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"Hacerle frente y no el quite": Las críticas hacia Metro y el Estado por cierre de Cal y Canto

Expertos aseguran que la medida "es como echarle tierra al problema" y plantean entregar más recursos a la red de tren subterráneo para invertir en materia de seguridad.

07 de Febrero de 2025 | 14:03 | Por Sofía Campos, Emol.
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El Mercurio
Metro de Santiago informó del cierre del acceso de la estación Cal y Canto de la Línea 2 de Avenida La Paz, por ser un "punto crítico de inseguridad en la comuna" de Santiago.

Lo anterior ocurriría debido a la instalación de cocinerías ilegales, incivilidades y delincuencia han complicado el libre tránsito y la seguridad de los casi 66 mil pasajeros que transitan diariamente por la estación de la Línea 2.

Al respecto, el alcalde de Santiago, Mario Desbordes, señaló esta mañana en T13 Radio que "el tráfico de personas disminuyó muchísimo, nunca ha tenido tanto, pero tiene mucho menos que las demás entradas de Cal y Canto, pero bajó porque la gente no se atreve a ir, porque a las 7 de la tarde empieza el mall de la cocinería ilegal".

"Yo espero que Metro si cierra ese acceso lo haga solo provisoriamente, porque hoy ellos tienen un problema grave donde se producen delitos afuera, ingresan al interior o dentro del Metro se produce el delito y la gente escapa hacia a fuera", expresó el jefe comunal.

A lo anterior se sumó la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien lamentó que "es una zona histórica de nuestra ciudad, tiene un patrimonio gigantesco, está lleno de hitos que son de gran valor urbano, y sin embargo, uno pasa por ahí y da solamente pena".

"Yo fui alcaldesa de Santiago, y (el sector) lleva años en una problemática muy compleja, en gran parte detonada por intervenciones en el lugar. El piquete del Metro que está ahí, si no me equivoco, es del año 2015, y que tiene para varios años más, ha sido un factor de deterioro muy grande que ha facilitado la presencia de incivilidades, ha facilitado la presencia de comercio ambulante y la sensación de deterioro en general del espacio", puntualizó Tohá.

La explicación de Metro


Desde Metro, Pamela Barros, Gerenta de Operaciones y Servicios, explicó que "es importante mencionar que esta estación cuenta con seis accesos y por la Avenida La Paz cuenta con dos de estos seis. En esa salida que en particular vamos a intervenir, corresponde a la salida de menor flujo dentro de la estación. Solo un 3% de nuestros usuarios utiliza esa estación del total de personas que ingresan y salen de esa estación".

"Tenemos un acceso a 25 metros por la misma Avenida La Paz, que es el más transitado, que conecta con los paraderos del sector. A su vez, estos accesos están utilizados a no más del 30% de su capacidad total. Por ende, no va a haber una afectación de cara a los usuarios que utilizan esos accesos y tampoco en alguna medida de evacuación o alguna otra medida de eventos masivos", aseguró la funcionaria de Metro de Santiago.

Además, agregó que el cierre "nos permite desfocalizar y redistribuir mejor nuestros recursos al interior de la estación, tanto desde el personal de la estación, de seguridad, la videovigilancia, entre otros recursos".

"También estamos preparando la estación para recibir a Línea 7, que también va a mejorar los flujos de la estación y va a mejorar la intermodalidad también en superficie, en un esfuerzo conjunto con la Dirección de Transporte Público Metropolitano", concluyó Barros.

"Echarle tierra al problema"


Consultado por Emol, el expresidente de Metro, Louis de Grange, señaló que "el problema que enfrenta Metro, en particular desde el estallido social, es que debe hacerse cargo de desafíos adicionales al de operar y construir nuevas líneas, sin recibir los recursos económicos adicionales que ello implica. Metro sigue representando apenas el 25% de los costos del Transantiago, y ese porcentaje debiera subir", criticó el también ingeniero en Transportes.

Para Iván Poduje, arquitecto y director de Atisba, cerrar el acceso de Avenida La Paz "es como echarle tierra al problema, porque la verdad es que ese acceso está en una zona donde el comercio ilegal está desatado, donde hay mucha delincuencia, pero es un problema que se repite en varios sectores de la ciudad. Por lo tanto, cerrar la estación es no hacerse cargo del problema de fondo y creo que abandonar la función que el Estado tiene es trágico".

Sobre el número de pasajeros que se verían afectados por el cierre de este acceso, Poduje alertó que "este es un acceso que está en una estación muy concurrida, que además va a tener más gente todavía con el empalme de la Línea 7, por lo tanto, cerrar un acceso siempre implica que tú tienes que dirigir ese flujo hacia los otros accesos que existen".

En ese sentido, el director de Atisba también sostuvo que "el efecto más importante va a ser congestionar los otros accesos e impedir que los usuarios puedan llegar a un sector que además tiene una gran cantidad de transporte público, que es lo que permite hacer el transbordo entre metro y bus".

En tanto, De Grange mencionó que "creo que ese cierre permite mejorar el estándar de seguridad a una mucho mayor proporción de usuarios que ingresan por los restantes accesos de la estación Cal y Canto".

Medida excepcional


Uno de los cuestionamientos que surgió tras conocerse la noticia es si es que esta medida podría replicarse en otras estaciones que se han visto afectadas por el comercio ilegal en su exterior.

"Por supuesto que no es lo ideal, es una medida excepcional. Los accesos de Metro no se diseñan para cerrarse. Pero a veces el contexto social, como el actual, y la falta de recursos, dificulta enormemente su normal funcionamiento. Si Metro no recibe apoyo de las autoridades que están a cargo de materia de seguridad, así como una mayor tarifa técnica por parte del MTT, se le hace muy difícil", expresó el expresidente del servicio de tren subterráneo.

Según Poduje, este problema por el aumento del comercio ilegal se repite en los exteriores de otras estaciones del Metro de Santiago, como Patronato, Plaza de Armas, San Alberto Hurtado y Unión Latinoamericana. En ese sentido, el arquitecto planteó que "es muy importante hacerle frente y no hacerle el quite, que es lo que está haciendo el Estado cerrando la estación".

En esa línea, De Grange aseguró que un cambio que se podría realizar para evitar cierres en el futuro, es que "en el corto plazo, es necesario que Metro reciba recursos económicos adicionales; no da abasto hoy en día para abordar adecuadamente sus problemas de inseguridad tanto en estaciones como dentro de los trenes".

"Pero si queremos abordar el problema de fondo, que es un problema país, lo principal es que el Estado y sus diferentes poderes asuman las incivilidades y delincuencia como una mayor prioridad, empujando cambios e inyectando más recursos para enfrentarlas", concluyó el expresidente de Metro.

Poduje aseguró que una de las soluciones para enfrentar el problema que se implementó en las construcciones de estaciones de las líneas 3 y 6 es que "hay un cierre perimetral de los accesos que permite que la estación no se llene de comercio ilegal. Entonces, una opción es hacer esto nuevamente. Hay algunas estaciones donde se puede y otras no, porque, claro, en el caso de Patronato, por ejemplo, la estación está en un pasaje muy angosto".

El arquitecto señaló que no cree que el comercio ilegal en el exterior sea un tema que debe solucionar el servicio de tren subterráneo, porque "Metro no tiene seguridad fuera de las estaciones. Por lo tanto, no puede hacer nada para proteger su estación".

En esa línea, "lo otro es efectivamente tomar medidas para que el comercio ilegal vaya saliendo, que es una responsabilidad que tiene la policía. Y lo otro que es clave es darle más facultades a los inspectores municipales y recursos para que ellos puedan complementar la labor de carabineros eliminando el comercio ilegal. Yo creo que esas son las soluciones de fondo", concluyó el director de Atisba.