Tras su triunfo en las primarias presidenciales del oficialismo, la carta del Partido Comunista (PC) y Acción Humanista, Jeannette Jara, comienza una nueva etapa política en la que buscará proyectarse como la figura que pueda articular a toda la izquierda.
Sin embargo, su propio sector levanta tensiones internas que hoy amenazan con desdibujar el sello que ha intentado imprimir a su candidatura: alejarse de las crítica y mostrarse como una carta transversal del oficialismo y capaz de convocar a sectores más amplios que el núcleo duro del Partido Comunista.
Desde que se confirmó su nombre como abanderada comunista, tras salir como ministra del Trabajo del Gobierno de Gabriel Boric, Jara ha debido salir en varias ocasiones a aclarar públicamente diferencias con las principales figuras de su partido, en especial con el presidente del PC, Lautaro Carmona.
Algo que se evidenció incluso cuando ella fue a votar en Conchalí en la mesa 47 del Liceo Poeta Federico García Lorca, lugar al que llegó junto a voceros de su comando y dirigentes comunistas. No obstante, no llegaron ni
Lautaro Carmona ni tampoco la secretaria general del PC,
Bárbara Figueroa. Situación que cambió tras conocerse su triunfo, ya que quedó cristalizada la imagen de la directiva junto a Jara.
Con el timonel comunista se ha tensionado la interna del PC en al menos tres episodios claves: la posibilidad de abrir un nuevo proceso constituyente, el rol del exalcalde Daniel Jadue en la campaña y su postura frente a las violaciones a los derechos humanos en Cuba. Tras el triunfo, desde su arresto domiciliario, Jadue festejó el triunfo en redes sociales: "Se logró compañera. Felicidades compañera, su triunfo es el de todas y todos los que anhelamos un Chile más justo".
Con todo, los episodios acumulados reflejan un patrón: Jara intenta trazar un camino propio dentro del PC, pero debe convivir con una dirigencia que no solo marca diferencias, sino que tensiona públicamente su discurso.
Aunque hasta ahora ha sido cautelosa en no romper con el partido que la postula, la candidata sabe que el peso de esa herencia puede afectar sus opciones de ampliarse hacia el resto del oficialismo e incluso hacia sectores moderados de izquierda y centro.
La incomodidad por el "fantasma constituyente"
El más reciente roce entre Jara y Carmona ocurrió esta semana -e incluso un día antes de las primarias- luego de que el presidente del PC, en el programa "Sin Filtros", expresara su deseo de que la candidata impulsara un nuevo proceso constitucional: "Yo espero que sí, me gustaría una nueva constitución, sin ninguna duda, y espero que Jeannette Jara la empuje".
La frase incomodó a Jara, quien ha intentado tomar distancia del discurso refundacional para instalarse como una figura más pragmática.
Por lo mismo, respondió con un tono directo en su cuenta de X: "Quiero ser sumamente clara, no haremos compromisos que no podamos cumplir. Otro proceso constituyente no está en las veinte medidas programáticas propuestas para Chile. Hay otras urgencias y prioridades ciudadanas, lo tengo clarísimo, y esas serán mis prioridades por las que trabajaré desde el día uno".
Pero no es la primera vez que Carmona insiste con ese tema. Ya en marzo, en medio de las dudas sobre si Jara asumiría finalmente la candidatura, el líder del PC había señalado que "quizás una de las reformas políticas que quedan pendientes, y que habría que replantearse agendar con urgencia, es una nueva Constitución, porque no hay nueva Constitución", anticipando así el flanco interno que enfrentaría la entonces ministra del Trabajo.
Jadue: cercanía afectiva, distancia política
Otro episodio que reflejó las diferencias internas fue el intento de Carmona por instalar un rol en la campaña para el exalcalde de Recoleta, Daniel Jadue, quien se encuentra formalizado por corrupción y actualmente bajo arresto domiciliario nocturno, pero que se le otorgó un permiso para ir a votar este domingo.
El 17 de junio, tras la modificación de la medida cautelar, Carmona dijo: "Hoy día podrá destacarse mucho más en función de disponerse a integrar el comando que está trabajando con Jeannette, donde están muchos otros miembros del Comité Central". Sin embargo, desde el entorno de Jara se filtró la incomodidad que generó esa idea, descartando su inclusión.
Consultada en Turno AM, la ex ministra abordó el tema con franqueza: "Me alegro mucho que le hayan levantado esta cautelar, que haya quedado con arresto solo nocturno me parece, porque ya lleva como un año encerrado y ojalá que el proceso se resuelva pronto para que, como él dice, pueda probar su inocencia. Así que me alegra. Además, es un hombre de una trayectoria grande, yo le tengo cariño, hemos compartido en muchas ocasiones la vida partidaria, no somos amigos personales ni nada de eso".
Pero al mismo tiempo, dejó en claro su postura: "Queda una semana de campaña, entonces yo no veo mucho sentido en estar cambiando el equipo de comando ahora".
Con ello, Jara intentó cerrar un flanco que amenazaba con enredar su relato de liderazgo propio.
Cuba: el matiz que la aleja del PC
Uno de los contrastes más notables entre Jara y el discurso tradicional del PC se ha evidenciado en su postura frente a Cuba, en un tema que genera divisiones dentro de la izquierda: las violaciones a los derechos humanos en regímenes afines.
Mientras el Presidente Gabriel Boric ha sido tajante en condenar la situación en Venezuela –"el gobierno de Nicolás Maduro se ha convertido en una dictadura (...) en Venezuela hoy día no hay libertad", dijo en enero–, ha evitado pronunciarse con la misma claridad sobre Cuba.
Jara, en cambio, fue consultada directamente el lunes por los informes sobre presos políticos en la isla. Y respondió sin ambigüedades: "Sí, yo entiendo que hay informes internacionales respecto de presos políticos y eso me parece que son vulneraciones a los derechos fundamentales", distanciándose nuevamente del discurso oficialista del PC.
La reacción de Carmona no se hizo esperar. En entrevista con Radio Cooperativa, el dirigente comunista afirmó que "absolutamente" la falta de democracia en Cuba es culpa del bloqueo de Estados Unidos*.
Más aún, defendió al régimen cubano señalando que "no hay en Cuba gente que esté presa porque piensa distinto, sino porque actúa respecto a lo que el Estado de derecho que ellos tienen fuera de la ley".
Y ante los matices dentro del PC, recalcó: "Estoy indicando la opinión sobre la base de un intercambio. Eso no anula los juicios críticos respecto a qué cosas podrían ser mejores ni la posibilidad de tal o cual crítica. Habría que reivindicar el respeto a la soberanía y autodeterminación de cada pueblo".
