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"Atípica", "ambivalente" y con "claro tinte electoral": Expertos ponderan la última Cuenta Pública de Boric

La alocución duró 151 minutos, siendo la segunda más corta de su período.

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Presidente Gabriel Boric en su última Cuenta Pública.

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"Fue atípica", dijo uno de los expertos consultados por el balance de la última Cuenta Pública del presidente Gabriel Boric, desarrollada durante el domingo en el Congreso Nacional. Otros aseguraron que fue un "esfuerzo" por recuperar el control del relato, mientras hay quienes apuntaron a que mostró su decisión de poner su agenda ideológica ante todo, junto con enfatizar en los logros con un "claro tinte electoral".

Distintos fueron los puntos de vistas de expertos respecto del discurso del Mandatario que se extendió por 151 minutos, siendo el segundo más corto de todo su periodo. En 2023 batió un récord al hablar durante 216 minutos.

Mario Herrera Muñoz, analista político de la Universidad de Talca, dice a este medio que normalmente los presidentes intentan consolidar su legado en la última Cuenta Pública, y más que prometer proyectos y gestión, rinden cuenta de manera global de su mandato.

No obstante, considera que esta "fue atípica", pues "fue más política con un discurso ambivalente en algunos sentidos. Por un lado, un reconocimiento a la oposición en términos de la aprobación de proyectos clave, pero al mismo tiempo, inicia su discurso con un reconocimiento al legado del estallido social y los principales anuncios están vinculados con proyectos que generan división política".

Herrera sostiene que otro aspecto diferente es prometer cambios. Esto, ya que gran parte de los anuncios dependerán de un futuro gobierno, toda vez que son proyectos que en términos de gestión son de largo plazo -como los de transporte y obras públicas- o requieren de la aprobación del Congreso. Entonces, y de alguna forma, precisa que "el Gobierno considera que cumplir es presentar proyectos o comprometer recursos, siendo que parte de esos anuncios no dependerán de esta administración".

En una línea similar se refiere Marco Moreno, director del Centro Democracia y Opinión Pública de la Universidad Central, ya que dice que más que un acto de promesas, esta Cuenta Pública fue "un esfuerzo por recuperar el control del relato, ordenar el balance y marcar un cierre político institucionalizado".

En su opinión, Boric mostró una versión más contenida y realista, buscando capitalizar lo avanzado y blindar su figura de cara al futuro del progresismo. Sin embargo, dijo que "el impacto real dependerá de si logra traducir esa narrativa en una mejora de la percepción ciudadana y en un mejor desempeño electoral del oficialismo".

Ahora bien, en cuanto a los aspectos positivos del último discurso del Jefe de Estado, Herrera destaca "el llamado a la unidad, los avances en materia laboral y de salud y cuidados que son probablemente los principales logros de este Gobierno". Y en relación a lo negativo, señala el "hablarle a las trincheras. Los anuncios en política exterior -vinculados con Israel-, hablar de 'abuso' de las AFP y de las Isapres, y el proyecto de ley de aborto apuntan en esa dirección".

"Agenda ideológica"


Por otra parte, Miguel Ángel Fernández, académico de Faro de la Universidad del Desarrollo, manifiesta que esta Cuenta Pública "exhibe la decisión del Presidente de poner su agenda ideológica por sobre la situación actual del país".

Así, expone que se convirtió en un mensaje con una visión de futuro para su sector, al mismo tiempo que intentó poner énfasis en sus logros "con un claro tinte electoral". "Esta decisión estratégica cobra especial relevancia en un contexto electoral, donde la percepción de éxito o fracaso de una administración puede influir directamente en las aspiraciones de continuidad de la coalición gobernante. Asimismo, usó la Cuenta Pública para intentar otorgar legitimidad y movilizar apoyo electoral hacia el bloque oficialista", agrega.

Para él, lo positivo está para quienes están detrás del Gobierno (como diputados y candidatos), pues se mostrarán "satisfechos" por la serie de anuncios diseñados para resonar con grupos específicos de la población, apelando a sectores identitarios que en las elecciones de 2021 mostraron un fuerte respaldo al proyecto político de Boric.

"Los guiños a movimientos animalistas, al ámbito cultural y a los estudiantes, con un énfasis particular en el CAE, reflejan la estrategia clara para revitalizar las bases de apoyo del Gobierno. Este enfoque resulta particularmente relevante en un año de elecciones presidenciales, ya que busca consolidar el respaldo de sectores clave para fortalecer la posición de la coalición gobernante", dice.

Respecto a lo negativo, menciona que el discurso también "presentó limitaciones significativas". "Al utilizar la Cuenta Pública como una herramienta de construcción electoral, se abordaron temas que generan profundas divisiones en el país, contribuyendo a la polarización del ambiente político y social. Esta aproximación arriesga exacerbar las tensiones existentes en lugar de promover un diálogo real", advierte.

Con todo, y al analizar el hilo conductor del discurso, cree que surge la interrogante de si el Presidente Boric culminará su mandato habiendo incorporado los aprendizajes de su paso por La Moneda o si, por el contrario, reafirma "las posturas iniciales del Frente Amplio que fueron rechazadas por los chilenos en el primer proceso constitucional", los que abogan por un Estado más centralizado y con mayor capacidad de intervención en la sociedad.

"Intentó aplacar el complejo escenario político"


Otra mirada muestra José Francisco Lagos, director ejecutivo del Instituto Res Publica, quien considera que a través de algunas cifras y proyectos en infraestructuras, el Presidente "intentó aplacar el complejo escenario político que ha enfrentado durante estos más de tres años".

"Es bien increíble la capacidad de señalar algunas iniciativas, emplazar a la oposición y que estas no cuenten con los votos de su propia coalición en el Congreso", expresa.

En tanto, Tomás Duval, académico Universidad Autónoma, sostiene que esta ha sido una oportunidad para que el Mandatario haga presente las directrices de un proyecto político de izquierda y proyectar de forma clara su liderazgo en este proyecto.

Ahora, expresa que "la gran pregunta ahí es saber con consistencia, porque de alguna manera al comienzo proponen ideas que fallan en implementación para luego retroceder y sacar algunos acuerdos y no me parece fácil decir ahora que se hicieron, porque este Gobierno las llevó a la práctica. Respecto de temas en eje del proyecto izquierda como el aborto, el CAE, el caso de Israel, destaco la defensa de la democracia y derechos humanos. En seguridad y corrupción fueron más bien declaraciones de principios".

"Gobernabilidad"


Algo que marcó la alocución del Jefe de Estado fue el tema de la "gobernabilidad". Y es que el Presidente se mostró consciente de que a todo Gobierno se le evalúa por una mezcla entre el cumplimiento del programa y los logros concretados durante el mandato, pero aseveró que "tengo la convicción de que un buen Gobierno no es solo aquel que muestra números o tickets de cumplimientos, sino el que logra que el Estado sea gobernado con la capacidad de construir acuerdos sociales".

Y, enumerando sus proyectos emblema, manifestó que "esto es lo que jamás se lograría con una política hecha desde el miedo, la desinformación, la desconfianza y el pesimismo. Esto es, al final del día, la gobernabilidad".

En cuanto a este mensaje, Herrera dice que "hay un guiño evidente" a la oposición que dialoga con el Gobierno, separando entre el rol de Chile Vamos con respecto a la nueva derecha. "Eso tiene un efecto electoral y probablemente sea parte del debate hacia adelante", añade.

Si normalmente después de la Cuenta Pública se debate sobre el nivel de cumplimiento, cree que esta dejará "más debates políticos que sectoriales".

Moreno, en tanto, piensa que los mensajes a la oposición "fueron sutiles, pero claros: el Gobierno necesita acuerdos, pero no está dispuesto a cargar en solitario con el costo de la parálisis. Boric buscó reconstruir un marco de gobernabilidad compartida, apelando tanto al sentido institucional como al cálculo político. La pregunta es si la oposición tomará ese guante o continuará apostando al desgaste".

Por su parte, Fernández afirma que el Presidente "omitió" abordar el núcleo del problema del sistema político chileno actual: la fragmentación y polarización tanto al interior de los partidos como en la sociedad, así como la desinstitucionalización de las estructuras partidarias.

Esta omisión, dice, "derivó en un discurso que, en materia de gobernabilidad, recurrió a palabras superficiales que no contribuyen a construir un ambiente institucional propicio para la cooperación y el diálogo. Cuando afirmó que la política no debe servir para que las partes 'se pasen aplanadoras mutuamente', pareció realizar un mea culpa implícito respecto al rol del Frente Amplio durante su proceso de consolidación política. Sin embargo, al no explicitar este reconocimiento, el mensaje perdió fuerza y profundidad".

Finalmente, a Eric Latorre, director del Magíster de Gobierno y Administración Pública de la Universidad Autónoma, le parece bastante claro que con el tema de la gobernabilidad el Presidente intenta proyectar "no sólo un legado, sino que una cierta plataforma donde muestre que ha sido capaz de plantearse como un Gobierno socialdemócrata que avanza en materias sociales, intentando buscar acuerdos amplios y abiertos hacia el centro".

En esa lógica, dice que el Mandatario tiene claro que "tiene una base de apoyo fuerte en un 28-30%", pero tiene que abrirse a mostrar "que es más que su base de apoyo más duro". Además, en una época electoral, "obviamente el Presidente va a interpelar de alguna manera a la oposición intentando mostrar que es capaz de dar más gobernabilidad con su coalición, a partir de todos los proyectos que ha aprobado, en reforma previsional, los temas en la agenda laboral, etc.".