Un cruce epistolar protagonizó el embajador de China en Chile, Niu Qing Bao, con la periodista Karin Ebensperger, luego que esta redactara una columna donde compara al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con el gobernante del país asiático, Xi Jinping y las prácticas comerciales que mantienen. Esto, en medio de la guerra arancelaria.
La controversia comenzó el pasado 18 de abril, luego de que Ebensperger enviara una columna a El Mercurio, donde parte señalando que "las formas son muy importantes, tanto en política internacional como nacional. Es la manera en que se establecen relaciones entre países y se construye identidad en una nación. Las formas moldean gran parte de la dinámica del poder".
"El presidente Trump no respeta las formas. Es rudo, a veces despreciativo al referirse a personas y naciones. Pero también son peligrosas las buenas formas, si solo se usan para disimular un fondo muy distinto a la apariencia, y pasan a ser un engaño, una artimaña, cinismo.
Es el caso de China, que usa la libertad de comercio para ingresar a los mercados, pero subsidia sus industrias y se salta normas mínimas de respeto humano", añade.
En esa línea, subraya que "su gobernante, Xi Jinping, exige ser tratado como un igual ante países con Estado de Derecho, donde todos, incluidos los líderes, están sujetos a la ley. Eso no ocurre en China. Nadie sabe lo que sucede en su interior, donde se reprime el disenso, no existe la libertad de expresión ni hay un sistema judicial independiente. No se pueden mencionar allá su invasión del Tíbet, ni su masacre de Tiananmen, ni sus amenazas a Taiwán. Mientras los gobiernos en Occidente deben atender diversas demandas sociales y visiones de sus ciudadanos, el poder de Beijing tiene una triste 'ventaja' que lo hace eficiente en su expansión: es conducido por el PC único desde 1949, sin opinión pública, y por un gobernante tan formal, tan impertérrito, tanto claro como Xi en su plan de dominio mundial".
"Por el contrario, EE.UU. tiene en su Presidente Trump a un gobernante tosco, que está afectando a la democracia liberal de ese país. Pero también tiene una prensa libre que lo critica, una sociedad participativa que lo examina y reprocha. Ha logrado despertar a Europa para que asuma su propia defensa, y complicó la peligrosa alianza de Rusia con China: ni en plena Guerra Fría se habían tolerado los comunistas de Mao y los de Lenin. Ahora se estaban aliando Putin y Xi contra Occidente y eso es de la máxima gravedad geopolítica. Trump enredó esa alianza, pero nada de eso justifica su imprudencia en materia arancelaria, ni su falta de respeto a sus propios aliados".
"Es preocupante que se observe casi solo la dimensión económica en las relaciones internacionales, cuando el nuevo orden que asoma es una pugna de poder entre las grandes potencias, que incluye la dimensión cultural y de influencia política. Salvo que a alguien le guste el sistema chino, en el futuro se trata de defender la cultura occidental, en que la persona está siempre por sobre un Estado todopoderoso, como el de Beijing".
Respuesta del embajador
El martes 22 de abril, la carta de Ebensperger fue respondida, en duros términos, por el embajador de China en Chile, Niu Qing Bao.
En sus descargos, el diplomático señala que el texto, donde se compara a China y Estados Unidos, "revela las siguientes características de la autora: primero, ignorancia. Ni siquiera conoce el hecho básico de que el Xizang y Taiwán han sido partes inherentes del territorio chino desde la antigüedad. Su afirmación de que China "invadió" su propio territorio resulta simplemente ridícula".
"
Ignora los avances en el desarrollo socioeconómico de China, limitándose a calumniar y lanzar ataques burdos contra el país, copiando y pegando mentiras e insultos de los medios occidentales. Desconociendo incluso el conocimiento elemental de que el comercio internacional se basa en el intercambio de bienes por ventajas comparativas, que satisface necesidades mutuas y promueve el desarrollo beneficioso para todos, pretende obstruir la cooperación económico-comercial con China. ¿En qué lugar deja los intereses de los exportadores y consumidores chilenos?", añade.
En segundo lugar, sostiene que en texto de Ebensperger hay "prejuicio", puesto que "califica como 'mancha negra en el planeta' a un país con cinco mil años de civilización espléndida, 1.400 millones de personas laboriosas y bondadosas, que promueve la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad y contribuye anualmente con más de un tercio al crecimiento económico mundial".
"En contraste, el país que ella ama y defiende ha desatado una guerra arancelaria global, nunca ha considerado a Latinoamérica como socio igualitario, sino solo como 'patio trasero' y proveedor de materias primas, ejerciendo sin disimulo interferencias, saqueos y coerción. ¿A qué intereses representa ella?", inquiere el embajador.
En tercer punto, sostiene que la columna expresa "complicidad". "En un momento donde casi todo el mundo condena unánimemente el hegemonismo, las prácticas abusivas, el proteccionismo y la extorsión global del nuevo gobierno estadounidense, sus esfuerzos por 'maquillar' estos actos resultan extraordinarios. No sorprende que sus argumentos sobre China coincidan punto por punto con los de ciertos políticos estadounidenses. Evidentemente, es partidaria de sacrificar al mundo entero para 'hacer grande a Estados Unidos otra vez'".
"Existe un proverbio chino: 'dime con quién andas y te diré quién eres'. ¿A qué categoría de personas pertenece la señora Karin Ebensperger?", sentencia el embajador.
"El embajador tergiversa"
Este viernes, Ebensperger respondió a los emplazamientos del embajador chino, apuntando a que lo hace "con la misma agresividad con que lo ha hecho frente a otros columnistas que critican el proceder de su gobierno".
"Argumenta que ignoro que China tiene cinco mil años de cultura y que su pueblo es bondadoso y laborioso. El embajador tergiversa: mi columna no se refiere a su pueblo, sino a su gobierno, de partido único, que ha sometido a su gente desde 1949 con horribles purgas y 'revolución cultural'. Por algo son millones los chinos que han emigrado de su país, especialmente a EE.UU. y Canadá, mientras muy pocos extranjeros eligen ir a vivir a China", responde la periodista.
Asimismo, dice que visitó China y "comprobé que en su intervenido sistema de información se oculta la historia, como la masacre de estudiantes en Tiananmen. Y es de público conocimiento que su gobierno no permite un sistema judicial independiente".
"Llega al extremo el señor embajador cuando argumenta sobre el libre comercio: la verdad es que el gobierno chino practica el dumping, el comercio desleal, con precios bajos artificiales a costa de su propia gente explotada, para penetrar con malas artes mercados como el chileno", agrega.
Frente a lo anterior, Ebensperger argumenta que "las pymes de Chile no pueden competir con los malls chinos que proliferan en nuestro país con precios fuera de mercado y apoyados por una política china de penetración deliberada. Eso no significa que yo no sea partidaria del intercambio comercial entre Chile y China cuando es de mutuo beneficio".
"Finalmente, no usaré los mismos términos que el embajador -quien debe ser buena persona, pero es muy poco diplomático- emplea contra mí, porque comprendo que, a diferencia de mi libertad, su posición de representante del gobierno dictatorial chino -y por lo tanto, su absoluta dependencia- lo obligan a actuar como lo hace", cierra la periodista.