La Policía de Investigaciones (PDI) informó esta jornada sobre la detención de
dos sujetos, de nacionalidad peruana, acusados de incendiar cuatro locales comerciales y extorsionar a personas. Los aprehendidos pertenecerían a la organización criminal Los Pulpos.
Según informaron desde la policía civil, detectives de la Brigada Investigadora del Crimen Organizado (Brico) allanaron dos inmuebles ubicados en las comunas de Recoleta y Estación Central.
En la operación fueron detenidos ambos sujetos -uno de ellos en situación migratoria irregular-. Los capturados son sindicados como autores de múltiples delitos en las comunas de
Santiago, Recoleta, Independencia y Ñuñoa en los meses de enero, mayo y julio de este año.
Ambos individuos, señalaron desde la PDI, realizaron cuatro incendios a locales comerciales, además de tres extorsiones a personas que no las pagaban.
El subprefecto Juan Pablo Pardo, jefe de la Brico, indicó que los capturados "se dedicaban, en primera instancia, a extorsionar a pequeños comerciantes de la misma nacionalidad, es decir, peruanos, para luego, si esto no cumplían, incendiarles los locales comerciales o también sus vehículos".
Pardo detalló que la investigación estableció que los sujetos enviaban"papeles y elementos para amedrentar" a la víctimas, quienes se arriesgaban sufrir ataque en caso de no ceder a las peticiones de los individuos.
El subprefecto también precisó que uno de los aprehendidos se encargaba de dar las ordenes, mientras que el segunda era quien ejecutaba los ataques. De todos modos, el cabecillas era investigado por ordenarle a un sicario realizar un asesinato, sin embargo, tal delito no se concretó producto de que la PDI detuvo al secuaz antes de cometer el hecho.
Si bien la indagatoria demostró que los capturados pertenecían a la banda Los Pulpos, estos les decían a sus víctima que pertenecían a los Latín Kings para infundir más miedo a sus víctimas. Latín Kings es una organización transnacional y el mayor número de sus miembros está en Ecuador.
En cuanto al perfil de los detenidos, Pardo aseguró que ambos tenían trabajos establecidos: uno en comida rápida y el cabecilla tenía "trabajo esporádico en distintas partes de la Región Metropolitana". Por ello, al momento de que la organización requería cometer ilícitos, estos eran "activados".
El persecutor Esteban Silva, de la Fiscalía de Análisis Criminal Centro Norte, indicó que ambos imputados fueron formalizados y quedaron en prisión preventiva. El tribunal estableció un plazo de 90 días para la investigación.