Desde la recuperación de la democracia, cada presidente ha asumido con un programa de gobierno como hoja de ruta para su administración. Y aunque varían en extensión y énfasis, comparten todos ellos que han incluido medidas con las que buscaban reducir la burocracia —a nivel general o en sectores particulares—, un aparato público que utilizara mejor los recursos fiscales y simplificar trámites en áreas clave para responder de forma más oportuna y resolutiva a la ciudadanía.
"La reestructuración del sistema administrativo agilizará la acción del Ministerio de Educación como un organismo técnico, no burocratizado", señalaba el programa de Patricio Aylwin. Pero también en el área económica, el mandatario DC hizo hincapié: "Para mejorar su eficacia, el Estado debe establecer procedimientos administrativos simples y rápidos, que eviten las restricciones y controles que exageran la discrecionalidad de la administración y limitan el accionar de los agentes productivos".
En la misma línea, en las Bases Programáticas para el segundo gobierno de la Concertación, de
Eduardo Frei Ruiz-Tagle, se hacía énfasis en la modernización del Estado, ya de manera más general. En el documento se plasmaron principios orientadores como la gestión pública al servicio de los ciudadanos, la sanción a la ineficiencia y premiación al buen desempeño, entre otras materias que sentaron los cimientos para las próximas administraciones.
Por su parte, Ricardo Lagos asumió con un programa con una fuerte promesa de "retomar el crecimiento macroeconómico" y para ello afirmaba que impulsaría "mecanismos que faciliten las actividades y disminuyan la burocracia". Desde el punto de vista sectorial, en el área ambiental su compromiso fue "agilizar los procesos normativos".
Durante sus dos administraciones, Michelle Bachelet también hizo propuestas en la materia. En el programa de su primer gobierno se lee que "armonizaremos el conjunto de normativas ambientales que existen, mejorando su coherencia y facilitando su comprensión, de manera de disminuir la incertidumbre y burocracia relacionada con las exigencias ambientales" y contemplaba un sistema simplificado de tributación para pequeñas y medianas empresas, que les permitiera cumplir sus obligaciones fiscales de manera "fácil y expeditamente".
Cuando la expresidenta presentó sus ejes programáticos para su segundo mandato, afirmó: "Incorporaremos las mejores prácticas, con eficacia, con transparencia, con agilidad, con responsabilidad". El plan de gobierno proponía, por ejemplo, "un mejor Estado para el nuevo ciclo del país", donde "junto con responder con más agilidad a los ciudadanos y a las nuevas exigencias de emprendimiento económico y productividad, se requiere incorporar a las y los mejores profesionales y técnicos al servicio público".
Un sello que buscó Sebastián Piñera, desde la centroderecha, fue el de introducir gestión y "gobernar con los mejores". En su primer mandato, propuso eliminar las "trabas burocráticas que dificultan la creación de empresas" y afirmaba que "el hecho de que para crear una empresa en Chile se necesiten 27 días y la exigencia de cumplir nueve trámites burocráticos, mientras que en países como Nueva Zelandia se demoran un día, cumpliendo un solo trámite, muestra que hay que hacer una reforma profunda".
Bajo la premisa de "un Estado moderno, cercano e inteligente al servicio de las personas", el plan de su segundo período ofreció un diagnóstico crítico: "La actual estructura institucional, administrativa y financiera del Estado no es capaz de responder a las necesidades de ciudadanos que exigen un servicio cada vez más rápido, digital, eficiente y de calidad".
El plan del Presidente
Gabriel Boric también prometía medidas, por ejemplo, un "sistema coordinado, que defina políticas públicas con estrategias claras y coherentes, de manera de disminuir y simplificar la carga regulatoria y permitir que los procedimientos sean simples y expeditos" y trabajar "por eliminar las barreras de entrada que existen para la participación de las mipymes y cooperativas en distintos mercados", además de medidas para velar por la eficiencia y gestión en áreas como Deportes y Salud.
Cada mandatario debió enfrentar contextos distintos; pudieron avanzar en algunas medidas, otras quedaron en calidad de promesa, pero sus planes coinciden en la preocupación por un Estado más eficiente.