Las Exposiciones Universales se realizan cada cinco años y buscan generar intercambio comercial, tecnológico y cultural. Si bien Chile participa asiduamente en estos eventos, no siempre tienen tanta relevancia para los intereses nacionales como la que por estos días se lleva a cabo en Osaka. Que el anfitrión sea Japón –nuestro cuarto socio comercial según los números, un "país amigo" según los diplomáticos- dotan a la Expo 2025 de un aura especial, solo comparable con Shanghai 2020 o la mítica Expo Sevilla, con el iceberg y el afán de reinsertar a Chile en el mundo.
Por lo mismo, el Presidente Gabriel Boric y una amplia comitiva de empresarios y parlamentarios estarán mañana en Osaka. Y es que las exposiciones también sirven para proyectar la imagen país, trabar relaciones comerciales o culturales y aceitar las ya existentes, gracias a pabellones donde cada nación se esfuerza por mostrar lo mejor de sí mismas. Chile optó por un manto textil confeccionado por 200 tejedoras mapuche, sostenido en una estructura de madera, y rodeado de una experiencia inmersiva, con proyecciones en tres de las cuatro paredes del pabellón. "Makün: El Manto de Chile", se llama la propuesta en su conjunto.
"La idea es mostrar lo que es Chile. Promover el país en el mundo en diversos aspectos, fomentar el intercambio y vender una imagen atractiva para redes en distintos temas", comenta un importante miembro de la organización.
El exembajador de Chile en Japón, Patricio Torres, ahonda en la relevancia de la relación con Tokio. "Yo creo que esto es mucho imagen país. Y también es súper importante haberle respondido a un socio. Porque Japón nos buscó desde hace muchos años para que nos inscribiéramos", sostiene. En efecto, Chile tardó en confirmar su presencia, lo que en junio de 2023 levantó polémica entre parlamentarios ya que consideraban que los 22 meses que faltaban para la inauguración no daría tiempo para desarrollar una propuesta, la que finalmente sí se logró.
Más allá del manto
Pero el manto, la madera y la experiencia inmersiva no son suficiente. Durante los seis meses en que dura la Expo se organizaron semanas temáticas en las se expondrá de un tema singular en el donde Chile tiene algo importante que decir: astronomía, minería, cultura… ¿Algo más? Claro, degustaciones de vino, pisco y fruta y la mascota: un pingüino de Humboldt bautizado como Chiri-Chan. "El público japonés tiene mucha afinidad con este tipo de acciones de promoción y creemos que tendrá una gran aceptación", advierte la comisionada general de Chile para la Expo Osaka 2025, Paulina Nazal.
De momento, las cifras hablan de que más de 250 mil personas han visitado el pabellón chileno desde que partió la expo el 13 de abril. Para tener una referencia, durante las primeras dos semanas de exhibición, un millón de personas llegaron la feria y los organizadores esperan que sean 28 millones cuanto termine, impulsado por los turistas asiáticos que han llegado en masa a Japón aprovechando la caída del valor del yen.
La mascota de Chile es Chiri Chan. Foto: ProChile.
Colaboración e inversión
"Lo interesante de este pabellón es la continuidad de los mensajes claves que el país desea expresar: la diversidad, donde convive una fuerte presencia de las tradiciones con la innovación; su fuerte compromiso institucional, sólidas bases democráticas y apertura al mundo; y la sostenibilidad como un pilar base en todas las acciones que el país lleva adelante", dice Ignacio Fernández, director general de ProChile.
"Yo creo que esto es mucho imagen país. Y también es súper importante haberle respondido a un socio. Porque Japón nos buscó desde hace muchos años para que nos inscribiéramos"
Patricio Torres, ex embajador
La organización de todo esto no ha sido simple. En manos del Ministerio de Relaciones Exteriores, ha contado con la asesoría de un consejo superior, integrado por el canciller Alberto Van Klaveren; el embajador de Chile en Tokio, Ricardo Rojas; el presidente del Comité Empresarial Chile-Japón de Sofofa, Ramón Jara; entre otros. La colaboración público-privada ha sido clave para que el pabellón este vivo durante los seis meses.
Toda la participación de Chile tendrá un costo cercano a los US$17 millones, lo cual está establecido en la Ley de Presupuesto del año 2024 y 2025. Considera habilitación del pabellón y también la operación diaria, gastos en personal, agencias de producción, comunicaciones entre otros. Además, también se consideran las 20 semanas temáticas. "La presentación de Chile es de un nivel medio, adecuado al país, pero lo importante es llamar la atención", comentan desde la organización.
Tipos de pabellones
El pabellón de Chile está ubicado en una de las cinco áreas temáticas de la Expo, llamada "Salvando Vidas". Colinda con las instalaciones de Túnez, Argelia, Camboya y el pabellón Báltico que en conjunto presentan Lituania y Letonia. Todas son de un tamaño similar, cerca de 600 metros cuadrados, y califican en lo que la organización llama "pabellón tipo B": instalaciones construidas previamente cuyo contenido queda en manos del país que expone. Cerca de 30 exponentes optaron por esta modalidad.
Pero también está el "pabellón tipo A", donde cada país construye su propia instalación, con una propuesta arquitectónica particular, con un máximo de 12 metros de altura. Los países más grandes optaron por esta modalidad, incluyendo China y Estados Unidos, cuyos espacios están a escasos metros de distancia. También está el "pabellón tipo C", que en rigor son grandes galpones donde algunos países alquilan un espacio reducido.
Competencia sudamericana: Grandes, pequeños y ausentes
"Tenemos que competir entre nosotros para atraer público a nuestros pabellones. Y los países lo que hacen es atraer gente", comentaba en marzo Paulina Nazal en una entrevista radial. Y es que más allá de los países vecinos dentro de la Expo, la verdadera competencia está en las propuestas de los países de la misma región.
En Sudamérica solo dos optaron por pabellones "tipo A", Brasil y Colombia, pero no sin problemas. El primero quiso cambiar sobre la marcha a una instalación mediana debido a los costos, pero finalmente se debió quedar con una grande. En su espacio destacan grandes figuras de animales y personas construidas con bolsas de plástico.
Colombia en tanto, ha tenido que enfrentar polémicas internas por críticas relacionadas al presupuesto asignado, unos 8,5 millones de dólares. Su propuesta destaca la abundancia de agua, que lo convierte en uno de los 10 países con más fuentes de agua dulce en el mundo. ¿Su eslogan?
Colombia, país de belleza.
Además de Chile, solo un país tiene un pabellón "tipo B": Perú. Bajo el lema "posibilidades infinitas", la idea limeña incluye una experiencia inmersiva por las distintas regiones peruanas, además de muestras de la cultura nazca y mochica, y degustaciones de pisco. Las similitudes con Chile no quedan solo en eso, ya que PromPerú, el símil de ProChile, también ideó una mascota: Pukará-Chan.
Fachada del pabellón de Perú. Foto: Gobierno de Perú.
Más atrás están Uruguay, Paraguay y Bolivia, que dirán presente en los pabellones comunitarios. El primero destaca sus productos agrupecuarios y su estabilidad; el segundo apelará a su capacidad de generación de energía, además de una visita del Presidente Santiago Peña el 19 de mayo; y el tercero muestra la diversidad de sus pueblos indígenas y productos locales como la quinua, chocolates, vinos de altura, y el tradicional singani (un destilado de uva).
¿Y los ausentes? Venezuela y Ecuador no estarán en Osaka, pero una de las retiradas más notorias fue la de Argentina, que en un inicio había solicitado construir su propio pabellón, pero en junio del año pasado desistió de participar. Según trascendió desde la organización, se le sugirió optar por un pabellón "tipo C", pero en medio de los recortes impulsados por el gobierno de Javier Milei, Buenos Aires se bajó de la cita.
Aunque no es de Sudamérica, otro de los grandes ausentes es México, que también pretendía construir un pabellón grande, pero en diciembre de 2023 decidió salirse del evento. El debate instalado por la inversión requerida, en medio de la elección presidencial de 2024, llevaron al pasado gobierno de Andrés López Obrador a cancelar su participación.
¿Quién ganará la competencia entre los países sudamericanos? El número de las visitas es un índice relevante, pero no el principal. Los gestos diplomáticos, los acuerdos, el intercambio comercial serán los verdaderos ejes cuando en octubre se baje el telón del encuentro y los países, con más o menos dedicación, se preparen para la Expo 2030 que se realizará en Riyadh, Arabia Saudita.
Imagen virtual de la isla artificial donde se realiza la Expo en Osaka.