"Parece más bien una estrategia de espionaje con fines políticos". Esa fue la declaración del Frente Amplio luego de que se revelaran escuchas telefónicas en el marco de la investigación por el Caso Procultura, ampliamente cuestionada tanto por voces oficialistas como de la oposición, y que terminó complicando al abanderado presidencial del bloque, Gonzalo Winter. Incluso el Presidente Gabriel Boric tomó distancia de la acusación.
La arremetida del colectivo se produjo justo después de que salieran a la luz conversaciones entre el diputado Diego Ibáñez (FA) y Alberto Larraín, director de la fundación involucrada, en las que se hablaba de la posible utilización de fondos de la entidad para financiar la campaña presidencial de Boric.
Primero, el diputado por la Región de Valparaíso —una figura clave dentro del Frente Amplio, ex presidente de Convergencia Social (partido del Presidente Boric), amigo cercano del Mandatario y aspirante al Senado en las próximas elecciones— emitió una declaración pública. Minutos después, la directiva del Frente Amplio respaldó sus palabras.
"Todo está completamente transparentado, rendido y aprobado legalmente por el Servel, información que además es de acceso público por transparencia (…) Dicho esto, manifiesto mi absoluto repudio a la manera en la cual se filtran selectivamente conversaciones privadas en medio de investigaciones a cargo de Fiscalía, sin ninguna relación con algún delito, con el solo objeto de difamar", manifestó el parlamentario.
Posteriormente, el bloque publicó otro comunicado, en el que advirtió que "la magnitud de las interceptaciones —más de 42 teléfonos intervenidos, incluidas conversaciones de 2022 pinchadas a fines de 2024— no responde a una auténtica búsqueda de pruebas, sino que parece más bien una estrategia de espionaje con fines políticos, que rechazamos categóricamente, y que no solo daña a personas en específico, sino que a toda la institucionalidad del Ministerio Público y a nuestra democracia".
La diferencia con Boric y Winter
Pese a que también se filtraron conversaciones suyas, el Presidente Boric no respaldó públicamente las declaraciones de su partido y se limitó a señalar: "Yo siempre he sostenido y reitero en este momento que cuando se investigan casos de malversación a la fe pública o cualquier tipo de delito, no puede haber un doble estándar, y eso se prueba o se mide a la hora que el investigado es uno o los propios, se pone en cuestión uno mismo. Y ante esta situación yo doy garantía de que sigo manteniendo la misma posición, caiga quien caiga".
En esa línea, llamó a que "se investigue todo lo que haya que investigarse. Yo tengo una absoluta tranquilidad respecto a todo lo que he hecho y no me cabe ninguna duda que lo mejor que puedo hacer como Presidente de Chile es nuevamente dejar que las instituciones funcionen, no ejercer sobre ellas ningún tipo de presión, no acusar por mi parte ningún tipo de persecución".
Mientras que el abanderado presidencial Gonzalo Winter, en Tolerancia Cero señaló que "yo prefiero no usar esa expresión", en referencia a la acusación de "espionaje político".
Al ser consultado si le parecía incorrecta la parte de la declaración en la que se habla de "espionaje político", Winter dijo "Sí, me parece mal".
Cuestionamientos al Frente Amplio
Las críticas a la postura del Frente Amplio no se han detenido. En Radio Pauta, el senador del PPD, Pedro Araya, señaló que el partido del jefe de Estado "está absolutamente equivocado en la defensa que está haciendo y mi impresión es que debieran dar un giro (...) Hay que tener presente lo siguiente: Aquí no podemos hablar de espionaje político, eso es una tremenda irresponsabilidad".
En el mismo medio, el senador Fidel Espinoza (PS) dijo que "yo creo en la persona del Presidente, pero se rodeó de muchos deshonestos que le traicionaron su confianza. Es desvergonzada esta frase, ellos tienen que pedirle perdón al país por lo que hicieron sus militantes".