ramón Corvalán, el monumento a los Mártires de Carabineros y la facultad de Odontología de la Universidad Mayor, todos ubicados en lugares neurálgicos de la capital. Los bloqueos del tránsito también alcanzaron a las autopistas interurbanas y a las carreteras de acceso a Santiago, como la Ruta 5 Sur y la Ruta 78".

Tal era el daño que habían producido los ataques incendiarios contra el Metro, que la empresa debió anunciar, por primera vez en 40 años, que sus trenes no podrían operar ni el sábado ni el domingo. Según el balance que posteriormente realizó la compañía, de sus 136 estaciones, 77 resultaron dañadas, seis de ellas completamente incendiadas y 14 parcialmente incendiadas.

Estado de emergencia


Los hechos demostraban que Carabineros estaba sobrepasado y que estaba siendo incapaz de restablecer el orden público. Mientras circulaban rumores de acuartelamiento por parte de las Fuerzas Armadas, el Presidente Piñera encabezaba una reunión con los ministros Chadwick, Blumel y Cecilia Pérez (Secretaría General de Gobierno), y comienza a comunicarse con los presidentes de los partidos políticos para pedirles su opinión respecto de la posibilidad de decretar estado de emergencia.

Minutos después de la medianoche, llegaría el anuncio del Mandatario: Estado de emergencia para 37 comunas de la Región Metropolitana. A cargo del orden público quedaba el general de División Javier Iturriaga, como jefe de la Defensa Nacional.

"El objetivo de este estado de emergencia es muy simple, pero muy profundo: asegurar el orden público, asegurar la tranquilidad de los habitantes de la ciudad de Santiago, proteger los bienes tanto públicos como privados y, por sobre todo, garantizar los derechos de todos y cada uno de nuestros compatriotas que se han visto seriamente complicados por la acción de verdaderos delincuentes", dijo el Mandatario, quien, respecto del alza tarifaria que originó los desórdenes, anticipó que convocaría "a un diálogo transversal y voy a hacer todos los esfuerzos a nuestro alcance para poder atenuar y aliviar la situación de los compatriotas que se han visto afectados por esta alza en el precio del metro, de forma tal de poder contribuir a que los más vulnerables y los más necesitados tengan la ayuda que necesitan".

Pocos minutos después, ya circulaban por las calles de Santiago carros blindados de las Fuerzas Armadas y comenzaba a cerrarse una jornada que en menos de 24 horas había dejado una red de Metro destruida e imposibilitada de funcionar, 16 micros quemadas, locales comerciales saqueados, 180 detenidos, 57 carabineros lesionados... pero era solo el inicio de un convulsionado periodo.

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