"Haciendo una retrospección sobre en qué pude haber errado, creo que en lo que falle fue en haber confiado que Conaf, que debía entregar la información que permitiera activar a tiempo las evacuaciones de la población amenazada, iba a hacer lo que le correspondía". A una semana del primer aniversario del megaincendio de Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, esa es la reflexión del exdirector del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), Álvaro Hormazábal. Fue la primera autoridad del sistema nacional de emergencia en perder su cargo tras la tragedia que arrasó gran parte de la Reserva Nacional Lago Peñuelas y el Jardín Botánico. Además, destruyó cinco mil casas dejando 12 mil damnificados y, en su consecuencia más dramática, mató a 136 personas, en su mayoría adultos mayores, que recibieron las alertas de evacuación cuando el fuego ya quemaba sus casas. El Presidente Gabriel Boric le pidió la renuncia luego de que Hormazábal respondiera a las críticas de las alcaldesas del Frente Amplio Macarena Ripamonti (Viña del Mar) y Valeria Melipillán (Quilpué, no reelegida) sobre descoordinaciones en la entrega de viviendas de emergencia.