Este miércoles, en teoría, todos los vehículos del país deberían circular con
cuatro vidrios y los dos espejos laterales grabados con su respectiva patente. Así al menos lo establece la norma contenida en la Ley 21.601 que modificó la ley de tránsito y que fue promulgada en septiembre de 2023.
El propósito de la medida es aumentar la seguridad, previniendo el robo y la reventa ilícita de vehículos, para así optimizar los procesos de fiscalización. El grabado debe ir en mayústuca, legible de izquierda a derecha y de manera permanente, es decir, que involucre alguna técnica que impida que sea removible desde los espejos o vidrios.
En estos últimos días se pudo ver largas filas de vehículos, especialmente en la RM, con conductores que querían grabar sus vidrios. Algunos de ellos comentaban que no estaban "seguros" de la utilidad de la norma, y otros se habían enterado casualmente de que había que cumplir con esta ley y que se acercaba el plazo final.
Otros, en tanto, aseguraban que lo hacían para evitar las multas, las que se estiman entre 1 y 1,5 UTM ($68.648 y $102.051).
El titular de Transportes, Juan Carlos Muñoz, ha defendido en varias oportunidades la iniciativa, valorando incluso que muchos conductores empezaron a hacer sus grabados desde el año pasado, cuando aún quedaba plazo. "No nos sorprende el resultado del análisis levantado por nuestros equipos de fiscalización que muestran que el ritmo de implementación, de manera voluntaria, corrobora que esta medida es valorada, especialmente para mejorar las condiciones de seguridad de nuestros vehículos", dijo el secretario de Estado en julio.
No obstante, hay varias críticas que aún persisten entre los expertos, quienes aseguran que la medida no viene a resolver un problema de fondo en torno al robo y reventa de vehículos -o de sus piezas-, y que "nuevamente es el usuario" el que paga el costo por un problema estructural.
Dudas por efectividad
El pasado 5 de mayo, el expresidente de Metro y decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UDP, Louis de Grange, cuestionó en una carta en El Mercurio, la cantidad de medidas de transporte que se han implementado y que, a su juicio, presentan "dudosa efectividad", como el de chalecos reflectantes amarillos y sillas para niños de hasta 12 años.
"A lo anterior se sumará, a partir del 15 de mayo próximo, la fiscalización asociada a la ley que exige el grabado de la patente vehicular en los espejos de los vehículos. Es absurda la cantidad de exigencias normativas, especialmente en el ámbito del transporte, con dudoso beneficio social, pero que consumen importantes recursos públicos para su fiscalización", criticó.
Esto, junto con señalar que sería más sensato priorizar "los escasos recursos públicos en fiscalizar aquellas áreas más prioritarias del transporte, como por ejemplo, la evasión en los buses, o el comercio ambulante ilegal, por nombrar solo algunas".
Por su parte, Franco Basso, experto en transportes de la PUCV, comentó a Emol que "no hay una evidencia sólida que demuestre que este tipo de medidas permite disminuir los robos de los automóviles. Por el contrario, nosotros hemos observado que a pesar de que se han ido tomando más y más medidas, porque esto es algo que se hace desde hace mucho tiempo, no era obligatorio pero había muchas personas que lo hacían, el robo de vehículos no se ha detenido y muy por el contrario, ha aumentado".
A su juicio, a primera vista parece "una mala medida traspasar la responsabilidad que tiene el Estado de encargarse de la seguridad de las personas a justamente los usuarios que tienen que pagar un extra relacionado a incorporar estas medidas obligatorias. Sería más razonable que se siguiera haciendo por voluntad propia y una persona que quiere proteger su automóvil o que cree que esto protege su automóvil lo haga, pero forzarlo por ley, movilizar fiscalización".
"Ayuda, pero pone el gasto en particulares"
En la misma línea, Alberto Escobar, gerente de Movilidad y Políticas Públicas de Automóvil Club, comenta que el hecho de que se registraran tantas personas grabando sus vidrios y espejos "a última hora", da cuenta de que "la ciudadanía se entera muy por encima" de este tipo de normas.
"Nosotros como institución siempre tomamos ciertas aprehensiones respecto a esto, porque el grabado de patente no es una solución en sí misma al robo de vehículos, sino que simplemente va a ser una manera de ayudar al proceso judicial ex post", precisa. Asimismo, comenta que "es una medida que ayuda, pero pone el gasto en particulares, cuando esto es un problema del Estado de Chile, es la ausencia del Estado la que tiene estos niveles de robos, portonazos, etc.".
Ahora bien, mirando el vaso medio lleno, Escobar detalla que al enfrentarse a un espejo grabado, los usuarios deben considerar esta información cuando buscan comprar en el mercado informal, "que lamentablemente es una de las maneras en que se abastecen".
"Segundo, que si yo lo compro, entendiendo esto, me estoy convirtiendo en un cómplice y voy a tener sanciones legales al igual que la persona que lo vendió y, por lo tanto, me voy a meter en un problema", añade.
Por último, comenta que esta medida "permite a la autoridad hacer una trazabilidad para poder encontrar un determinado vehículo. Es decir, si llegan a un lugar, se van a dar cuenta que existe una información disponible ahí para saber a quién pertenece; y, por otro lado, los autos también se roban para ser clonados y ahí ya existirá otro problema con la clonación de placas patentes", zanjó.
